Por los tesoros paleontológicos de la vieja Habana

Tomando en consideración las peticiones de los “andantes” y la enorme diversidad de aspectos relacionados con la geología, la mineralogía y la paleontología presentes en la zona más antigua de la ciudad, esta edición de Rutas y Andares incluyó de nuevo, el  Andar por los tesoros paleontológicos en la arquitectura de La Habana Vieja, esta vez desde una perspectiva más amplia y abarcadora.

Según explicaron los especialistas a cargo de este andar, «en la construcción de las edificaciones, plazas y calles de esta zona se empleó, a lo largo de la historia, gran variedad de rocas que han guardado hasta hoy una inestimable riqueza paleontológica. Descubrirla y asomarse a esa “ventana del tiempo  geológico” es enriquecedor y apasionante para el ser humano».

El recorrido partió de la calle de madera de la Plaza de Armas y, conducido por cuatro guías de la Casa Alejandro de Humboldt, del Museo Nacional de Historia Natural y del Instituto de Geología y Paleontología, se detuvo en el Museo de la Ciudad para admirar los corales y otros elementos presentes en la fachada principal y el piso del portal; atravesó la Plaza de Armas dirigiendo la atención hacia la estatua de Carlos Manuel de Céspedes. En el Templete y sus exteriores, la fachada de la Biblioteca Villena y el Museo de Historia Natural el público pudo apreciar gastrópodos, bivalvos (moluscos acuáticos) y erizos de mar, entre otros elementos. Además los andantes recorrieron la calle Oficios para llegar al Hogar Materno y regresar luego al Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.

En cada uno de estos sitios los especialistas explicaron la presencia de materiales como las “piedras Jaimanitas”, que puede encontrarse en las más notables construcciones militares y civiles que se erigieron desde el siglo XVI, y que propiciaron la acumulación de información paleontológica llegada hasta nuestros días: corales pétreos, moluscos, erizos de mar, entre otros. Destacaron además la existencia del conocido como “Mármol Rosa”,  procedente del yacimiento de Santa Rita en la provincia Granma, en el que se encuentran fósiles de épocas geológicas más remotas. Más abundantes resulta el “Mármol Real Campiña”, traído de Cienfuegos, integrado por restos de de variados organismos marinos que vivieron cuando aún Cuba no existía, entre los que se destacan las enormes conchas completamente mineralizadas de gigantes moluscos marinos prehistóricos.

Al finalizar el andar los participantes, además de haber aguzado sus sentidos para poder identificar rocas y fósiles presentes en la arquitectura habanera, se llevaron consigo la sensibilidad y el conocimiento necesarios para apreciar la importancia de los trabajos de restauración y conservación del patrimonio arquitectónico del Centro Histórico, esenciales para la salvaguarda de todos los valores paleontológicos existentes en sus construcciones.

 

 

Comments are closed.