Dibujos y pinturas de Ernesto García Peña, realizados especialmente a propósito del Día de los Enamorados, integrarán la exposición El alma desnuda que será inaugurada hoy, 26 de febrero, a las cinco de la tarde, en la galería de la Biblioteca Rubén Martínez Villena. Formas traslúcidas, sensuales, llenas de pasión y pureza conformarán la muestra en la que se distinguen la línea y el dibujo señoreando sobre formas y espacios luminosos. A continuación publicamos las palabras del catálogo de la exposición, a cargo de la especialista en artes plásticas y curadora Arlette Castillo Wilson.
Por Arlette Castillo Wilson
Voy a medirme el amor
con una cinta de acero:
Una punta en la montaña
La otra… ¡clávala en el viento!
Dulce María Loynaz: «Tiempo», Versos 1920-1938
Podemos entender la obra de Ernesto García Peña como un poemario; una escritura donde el verso se torna pintura que invita a la lúcida ensoñación, donde se tejen las nociones de entrega y desamor, materialidad y trascendencia.
En una constante búsqueda de la belleza nos regala escenas de fino erotismo: la desnudez de los cuerpos esbozados por exquisitas líneas logra una sensación de divinidad y embrujo; pareciese que intenta desafiar la anatomía humana y el tiempo.
En esta ocasión, como virtuoso heredero de la tradición del dibujo en las vanguardias cubanas, prefiere el rigor del trazo sobre lienzos y cartulinas. El cuerpo vuelve a ser pretexto que se funde con frutos voluptuosos y figuras equinas acechantes. Composiciones vigorosas que prescinden de tonos brillantes y se reinventan con delicado oficio para explorar la sensorialidad de un imaginario que ahora sorprende la carnalidad de instrumentos musicales y viriles faunos.
Ofrecidas las pautas, solo queda el deleite, dejémonos seducir: García Peña nos convida, otra vez, sin tapujos, a ese onírico espacio de representación del pecado original, donde van los amantes ya sin preguntas…