Tomado del sitio web Habana Radio
Por Jaime Masó Torres
Una de las ciudades más admiradas y soñadas del mundo, y no en vano Ciudad Maravilla, celebra sus 497 años. Los mejores poetas en sus mejores versos o los más inspirados compositores, dedican hasta hoy elogios finísimos a esta ciudad que sobrevive…
Para celebrar el cumpleaños de la capital, la Oficina del Historiador de La Habana, con el apoyo de otros organismos e instituciones, se esfuerzan por enaltecer el esplendor habanero. Para ello, diversas obras se inauguran al aproximarse la fecha fundacional. En El Templete, donde se ofició la primera misa, por ejemplo, se estrenó una nueva ceiba. Desde la provincia de Artemisa llegó el árbol con una década de vida y que simboliza desde ya el medio milenio que festejará la urbe.
La nueva ceiba (Foto: Alexis Rodríguez)
Gracias a la gestión y el compromiso incansable de la Oficina del Historiador y el respeto sagrado al patrimonio material e inmaterial de la nación, se le devuelve a los habitantes de este país la Casa del Marqués de Arcos, uno de los palacios más bellos y majestuosos del Centro histórico.
El también Liceo Artístico y Literario de La Habana recibió una donación cultural que permitió adquirir suministros tecnológicos de origen japonés: equipamiento informático, audiovisual y luminario de la más alta calidad.
Casa del Marqués de Arcos (Foto: Alexis Rodríguez)
Este donativo contribuirá a la conformación de un centro cultural con el uso de las más modernas tecnologías de la información y la comunicación, capaz de complacer a los más exigentes públicos.
Dar vida a una de las entradas más fabulosas del Centro Histórico, la Avenida del Puerto, es sin dudas otro de los propósitos más abarcadores de la Oficina del Historiador. Un ejemplo de ello es el Centro Cultural Antiguos Almacenes de Depósitos San José. Durante la restauración del edificio, construido a mediados del siglo 19, se respetaron sus características de antaño y en su nueva concepción acoge a la gran parte de los artesanos de la ciudad.
Una plaza los conecta de forma natural con otro espigón también recuperado, los antiguos Almacenes de la Madera y el Tabaco, que mantienen en su interior los equipamientos tecnológicos de inicio del siglo pasado.
Emboque de luz (Foto: Alexis Rodríguez)
Otra de las obras que exhibe su esplendor es el enmascaramiento del sifón del alcantarillado, maravilla de la ingeniería civil cubana. El recién restaurado emboque de luz, el museo arqueológico o las nuevas salas y piezas en el Palacio del Segundo Cabo con una importantísima mediateca, constituyen otros obsequios para la ciudad.
A pocas horas de su cumpleaños, La Habana y, por ende, los que se sienten habaneros de corazón, más allá de la cuna, aúnan sus esfuerzos para celebrar en grande el onomástico de la Ciudad que enamora y seduce.
497 años dice cumplir y cualquier incrédulo guiñará un ojo, al saber que La Habana no calcula el tiempo. Ella es y será por los siglos, así: auténtica en su forma y su estilo… mágica en sus entrañas.