Esta noche reinó el caos. Inaugurado el 19. Festival Habana Vieja: Ciudad en Movimiento

Por Rubens Riol

Foto de de Vilang Alonso

El silencio es un nido de luces que gira entre las manos como fiebre de insomnio. La calle se retuerce a la espera del abrazo de otra noche probablemente húmeda. No hay como regresar al primer beso, en una esquina marchita de la memoria.

Al calor de tales emociones asistimos ayer al estreno mundial de Retornos: Gente y ciudad, coreografía de Isabel Bustos, obra con la cual quedó oficialmente inaugurado el 19. Festival Habana Vieja: Ciudad en Movimiento, en la ya habitual Plaza de Armas, justo a la hora del cañonazo.

Cinco parejas de bailarines que conforman el elenco más joven de la compañía fueron los encargados de interpretar un grupo de abstracciones, que descubren como concepto de fondo la prominencia del caos, a través de los múltiples estados de ánimo, gestos inquietantes, vestuario todo negro y frenéticas convulsiones. Retornos… es una pieza sin dramaturgia definida, cuyo proceso de montaje viene de la improvisación y el apego a un sentimiento, que nos muestra la naturaleza cíclica del desorden, en medio del cual “la gente se busca, se aproxima y huye luego para volver a encontrarse”, en un juego interminable de cortejos y rupturas, que a veces nos lleva toda la vida, mientras el tiempo se extingue, impunemente. En apenas media hora de espectáculo, no podemos más que ceder a la emoción, mientras comprobamos que no hay atisbos de cotidianidad, ni se alude a contexto específico alguno. Allí late una inquietud de tipo universal, de sustrato filosófico, donde la búsqueda de la armonía, ese camino luminoso para mejorarnos como seres humanos, es la única pretensión inteligible.

Las relaciones manan del bullicio y vuelven otra vez a la calma, por eso no importan los detalles, todo pasa rápido, con la fuerza de lo efímero, y la ternura a veces estoica de imágenes que se repiten al compás de chelos y violines del “String Quartet” de Mary Ellen Childs, música extraída de su álbum Dream House en colaboración con Ethel, todo lo cual gana fuerza expresiva a partir del trabajo físico, corporal, que nos conduce por los senderos de una danza más pura, que se aparta, al menos esta vez, de la línea teatral.

 

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