Profesionales de la conservación y gestión del patrimonio

Por: María de Lourdes Alonso Alonso
Especialista en Relaciones Públicas
, Colegio Universitario San Gerónimo de la Universidad de La Habana

La Universidad de La Habana arriba a su aniversario 285 con una nueva facultad y una nueva carrera, la licenciatura en Preservación y gestión del patrimonio histórico cultural, que precisamente este curso (2012-2013) celebrará su primera graduación.

La primera graduación de estudiantes del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, la facultad más joven de la histórica universidad, representa el completamiento del ciclo fundacional de esta carrera y también de su modelo de gestión académica y administrativa, responsabilidad compartida por la Universidad de La Habana y la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC); en palabras del Dr. Eusebio Leal Spengler, Decano Mayor del Colegio e Historiador de la Ciudad: “El ser parte de la Universidad le aporta al Colegio Universitario una gloria de la que no debemos prescindir. Y ese orgullo universitario hay que transmitírselo a las nuevas generaciones”. [1]

A su vez, delimita un período importante de trabajo: seis años de articulación del proyecto, de integración del claustro, de establecimiento de un mecanismo de ingreso y selección de estudiantes, de conformación de los programas de cada una de las asignaturas integrantes del plan de estudio, el diseño y puesta en marcha de un sistema de postgrado, la definición de las líneas principales de investigación, el establecimiento de convenios de colaboración a nivel nacional e internacional, así como la imprescindible labor de extensión universitaria.

Para la diversidad de actores implicados, significa la consagración de un sueño, al decir de los propios estudiantes-trabajadores que culminan estudios:

“(…) por esa utopía, ese sueño, creo que es por lo que se comprometieron tantas personas, y nos comprometimos nosotros mismos, sobre todo la graduación nuestra, muy comprometida con ese sueño, con ese desafío, de lograr una carrera en medio de todas las necesidades que tenía la Oficina, de lograr profesionales más integrales, porque nosotros lo que nos vamos a hacer es trabajadores más integrales del patrimonio, que no es que los que lo están haciendo lo hayan hecho mal, sino más preparados para dialogar con especialistas de distintas esferas, porque cuando ya estemos sentados con un arquitecto, vamos a poder saber de qué está hablando el arquitecto, pero cuando estemos hablando con un urbanista, con un gestor, propiamente formado quizás en comunicación social o sociología, vamos a poder establecer un diálogo en aras de hacer proyectos más concretos”.[2]

Y ese compromiso con la Oficina del Historiador de la Ciudad, a la que pertenecen la mayoría de los integrantes de esta primera graduación, se manifiesta en el sentido de responsabilidad y el esfuerzo realizado durante seis años, en los cuales además de cumplimentar sus obligaciones laborales, cuatro veces a la semana se incorporan al Colegio Universitario, de 5:30 p.m. a 8:50 p.m., para vencer el programa de estudios caracterizado por un alto nivel de exigencia.

“…yo, cuando llegué aquí -algunos llevábamos hasta 10 años sin estudiar- yo no podía perder esa oportunidad, yo no puedo quedar mal, porque llevo en esta institución 20 años…”. [3]

La licenciatura en Preservación y gestión del patrimonio histórico cultural es una carrera sui géneris, una carrera novedosa que rompe con el esquema tradicional y asume un marcado carácter multidisciplinar: no es una carrera de historia, no es una carrera de letras, no es una carrera de arquitectura; pero al mismo tiempo, involucra materias, conocimientos y habilidades de esas y otras disciplinas. Carrera además, de cara a un proyecto social exitoso, reconocido nacional e internacionalmente —modelo de gestión integral del patrimonio de la OHC— y por tanto, en diálogo inmediato con su entorno.

El Colegio se ubica en el espacio simbólico que sirviera de sede a nuestro más alto centro docente: el lugar que ocupó el antiguo convento San Juan de Letrán, que albergó en 1728 la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana. De esta manera hace suya la historia de esta emblemática institución de la cultura cubana y dedica ingentes esfuerzos a la recuperación de su memoria histórica, materializándose la idea de “proyectar el futuro desde el pasado”.

“Al restituir los símbolos de la Universidad Cubana fundada el 5 de enero de 1728, colocamos una pieza fundamental en el proyecto restaurador del Centro Histórico de la Ciudad de La Habana. Tal reivindicación adquiere una dimensión ética de excepcional proyección para nuestra cultura”. [4]


[1] En entrevista concedida a la autora, el 14 de marzo de 2011.

[2] Grupo de discusión con estudiantes de la primera graduación, 15 de marzo 2011.

[3] Estudiante de la primera graduación, marzo 2011.

[4] Dr. Eusebio Leal Spengler, Decano Mayor del Colegio e Historiador de la Ciudad, La Habana, 13 de agosto de 2006.

 

 

 

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