400 años de una singular visita a La Habana

Tomado del sitio web Habana Radio
Texto y fotos Alexis Rodríguez

 

Hasekura Tsunenaga

Cuentan que la nave San Juan Bautista zarpó en 1613 desde el puerto de Sendai, Japón, luego llegó a Filipinas, Manila, y atravesó el Pacífico hasta llegar a inicios de 1614 al puerto fortificado de Acapulco en México. La travesía – que duró seis meses en alta mar, en esa pequeña nave de madera, con una tripulación y pasaje de más de 200 japoneses, con sus costumbres, con sus formas de alimentación tan peculiar –, debió ser una verdadera odisea.

En tierra azteca, el periplo comenzó con un paso de mulas, hasta llegar a Veracruz, y allí, puerto de embarque, coincidieron con la flota del almirante Oquendo, que debía traerlos a la rada habanera.

Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana

En su programa de Habana Radio, “Tribuna del Historiador”, el Doctor Eusebio Leal Spengler, explicó: “Extrañamente, en las actas del cabildo, no hay ni una sola página que narre tal acontecimiento. Sin embargo, en los documentos que se han rastreado de Sevilla, y en la documentación japonesa, sí consta la escala de Hasekura Tsunenaga en La Habana, hasta la espera de buenos vientos, para continuar viaje a Sevilla y luego a Roma, lugares en los que fue recibido por el rey Felipe III y el Papa Paulo V, respectivamente”.

Cuenta la historia que el viaje de regreso al Japón fue complejo, y que concluye con hechos de sangre. Comenzaba la gran persecución contra la infiltración cristiana en el país nipón, que atentaba contra la religión autóctona del país, y contra la presencia, cada día más intensa, del budismo hinduista. Como resultado de todo esto, la familia Tsunenaga fue condenada a la prescripción. Siete años tardaría Hasekura  en regresar a Japón, lo hizo tras vencer todo tipo de dificultades en tierras extrañas, pero volvía con la misión de embajador de buena voluntad (Misión de Keicho) cumplida, y solamente ahora, cuando desde 1868 reina la dinastía o periodo Meiji, se comenzó a darle importancia y trascendencia a este viaje, como primera apertura de Japón al mundo.

El país nipón ha realizado donaciones a Cuba y específicamente al Centro Histórico habanero tales como: El Planetario Astronómico, camiones recolectores de desechos, camiones de bomberos específicos para poder transitar por las estrechas calles de la Habana Vieja

Contó el Historiador de la Ciudad, en su programa radial, que hace tres décadas tuvo la posibilidad de visitar Japón e indagar acerca de aquel acontecimiento y de los vínculos que unieron a las dos naciones: “Hace varios años la familia Hasekura Tsunenaga donó al Centro Histórico de La Habana una hermosa escultura, que está colocada en la Avenida del Puerto, en que aparece el samurái levantando su abanico hacia el Golfo de México y señalando el Oriente, es decir su punto de partida. Inaugurado el 26 de abril de 2001, el parque embellecido por plantas de la nación asiática y decorado con piedras, evoca y simboliza la amistad y la paz entre los pueblos de Japón y Cuba (…) El país nipón ha realizado donaciones a Cuba y específicamente al Centro Histórico habanero tales como: El Planetario Astronómico, camiones recolectores de desechos, camiones de bomberos específicos para poder transitar por las estrechas calles de la Habana Vieja”.

monumento al japones 14 (Small)

Japón ha dispuesto, para conmemorar los 400 años de la primera expedición a América celebraciones de estado, en Sendai, en Tokio, en México, en Roma y en La Habana. Viajarán a la capital cubana los descendientes de Hasekura Tsunenaga y llegará también una flota japonesa cuya tripulación visitará el Centro Histórico y se harán demostraciones de artes marciales en sus plazas.

Comments are closed.