Tomado del sitio web CubaSí
Escrito por Prensa Latina
El emblemático teatro Martí, enclavado en esta capital, reabre hoy sus puertas tras nueve años de intensa labor de recuperación de sus valores arquitectónicos por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
Más tarde las acciones constructivas contemplaron la embocadura donde se cuelga el telón de boca y de ahí hacia atrás, hasta llegar a la construcción de una nueva torre de tramoya y la actualización de la tecnología acorde con los requerimientos modernos, precisó Marilyn Mederos, proyectista general de las obras.
En declaraciones a la prensa, la especialista destacó que entre las principales acciones sobresalen la reconstrucción de las juntas originales de la fachada, reproducidas a partir de algunas barandas exteriores e interiores que aún se conservan.
Igualmente hubo que rehacer los entrepisos y escaleras de madera, las columnas de hierro fundido con capiteles y elementos ornamentales ubicados en la sala, además de recurrir a fotos históricas para rescatar la carpintería francesa.
Como delicada catalogó Mederos la labor de desmontaje y copiado del falso techo de la sala, la restauración de la embocadura y la recuperación de otros elementos de madera en el lunetario.
Precisó que para lograr todos estos detalles hubo que realizar antes una minuciosa investigación y actualización de las normas requeridas para lograr recuperar prácticamente desde cero un teatro de fines del siglo XIX.
Tras su inauguración el 8 de junio de 1884 el edificio de estilo neoclásico fue bautizado con el apellido de su propietario, Irijoa; luego, en 1899, Enrique Pastoriza compró el teatro y lo llamó Edén Garden hasta que en 1990 fue rebautizado con el apellido del Héroe Nacional de Cuba: Martí (José).
La gran aceptación popular descansó básicamente en su programación de obras del teatro bufo cubano y su céntrica ubicación, a lo cual también contribuyeron las apropiadas soluciones de diseño y tecnología.
El Coliseo de las cien puertas, como lo denominó el poeta bayamés José Fornaris, fue escenario de bailes públicos y diversos espectáculos artísticos: desde compañías de bufos criollos y del circo de Santiago Pubillones hasta zarzuelas, operetas, vodeviles y el estreno en Cuba de la ópera La boheme, de Giacomo Puccini.