Con el título Transformarte, el orfebre Silvestre Vargas Ramírez trae desde las tunas esculturas y objetos utilitarios de pequeño y mediano formatos (armas, candelabros, palmatorias, etc.), en los que se combinan la cubertería de alpaca con el mármol, tarro y hueso.
El artista confiesa que aunque lleva más de veinte años trabajando el metal, se siente seducido desde hace un tiempo por la posibilidad de incursionar en la artesanía artística a través de la reutilización y transformación de materiales utilitarios como bandejas, cubiertos, y otros, hechos de alpaca. A partir de estos objetos, en su mayoría deteriorados y en desuso, Silvestre ha creado las bellas piezas que se exhiben desde el pasado viernes 21 de junio, en el Museo de la Orfebrería.
A continuación publicamos las palabras del catálogo de la exposición:
Por Ottoniel Morffis Valera. Curador
“Aún tú escoges
y eres más que
lo cierto
vuelto a convencer”.
Pablo Armando Fernández
Asistimos al nacimiento de una nueva etapa creativa del artista Silvestre Vargas Ramírez, con la cual reivindica la memoria, entre tantos saberes acumulados de la joyería artística, en una página signada a la técnica esta vez utilizada y sus materiales. Necesario entonces es llegar al estricto punto donde se encuentran y bifurcan por otros derroteros.
Las temáticas tratadas no obedecen a un bestiario, ni a un aletargado derroche de fantasmagóricas alusiones, o innecesarias reproducciones miméticas de la realidad. Su cosmos va de lo cotidiano a la fabulación lúdica, entre la fauna de una condición anatómica, que recorre un discurso sobrio en las líneas y materiales en un auge espontáneo y sin ataduras, más con la efectividad de los planos creados para identificar cada personaje de su imaginario, demandando un hálito bien concebido hasta adoptar el equilibrio final. La interacción de elementos, conceptos, ensambles y soportes, unidos al acabado final de las piezas adecuan y reafirman la extraordinaria reestructuración.
Silvestre ha hilvanado un modo entre la historicidad de las piezas y el uso cotidiano para transformarlas en arte de buen gusto y necesaria utilidad. ¿No es esa una de las funciones del arte? Lo usual ha quedado detrás, la magia se apodera de las representaciones cual formas sutiles en palmatorias, cariátides, lides de gallos, porta inciensos, o esculturas de pequeño formato, para convertirse en historia reciente.
TransformArte advierte el orbe innovador de un hombre marcado por el fulgor de lo eterno, en el bruñido reclamo de las musas que asisten a un nuevo orden de las cosas, para retocar formas y significantes.
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