Por Danay Medina Medina, especialista en artes plásticas
El arte cubano y caribeño, impelido por su singular condición histórica, ha estado a la vanguardia de la tendencia a utilizar materiales considerados extra-artísticos. No por azar, cuando la estética del reciclaje se instaura como tópico del arte postmoderno en los grandes centros, muchos estudiosos señalaron cómo en los pueblos “periféricos” esta necesidad de reutilizar, de encontrar riqueza expresiva en materiales alternativos, no era ya una estrategia artística, sino parte constituyente de nuestra cultura.
El pasado 12 de julio en el Museo de la Orfebrería se inauguró la muestra Joyería con materiales alternativos. La exposición, organizada por esta institución con el apoyo de la Dirección de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador, se realizó por medio de una convocatoria abierta a todos los interesados y gracias al trabajo personalizado con una nómina de creadores que el centro ha atesorado durante sus años de labor.
En esta ocasión se optó por un tema de actualidad que toca de cerca a los autores: el encarecimiento de los metales habitualmente relacionados con la joyería, sobre todo el oro y la plata, situación que ha impulsado la emergencia de propuestas artísticas que asumen otros materiales como alternativa. Según planteara Rosa Iris Parets, directora del centro, esta es una problemática que azota a los creadores a nivel internacional y Cuba, como parte del mundo, no se ha quedado a la zaga, sino que aporta una particular creatividad a sus soluciones. Algunas muestras realizadas en el propio museo fueron evidenciando la necesidad de una exposición de este tipo, pues materias de diversa procedencia eran utilizadas de manera cauta o generalizada en las obras de determinados creadores. Podemos recordar la muestra personal de Xerxes Carruana que conjugaba materiales nobles con mecanismos de reloj, monedas, pequeñas piezas arqueológicas, etc.
Joyería con materiales alternativos reúne una gran variedad de joyas portables confeccionadas a partir de metales no tradicionales o que conjugan el metal con materiales u objetos de otra naturaleza. Del reto han resultado piezas diversas, la mayoría de las cuales despliegan un alto nivel de diseño y, en algunos casos, de gran elaboración conceptual.
Los elementos utilizados dan una idea de hasta dónde una exposición como esta estimula la creatividad: papel, tela, vinilo, corcho, hilo, hueso, frascos de anestesia, cobre, titanio, plástico, óleo, cera, elementos mecánicos y electrónicos, botones, materia vegetal y desechos del organismo humano, por solo citar algunos ejemplos.
Sin desdeñar el trabajo de los hombres, me atrevería a decir que en esta ocasión las mujeres tomaron la delantera. Una de las reinas de la exposición es sin dudas Mayelín Guevara, que presentó varias obras donde conjuga la plata con otros elementos. El diseño y el material se complementan adquiriendo una dimensión conceptual que excede incluso las posibilidades de la manifestación. Tal es el caso del prendedor de plata, hilo y alfileres inspirado en las formas de un carretel. También Marlén Piloto muestra una amplia gama de soluciones logradas a partir del maridaje de la plata con materiales que no son comúnmente utilizados en el arte: papel higiénico, corcho, esponja, estopa y elementos de procedencia vegetal.
Grethell Rasúa, es una artista visual que tiene, desde sus años de estudio en el ISA, el proyecto procesual, “Con todo el gusto del mundo”, basado en la confección de artículos con desechos corporales humanos. En esta ocasión presentó dos piercings de oro, uno de nariz elaborado con fluidos nasales y otro de ombligo con fragmentos de la suciedad que se acumula en esta cavidad; un anillo de plata, semen y secreciones vaginales y un pañuelo bordado con hilos teñidos con sangre.
En otras piezas destaca el ingenio. María Hildelisa Valladares logró unos interesantes aretes a partir de unas gafas de sol. Ana Livia Guimany Rojo presentó un juego de collar y anillo en los que se unieron la plata, el cable de freno de una bicicleta y dientes de zippers. Abel Camejo combina un diseño geométrico con elementos como un microprocesador de computadora, circuitos integrados y microchips, haciendo destacar la dimensión estética de objetos que cotidianamente son valorados por su utilidad y no por su belleza.
Algunas figuras insignes de la joyería tradicional cubana aportaron obras que transgreden en alguna medida su trabajo más conocido (aunque algunos brillen precisamente por su versatilidad): Jorge Gil, Olga González, Antonio Barcala, Miguel Morgado, entre otros autores.
Cabe destacar además aquellas obras que eluden por completo al metal y que no obstante, gracias a un diseño limpio y versátil nos remiten al arte de la joyería, como es el caso de la pieza de Francisco Menéndez (Paco), compuesta por polipropileno (fragmento de tubo de Aguas de La Habana), y nilón de pescar. Esta pieza ejemplifica una característica muy recurrente en la exposición: el hecho de que el material utilizado guarda la memoria de su procedencia, haciendo que su reinserción en una pieza de arte revista una dimensión conceptual determinada.
Con la exposición Joyería con materiales alternativos el Museo de la Orfebrería ha logrado, una vez más, integrar generaciones, descubrir nuevos talentos, retar a los orfebres consagrados; en suma, no envejecer y encontrar nuevos perfiles a su espacio.