El Arca, el grupo de teatro: miradas introspectivas

El teatro de títeres El Arca realizó recientemente la campaña Primer Arqueo para festejar el tercer aniversario de su creación. Durante el encuentro se presentaron los reportes de trabajo por especialidades y a continuación publicamos el texto Evolución del grupo El Arca a través de su repertorio y su proyección, de la Museóloga Yudd Favier, Licencianda en Arte Teatral en el perfil de Teatrología, profesora del Seminario de Teatro para Niños y de Títeres de la Facultad de Arte Teatral y Asesora del Consejo Nacional de las Artes Escénicas.

Por Lic. Yudd Favier

¿Cómo se funda un grupo de teatro?

Mientras éramos estudiantes escuchábamos embobados experiencias teatrales  admirables dónde no existía otra firma que la de la creación colectiva… pero desde la propia Historia, las maneras de hacer teatro que han quedado perpetuadas,vienen escritas desde la experiencias de individuos: Stanislavski, Meyerhold, Brecht, Peter Brook, Obratzov, Meschke, JimHenson, Ariel Bufano, Carucha Camejo, René Fernández…

Un grupo en ésta Isla sólo se legaliza desde la presentación formal de un proyecto artístico cuyo autor y REGENTE, el  futuro director, haya demostrado que es capaz de HACER TEATRO. En Cuba un grupo de teatro no existe sin un líder… en su condición de tirano… tiene el poder de hacer realidad su sueño, a través de indicar  a los personajes que elige, según su intuición, el rol que le corresponde para concretar ese ideal primigenio. Liliana Pérez cuando tuvo que sentarse a escribir las líneas que convencerían, o no, al CNAE de aprobar la conversión de su proyecto en un gruposubvencionado, esto es profesional…. ya se había graduado con su propia puesta de teatro de objetos y había estado al lado y a las órdenes de longevos titiriteros con más de cincuenta años de experiencia, estuvo toda una década en el TNG y de allí salió una vez más tras haber estrenado su primera gran puesta con la guía de quién fuera su imprescindible maestro en componer la escena: Roberto Férnandez.

En el 2010 El Arca se constituía: en su plantilla habían dos actores sexagenarios e  insignes del TNG:Mirian Sánchez y Mario González  ,  un dramaturgo, un diseñador, una teatróloga y una directora graduados del ISA. Repasemos: 2 actores, 1dramaturgo, 1 diseñador, 1 actriz y directora… serían responsables de dar vida al primer estreno a 19  personajes que intervenían en ella. Las cifras son claras y eso signó lo que hoy somos:  los roles debían ser transgredidos…. de ello terminó siendo el autor de la versión: diseñador, Ogro, Rey, labrado, el diseñador fue actor en vivo, titiritero y caladory la directora, en vez de sólo componer la escena, tuvo que componer nuevas profesiones ayudada para el entrenamiento por los expertos titiriteros.

¿Cuál fue la elección para presentarse  en sociedad?

Una versión del gato con botas en teatro de sombras con títeres y actores.

Asumir un clásico  pone al artista ante un enfrentamiento imponderable: convertir en novedoso lo conocido. Contradictoriamente, las estructuras “infalibles” del texto original, deben torcerse para renacer.

Me gusta pensar que el nacimiento de un grupo tiene semejanzas al de una criatura.  Cuando recibes a tu hijo en brazos lo observas detenidamente, cuentas sus dedos, revisas su anatomía para ver si es normal, luego te levantas en la madrugada con sobresaltos para comprobar que sigue respirando y lo alimentas, lo bañas, lo haces sobrevivir mediante tus acciones, y cuando empieza a crecer allí lo educas, lo corriges, lo formas según tus principios. Un grupo de teatro es muy similar y su  primera puesta es sólo el inicio, la acumulación de experiencias, los errores, el entrenamiento, la investigación y el sentido de pertenencia completarán su  definitiva  fisonomía.

Su primera apuesta fue por una representación exclusivamente de sombras.  Se renegó la posibilidad del color casi totalmente, se imprecó  la tercera dimensión para contar una historia entre siluetas humanas y títeres planos articulados mediante  varilla. Mientras los contornos y grabados de remembranza dieciochescas eran los responsables de atraer al  espectador.   Eso,  y dos historias que confluían a partir de las antípodas: una representada desde el   naturalismo de una cama de hospital y sus rutinas, la otra aventurera y ficticia que visita  las andanzas de un gato parlante, historias que se  alternan para conformar una fábula única: seres pequeños y desprovistos de poder: gato, Juan, Lilo desafiando a entes poderosos: Ogros, Reyes,   el inmenso mundo real.

Ciertamente la única que no entró  a escena, en ese momento,fui yo.

Pero hacer teatro para nuestra directora no es una acción exclusivamente profesional  y  esto se manifiesta en la consumación anual de distintos talleres. En el primero desde El Arca se sumaron, 15 niños y niñas que se mantuvieron  por más de 5 meses asistiendo a las sesiones coordinadas conjuntamente con el  Palacio de Pioneros y el apoyo de la UNICEF.

La primera fase tuvo un carácter teórico para acercar  a los niños al conocimiento del títere, su historia, las técnicas fundamentales o básicas y la pluralidad que estas presentan. La segunda etapa se centró en entrenar a los talleristas: improvisaciones, ejercicios corporales, trabajo vocal y  de relación con el espacio. Se analizó el cuento Los músicos de Bremen, desde el original propuesto por los hermanos Grimm  y la cuarta fase,  y final, se dedicó a diseñar los personajes tanto desde la visualidad propuesta por los niños a partir de  sus dibujos, como al carácter que cada uno adquiriría en la escena. Luis Yosbel,  tallerista, diseñó los fondos que luego fueron digitalizados con su participación y aprobación. Se construyeron las cabezas y a partir de ahí,  lo de casi siempre: dejar secar, pintar, coser… animar. El montaje.

El segundo Taller fue con los estudiantes de la escuela de Oficio Gaspar Melchor de Jovellanos. He de confesar que un taller con adolescentes me inspiraba desconfianza. Estaba lista para la euforia de los primeros días y la posterior deserción en masa. Pero pasaron las semanas y aún había auditores para la historia del títere, oía de debates en torno a  la vida, sus vidas, y se hablaba de la figura animada.  Meses después escarbábamos juntos en  las intimidades –biografías, diarios, cuentos, poemas, ensayos, cartas- de aquellos  héroes juveniles que nos habían cautivado a nosotros en nuestra juventud: Pablo de la Torriente, Villena, Mella, Guiteras, Chivás.  A la incorporación del accesorio, del objeto animado, se fue sumando la idea de confrontar una generación admirada con  otra generación que veíamos sin comprender: una generación otra, real, que se apropia de una avenida G y la dota de una identidad maquillada y “extraña” a los ojos del transeúnte promedio. Un año después Ada, Omar, Javier y El Yoyo   dejaban  pinzas, cortavidrios, cepillos, biseladoras, escuadras, y martillos para venir a El Arca dónde  entrenaban, cosían, grababan, aforaban, actúaban y  creaban cadenas de acciones con la misma responsabilidad que el resto del grupo.

La fábula: Kike, Kelly, Clara, Tommy, el Cámara Man, Omar, mascaradas de una historia anacrónica, pertenecen a una generación. Una que a fuerza de no hacer nada, de no utilizar sus manos para crear ni trabajar, ni para luchar, han vuelto al modo-australopitecus, pero con  vicios modernos. Son homínidos de brazos que rozan el piso, de brazos demasiados largos para ser útiles, de brazos demasiados pesados para la acción. Son una generación de brazos caídos que se confrontan en un viaje en el tiempo con la Generación de los años 30 del pasado siglo.

A tres años de su fundación, luego de tres muy distintos procesos de creación ya se puede ver un rasgo identitario en las producciones de El Arca, el enfoque etario se hace evidente en el repertorio.

Esta puesta, concebida hace más de un lustro por Liliana y Roberto Fernández, se revitaliza para llenar un espacio nuevo  y para “entrenar” al novel equipo. Desde el texto son varios los riesgos previos: Shakespeare y su prosa profusa y metafórica en títeres de varillas, Shakespeare con un lenguaje meticuloso para pre-adolescentes y una trama que implica tres historias: tres mundos y por tanto los tres peligrosos cierres que casi siempre aletargan los finales.

Una versión que sin deleznar la metáfora y los tropos del original, ha sabido acortar escenas, parlamentos excesivamente retóricos y a la misma vez mantener los sucesos que permitan comprender los trastocados juegos que entre dioses paganos, atenienses y artesanos se suceden en el bosque, un proceso coherente con el lugar en el que se produjo con una fuerte tradición del títere de  varilla en la Isla.

¿CUÁL ES EL FUTURO DEL GRUPO?

Por supuesto que no lo sé.

Hasta ahora con procesos que han surgido de tan disímiles contextos y con tan  variados actantes  si hay algo de unidad en ello es la obstinación que hace sobrevivir al teatro todo,  de no cansarse cuando a una semana de estrenar  un actor quiebra, con su partida, un proceso que se creía pleno y se buscan alternativas para que esa fisura no devalúe el trabajo del resto.

¿Qué une estos tres espectáculos?  Han sido pensados para un público marginado de pre adolescentes, adolescentes y jóvenes, los que no van al teatro, ni tienen un teatro que ver porque apenas existe, que son los mismos que han sido alumnos de los talleres que ha promovido Liliana.

¿Qué une a los tres espectáculos? la madurez que en sí mismo alcanzan porque a excepción de Brazos Caídos que era el resultado de un taller… el Gato sobrepasó las 100 funciones y Sueño llegó hace dos días a la número 53 y nunca hemos parado de escuchar a los espectadores ni a la crítica y tratar de mejorar ese producto.

¿Por qué yo como individuo, como teatróloga,  apostaría por seguir siendo parte de este grupo? Porque nunca en ninguno de los procesos nada ha sido festinado, las inmersiones investigativas del autor, de Liliana, de Mayito,de los actores, el entrenamiento… en muchas partes de nuestro teatro visto como algo obsoleto-, el verdadero sentido procesual que a uno le dicen en las academias que es lo que se debe hacer… es el teatro que hasta ahora hemos hecho.

Por supuesto me gustaría mirar dentro de 15 años y tener acumuladas hermosas imágenes  de espectáculos cada día más satisfactorios pero hemos sido seleccionados como parte de la muestra de los dos festivales internacionales que nos han tocado vivir,  hemos recorrido el país con la historia de Lilo y con él llegamos al sur de América…. Liliana sigue obsesionada con el entrenamiento del titiritero total: físico, intelectual, dador de ánima  e ideas en cualquiera de las técnicas que surjan como propicias: teatro humano y con títeres planos en la sombra, accesorios, títeres de varillas y teatro en vivo….teatro de animación, un teatro titiritero.

Ya tenemos tres años, ya  no se trata  de contar deditos… pero se sigue tratando de EDUCAR a una criatura para que tenga un día vida propia y su líder, su tirana, pueda, un día sentarse sólo a sonreír.

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