El Andar dedicado a la Alameda de Paula aborda transformaciones en ese antiguo paseo

Tomado del sitio Habana Patrimonial

23 de Julio de 2013

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

La Alameda de Paula fue el primero y más antiguo paseo de La Habana, cuya terminación se sitúa en 1776 cuando se convirtió en un verdadero espacio social y cultural de la ciudad. Mandado a construir por el Capitán General don Felipe Fondesviela, marqués de La Torre, en sus inicios consistió en un simple terraplén con algunos bancos y bordeado de álamos.

La génesis de la atractiva vía, sus diferentes momentos  y actuales transformaciones fueron abordadas por Orlando Inclán, de la Dirección de Proyectos de la Oficina del Historiador de la Ciudad, en uno de los recorridos alusivos a la arquitectura del programa Rutas y Andares que, con marcada aceptación de las familias cubanas, transcurre en el entorno colonial de la capital.

Indicó el especialista que hacia 1825 el camino estaba considerado como el sitio más concurrido de la otrora villa de San Cristóbal, por las retretas que se efectuaban en este lugar. Debió su nombre a la proximidad con el antiguo hospital e iglesia de San Francisco de Paula y tuvo tres momentos importantes, el último en 1847 cuando adquirió su fisonomía actual.

En una detallada explicación, que devino magistral clase de historia, Inclán comentó acerca de la columna de O’Donell que, adornada con alegorías propias de la Corona española, se erige airosa en la Alameda, y también se refirió al  nacimiento y funciones de los antiguos  almacenes de tabaco y madera y los del Depósito San José.

Interrogado con avidez por los participantes, Inclán recordó que entre los años cuarenta del pasado siglo y comienzos de la actual centuria el paseo mantuvo una imagen estática, la cual comenzó a modificarse en 2000. Gracias a un proyecto de la Oficina del Historiador de la Ciudad, se revitalizó la Iglesia de Paula, convertida desde entonces en sala de conciertos dedicada a la música antigua y espacio expositivo para valiosas obras de connotados artistas contemporáneos de la plástica cubana.

De manera particular, desde 2009 se ejecutan intervenciones constructivas en la Avenida del Puerto, que tienen como eje la propuesta urbana de recuperar el paseo marítimo, desde el Muelle de Caballería hasta el Muelle de Madera. Ello beneficiará, incluso, a los vecinos del barrio de San Isidro, quienes en la actualidad carecen de ese tipo de espacios recreativos.

También Inclán comentó sobre la conversión de los Antiguos Almacenes del Depósito San José en un centro cultural donde los artesanos de la ciudad comercializan sus obras y, a la vez, la familia cubana accede a múltiples opciones recreativas. Asimismo, ahondó en la rehabilitación de los almacenes de tabaco y madera, que en breve se convertirán en una cervecera –de tecnología austriaca- con capacidad para 400 comensales y un centro comercial.

Como parte del andar dedicado a la Alameda de Paula, los andantes conocieron, además, acerca de la remodelación del edificio de la Aduana General de la República de Cuba, el parque y el Emboque de Luz; este último, de 1909, sede de los bomberos marítimos durante la II Guerra Mundial. Informó Orlando Inclán que ya el año próximo concluirá la intervención en ese espacio, que en su parte inferior acogerá la terminal de la popularmente conocida lanchita de Regla y en el área superior tendrá una cafetería.

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