Tomado del sitio web Prensa Latina
La Habana, 14 oct (PL) En vísperas de su segunda edición, el Festival Mozart Habana celebra hoy la comunión de músicos de excelencia de una decena de países en torno a la obra de Wolfgang Amadeus Mozart.
Instrumentistas de Argentina, Austria, Bélgica, Colombia, Estados Unidos, Holanda, Rusia, Suiza y el país anfitrión desarrollarán un programa exquisito que resulta un homenaje por los 260 años del natalicio del genio austríaco.
Del 15 al 23 de octubre conciertos, clases magistrales y exposiciones se alternarán los espacios, en su mayoría sonoros, del Centro Histórico de la urbe capitalina·a través de un muestrario que repasa además piezas de autores contemporáneos.
El Lyceum Mozartiano de La Habana, asentado en el Oratorio San Felipe Neri, será la principal sede del evento que se extiende igualmente a las salas de los teatros Nacional de Cuba y Martí, la Catedral de La Habana y el Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo.
Precisamente, la Orquesta Sinfónica del Instituto Superior de Arte (ISA), adjunta al Lyceum, tendrá a su cargo la gala inaugural bajo la dirección de José Antonio Méndez y con la participación del violinista austriaco Benjamin Schmid y los coros de Cámara de Matanzas y del ISA, Exaudi, Polifónico de La Habana y Scholla Cantorum Coralina.
El programa primero comprende el Concierto para violín y orquesta No. 4, de Mozart, y la Misa No. 14, de la firma de Joseph Haydn y de estreno en Cuba.
Entre otras novedades, el festival presentará a dos de las formaciones infantiles resultado de la iniciativa del Lyceum con niños de las escuelas de música y de la comunidad.
El presidente de la Fundación Mozarteum Salzburgo, Johannes Honsig-Erlenburg, destacó el empeño de la parte cubana por organizar un programa interesante y que reúne a prestigiosos músicos como Schimd, la suiza Ariane Haering y los estadounidenses Michelle Schumann y Charles Wetherbee.
Por su parte, Schmid se alegró de traer el espíritu de Mozart hasta La Habana, al tiempo que la también violinista Ariane Haering remarcó que disfrutaba la unión que surge de la música como lenguaje común entre las personas.
Con el festival cierra además un ciclo de celebraciones por los 70 años de relaciones entre Austria y Cuba.