Por Isachi Fernández
El viejo axioma que reza “las despedidas son tristes” fue echado por tierra este domingo cuando el XX Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos Habana Vieja Ciudad en Movimiento bajara sus cortinas con un desbordamiento de alegría y gracia.
La Calle de Madera en la Plaza de Armas acogió un mosaico con momentos relevantes del festival que comenzó el pasado día 15 bajo la dirección de Isabel Bustos y cerró con una ceremonia marcada por la diversidad de tendencias y el rigor.
Sobre todo los habaneros tuvieron la oportunidad de disfrutar esta vez en versiones condensadas (de tres minutos), propuestas llegadas de lejos, de dentro o fuera del país, incluido un momento abierto a la improvisación en el que intervinieron adultos y niños.
La gala, que se hizo coincidir con el 19 de abril, aniversario de la victoria de Playa Girón, comenzó con una creación relativa al hecho histórico, llevada a escena por Musicaribe, de Matanzas, quienes dieron paso luego a los niños de la compañía Arlequín, de Camagüey, recurrentes en este festival.
De Camagüey, también llegó la Compañía La Andariega, y de Granma, Grandanza, en actuaciones muy aplaudidas por el público. Luego bailarines de Ecuador, México, Colombia, Brasil y Estados Unidos se adueñaron de la Calle de Madera con sugerencias novedosas.
Momentos a resaltar fueron las presentaciones de Company E., dirigida por Paul Emerson, de la coreógrafa y bailarina Peggy Choy y de la Compañía Bistoury, debutantes todas en La Habana.
El público agradeció la propuesta de Retazos a partir de Crisálida, pieza de Miguel Azcue estrenada en la apertura del festival, y luego el cierre vibrante con los bailadores santiagueros de Oyu Oro, toda una inyección energía y colorido.