Por: Arlette Castillo Wilson, Lic. en Historia del Arte
No pocos estudiosos evalúan a Eladio Rivadulla Martínez como iniciador y maestro del cartel cinematográfico cubano. Es que desde la década de los años cuarenta del pasado siglo su gusto por el cine lo convirtió en un espectador inquieto, que aún siendo estudiante de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro experimentó las posibilidades de la técnica serigráfica que luego dieron como resultado exquisitos carteles cinematográficos. En sus maneras de hacer encontramos esa síntesis elocuente del buen cartel, imágenes visualmente atractivas que logran transmitir el conflicto y las pasiones de un filme. Incluso esa osada gama cromática de colores planos brillantes, resueltos en muchas ocasiones solamente con tres tintas, llega a catalizar las pasiones hacia protagonistas como Jorge Negrete, Pedro Infante o María Félix.
No solo la cinematografía latinoamericana y estadounidense se encuentra representada en esta cuidadosa selección que se exhibe hasta el 22 de junio en el Cinematógrafo Lumière, pues también el cine europeo y asiático fue trabajado con maestría por Rivadulla. Gracias a la revitalización de estas industrias hallamos películas italianas, españolas, alemanas, polacas, checas y hasta japonesas con un clásico como Los siete samuráis (Akira Kurosawa) con una propuesta para sus proyecciones a lo largo de toda la isla.
Hasta los inicios de la década del sesenta con los comienzos del ICAIC, momento en que se detiene esa muestra, pero no la trayectoria de este prolífero creador; identificamos sutilezas estilísticas y soluciones técnicas diversas. Ya sea el enriquecimiento de la gama cromática, diferentes usos de la tipografía, experimentación con las texturas o adelantos del pop art, son resueltos con eficacia comunicativa.
Sirva entonces esta exposición como merecido homenaje a Eladio Rivadulla en el aniversario 90 de su natalicio, veinte carteles de las épocas de oro de la cinematografía internacional como valioso testimonio visual del devenir del diseño cubano.
Carteles que integran la exposición
Jorge Negrete (México) 1943
Pedro Infante (México) 1943
Faustina -María Félix (México)
Tarzán (Estados Unidos)
Beau geste (Estados Unidos) 1943
So Little Time (Estados Unidos)
El zorro de París (Alemania)
Cadenas Eternas (Italia), 1957
Rigoletto (Italia), década de 1950
Joselito (España), década de 1950
La divorciada (Alemania), década de 1950
El Barón Gitano, década de 1950
Men in war (Estados Unidos), 1955
El desertor (Polonia, Cooperativa cinematográfica RKO de Cuba)
Duelo a balas y espuelas (Estados Unidos), década de 1950
Gatillo rápido (Estados Unidos), 1957
Los siete samuráis (Japón), 1956
Nacimiento, Vida, Pasión y muerte de N.S. Jesucristo (España), década de 1950
El hombre de 2 caras (Checoslovaquia, ICAIC), 1961
La quinta sección (Polonia, ICAIC), 1961
Palabras de Eusebio Leal al catálogo de la exposición
Trabajador incansable, sin consideraciones de tiempo y superando fatigas, puso cauce a su imaginación para dar una visión honesta del mundo que le rodeaba. Como resultado, nos legó una obra gráfica sumamente prolífica y heterogénea, donde siempre palpita el artista revolucionario. Así puso en alto el nombre amado de Cuba, que, junto a su familia, fueron sus pasiones verdaderas.
Los discípulos le llamaban, con justicia, Maestro; sus amigos, Padre. Y le ha reservado la fortuna el verse continuado en el pincel de su hija, que se enorgullece de su nombre. Ese legado se impondrá sobre el olvido.
Eusebio Leal Spengler