Un centro de rehabilitación y fisioterapia, una óptica, talleres de artesanía, de canto, de poesía y de ganchillo, ejercicios físicos, desayuno en colectivo y, sobre todo, contacto humano, encuentran los adultos mayores que se acercan a la institución ubicada en la manzana conformada por las calles Luz, Compostela, Picota y Acosta. Es uno de los proyectos de mayor impacto social desarrollado por la dirección de Asuntos Humanitarios de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, radicado desde 1997 en el antiguo Convento Nuestra Señora de Belén.
Hasta allí llegaron las familias ganadoras del segundo premio de Rutas y Andares para realizar un recorrido por los espacios del Convento y conocer sobre la gran obra que se desarrolla en este lugar, donde niños y abuelos de La Habana Vieja encuentran un espacio para el aprendizaje, el intercambio, el esparcimiento y la atención médica.
Entre el público de este recorrido sobresalieron adultos mayores que participaron durante el verano en los andares virtuales. Ellos quisieron compartir algunas opiniones sobre esta propuesta.
«Esta es la primera vez que participo en Rutas y Andares. He visitado la Universidad, el Castillo de La Real Fuerza, la Casa de África. Este premio me ha gustado mucho porque así puedo conocer sobre el Convento de Belén». (María Ramírez Albuerne, 73 años)
«Participé en el andar Tras los pasos de Cecilia Valdés, en la Casa de la Poesía. Fue maravilloso. Ese andar no lo hubiese podido hacer caminando. Me sentí muy bien, un ambiente muy agradable. Sugiero que no eliminen esta opción, porque ya los adultos mayores no podemos andar La Habana». (Rosa Lista Durán, 71 años)
«Los andares virtuales es una experiencia muy buena. Yo quiero caminar, pero ya no puedo. Sin embargo, con el andar virtual del Castillo de la Real Fuerza pude conocer la historia de las fortificaciones sin moverme de un asiento muy cómodo. Soy fundadora de Rutas y Andares y creo que esta opción para los adultos mayores es de las mejores que ha preparado el proyecto y deberían mantenerla». (Marta Vicente González Herrera, 74 años)