Taller de técnicas narrativas en el Centro Hispano devela complejidades del acto creativo

Por: Ernesto González, licenciado en filología y estudiante del curso

Pocos procesos creativos resultan tan variados y difusos como los vinculados a la labor literaria. La escritura, como arte y profesión, suele verse rodeada de cierta aureola mística que selecciona y define a sus embajadores, elemento que le apoya el axioma popular de que el escritor nace, no se hace. Esta supuesta predestinación (entendida y aceptada por muchos) alude, no obstante, a una determinada idoneidad necesaria en todo aspirante a hombre de letras, un conjunto de habilidades o capacidades indispensables para elevar el acto de la creación literaria a términos decorosos.

El taller de Técnicas Narrativas “Subgéneros narrativos y nuevas tendencias” reverencia la formación de tales atributos. Impartido por profesionales del medio tales como Raúl Aguiar Álvarez y Sergio Oscar Cevedo Sosa, el curso cuya sede se encuentra en el Centro Hispano-Americano de Cultura, no es una mera introducción al universo literario y sus componentes, en realidad es una brisa fresca que con un movimiento ligero pero constante, va descubriendo ante nuestros ojos la venda que disimula las complejidades del acto creativo. La experiencia práctica de los dos profesores se fusiona con distintas nociones teóricas y términos especializados, esta mixtura deviene en una perspectiva diferente que nos permite apreciar los sentidos subyacentes de todo cuánto nos rodea.

De tal forma, el curso nos pone en contacto con las herramientas y procesos tradicionales de ciertos géneros y subgéneros como lo son la narrativa histórica y la policial, la ciencia ficción y la literatura fantástica. No solo asimilaremos la naturaleza de dichas manifestaciones, sino que también aprenderemos a emular en cualquier contexto las técnicas y recursos que las caracterizan. Para alcanzar esta meta, el taller dedica parte de su programa a estimular la aplicación práctica de lo instruido, en una suerte de retroalimentación o feedback entre profesor y estudiante que va más allá de la sencilla ilustración del know how del oficio. Esta experiencia, unida al asesoramiento crítico de Raúl Aguiar y de Sergio Cevedo, fomenta y mejora las aptitudes creativas del individuo, se transforma en el cincel y el martillo del escultor, cuyo manejo acertado va puliendo poco a poco la piedra virgen hasta que esta alcanza la forma deseada.

Por estas razones consideramos que el taller es una oportunidad increíble para todas las personas interesadas en iniciar o profundizar sus conocimientos narrativos, para autores potenciales ávidos de experiencias ajenas y para principiantes que ansían descubrir su propio estilo.