De eros, vampiros y tapoks (pinturas, dibujos y erotips de Juan Padrón)

Tomado de HabanaRadio

Por: Estrella Díaz

Fotos: Cortesía de la Casa del Festival

Durante los días del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano a iniciarse el venidero 5 de diciembre, quedará inaugurada en la sede del Centro Hispanoamericano de Cultura, que pertenece a la Oficina del Historiador, la exposición De eros, vampiros y tapoks (pinturas, dibujos y erotips de Juan Padrón), muestra que incluye unas ochenta temperas sobre cartulina y madera y cien erotips.


La exposición nos pone en contacto con el Juan Padrón artista de la plástica, creador conocido en la Isla y fuera de ella por su emblemático personaje de Elpidio Valdés y la saga de Vampiros en La Habana, que ahora, y por vez primera, expone este tipo de trabajo.

Rafael Acosta de Arriba, investigador, crítico de arte y en esta oportunidad curador de la exposición, aseguró al espacio “Luces y sombras” de Habana Radio que con esta muestra Padrón se nos revela como “un excelente dibujante”.

Aseguró que la idea nació por insistencia del investigador Lázaro Israel Rodríguez quien lo animó para que viera los dibujos: “vimos las piezas y de inmediato surgió la idea de hacer esta exposición. Son obras muy bien hechas y que no habían sido exhibidas con anterioridad.  Pensamos que no habría mejor momento que mostrarlas durante los días del Festival de Cine porque Padrón es, precisamente, Premio Nacional de esa especialidad, máximo reconocimiento que se entrega en Cuba a personalidades que tengan una obra destacada dentro del séptimo arte.


¿Cuál es la estética de Padrón como artista de la plástica?
Son escenas de los vampiros, pero básicamente en función de lo erótico; están los tapoks, que son los hombres primitivos, que están, también, en función de lo erótico y otras escenas que bordean esa zona. Son imágenes muy bien hechas y  logradas, con una composición perfecta y un excelente uso del color.

¿Por qué ahora y no antes es que Padrón se da a conocer como dibujante?  
El por qué antes nadie se fijó o nadie tuvo la curiosidad, pues no sé. Padrón es una persona a la que no le gusta el bombo y el platillo y tampoco busca promoción. La verdad esta muestra nace por voluntad de los amigos.


De eros, vampiros y tapoks (pinturas, dibujos y erotips) ¿por qué?
Porque la vena principal de la curaduría es el erotismo; hay algunas en que no lo hay, pero ese es motivo central. Y en ese erotismo concurren tanto los vampiros como los tapoks, o sea que es la columna vertebral de la organización de esta muestra.

¿Qué es un erotips?
Me parece que el erotips es un término creado del propio Padrón; son animados cortos, pero con un sentido profundamente erótico y,  a veces, un poco subidos de tono, pero sin herir a nadie y sin molestar a nadie. Serán exhibidos en una sala continua en loop (a repetición) y están vinculados al erotismo y a los juegos lúdicos asociados.

¿Cuáles son los aportes esenciales que considera que ha hecho Padrón al cine cubano?
Su aporte cardinal ha sido con los dibujos animados. Padrón ha sabido crear personajes de la fuerza de Elpidio Valdés y algunos otros que pertenecen a esa saga y “Vampiros en La Habana”, que es una película impar en el cine cubano. Recuerdo que hace un tiempo atrás, se realizó una encuesta para determinar cuál consideraban que eran las escenas más eróticas del cine nacional y yo aposté por la escena en la que está el trompetista de “Vampiros en La Habana” con la amante del esbirro de la policía. A mí me parece que esa es una escena deliciosa, con un acompañamiento musical que le viene muy bien. Padrón es un gestor de personajes sólidos, con perfiles muy bien definidos y, lógicamente, eso ha contribuido a que esos animados hayan tenido tanto impacto. La gente va a ver al animado, pero también va a disfrutar del personaje. Elpidio Valdés es reconocido por niños, jóvenes y adultos y pienso que se debe al talento que posee Padrón para caracterizar a los personajes.


Y son personajes que no envejecen…
Pienso que el sustrato de todo eso tiene que ver con el sentido del humor que tiene Padrón. Un día escuche a una persona decir algo muy desatinado y que tenía que ver con Elpidio Valdés; decía esa persona que “si los españoles hubieran sido tan tontos como Padrón los pinta por qué hubo que ir a tres guerras contra España para lograr la independencia de Cuba”. Me pareció que era una observación muy simplista y elemental. Se sabe que la guerra de los 10 años, la Guerra Chiquita y la del 95, fueron eventos sangrientos y de una crueldad extraordinaria. Sencillamente lo que está detrás de eso es la imaginación, el talento de un hombre que convierte esos pasajes de la historia en algo agradable. Es una representación que hace el artista de aquellos hechos y que sin embargo, se preservan sentimientos como el encono entre los dos bandos, la dignidad de los cubanos y su voluntad por ser libres. Padrón logra mantener y mostrar todo eso de una manera muy atractiva.

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