Casa de la Obra Pía: de la piedad a la igualdad de género

Por: Yimel Díaz Malmierca

En Obrapía número 158 se levanta una majestuosa edificación que ha desafiado los rigores del tiempo y nos conecta con el pasado de manera alucinante. El inmueble —singularizado además por la aromática fragancia que desprenden los árboles de ilán ilán que habitan el patio interior— habla de hábitos y costumbres de la vida doméstica habanera.

Cuenta también con un proyecto sociocultural que ilustra, de alguna manera, el recorrido realizado por las mujeres cubanas en busca de la igualdad y la equidad. Desentrañar los códigos y señales que llegan desde la arquitectura, la historia y las colecciones museológicas ha sido parte de la razón de ser del Museo Casa de la Obra Pía, institución inaugurada el 16 de noviembre de 1983. En aquel momento fue parte de la avanzada de los espacios restaurados por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) con que se anunciaba una obra mayor: devolver a los habitantes de la urbe un Centro Histórico respetuoso del pasado, hermoso, creativo y funcional.

Joya de La Habana antigua El académico Francisco Pérez de la Riva sostiene en su texto Una casa cubana del siglo XVII[1], que «el inmueble tuvo, desde su fabricación, dos plantas y tejado, era sólida y maciza, al estilo de los palacios de Castilla».

La casona comenzó a construirse durante la primera mitad del siglo XVII. Consta que en 1648 pasó a manos de don Martín Calvo de la Puerta y Arrieta, quien años más tarde decidió anexarse la vivienda contigua. La papelería encontrada permite asegurar que ese proceso de reconstrucción se extendió entre 1659 y 1669.

Uno de los detalles que resalta es el pórtico, coronado con el escudo familiar. Según el arquitecto Joaquín E. Weiss «la teatralidad de esta portada» logró «dar personalidad y hasta popularidad a esta vieja casona».[2] Se dice que los vistosos ornamentos, blancos como la cal, fueron concebidos y facturados en Cádiz allá por 1686.

Le sucedieron otras intervenciones constructivas como la de 1793 bajo el patronato de Gabriel Maríade Cárdenas y Santa Cruz, segundo marqués de Cárdenas de Monte Hermoso. Tales acciones fueron mezclando estilos arquitectónicos al punto que el investigador y poeta David López Ximeno, en su artículo La Casa de la Obra Pía, una joya de La Habana antigua, afirmó que el «valor intrínseco (de la casona) radica en la posibilidad de reunir elementos artísticos y constructivos de dos momentos o etapas indispensables para la arquitectura habanera: el período mudéjar y el período barroco».[3]

La restauración que devolvió la lozanía a la casona en 1983 fue conducida por un equipo multidisciplinario lidereado por el arquitecto Daniel Taboada Espiniella. La caridad me guía Don Calvo de la Puerta, quien llegó a ser capitán de caballería de La Habana, dejó una suma de 102 mil pesos censados sobre el valor de la propiedad con la indicación de que con el 5 % de sus ganancias anuales se dotara a cinco doncellas huérfanas o pobres para que pudieran contraer matrimonio o iniciarse en la vida religiosa.

Esta obra piadosa fue la que bautizó el inmueble como Casa de la Obra Pía. La calle, antes llamada de la Carnicería, fue conocida entonces como de la Obrapía. Con el tiempo la arteria devino corredor que enlazaba el Centro Histórico con el resto de una urbe que no paraba de crecer, sobrepasaba la muralla (más bien la arrasaba) y se expandía de manera indetenible hacia el oeste.

El primer patrono de la Obra Pía fue don Nicolás Castellón y Sánchez Pereira, regidor alférez mayor del Ayuntamiento de La Habana. Don Martín le encargó además la redacción del Reglamento de aquella caritativa misión.

El sorteo se realizaba anualmente el día de San José (19 de marzo) en la Iglesia Parroquial de La Habana, precedido siempre por una misa al alma de Calvo de la Puerta. La identidad de las aspirantes se colocaba en una urna de plata y el azar hacía el resto.

Hubo años en que la dote apenas alcanzó para una huérfana, pero la experiencia se mantuvo a lo largo de casi tres siglos. El último sorteo documentado tuvo lugar en 1948.

Casa de la Obra Pía

Salas Primera planta

Sala Introductoria

Sala Arqueología

Segunda planta / Salas ambientadas

Capilla: Exhibe mobiliario de uso religioso: reclinatorio, crucifijo, columna salomónica, pila de agua bendita, cómoda de sacristía, candelabro, además de obras de arte en marfil y madera, óleos con temas religiosos.

Dormitorio

Salón principal

Sala Ambientada Siglo XIX (o Gabinete)

Salón Chino

Comedor

Sala aledaña al comedor: Muestra piezas de vajillas de porcelana francesa, que pertenecieron a diferentes familias cubanas del siglo XIX. También exhibe lencería fina, entre ella manteles, portavasos y servilletas.

Tercera planta/ Sala ambientada

Sala de la Pintura Mural: Extensión de la sala Introductoria y Arqueológica pues fue un hallazgo de la investigación arqueológica realizada en la Casa. Este espacio se conoce como «cuarto de los misterios», porque aún no se ha encontrado explicación a su propósito original ni se sabe quién realizó las pinturas murales de gran formato encontradas allí, algunas de las cuales fueron restauradas. Actualmente no está abierta al público pues se trabaja en su rediseño museológico.

Museo con perspectiva de género

La OHCH ha ido construyendo una perspectiva de género que busca visibilizar y reconocer a las mujeres en sus dilemas y conflictos específicos; en sus expectativas y sueños, y en su inigualable potencial creativo. En ese camino, que también procura justicia y equidad, la Casa de la Obra Pía lleva ventaja.

Desde su fundación, inspirado en la propia historia del inmueble, el museo ha propiciado espacios para la representación y participación femeninas. A lo largo de estos cuarenta años de existencia, los guiones museológicos de muchas de sus salas han tenido a las mujeres como eje narrativo. Así se ha ido conformando una colección de valiosas piezas de arte decorativo, objetos utilitarios e indumentaria, algunas de las cuales pueden apreciase hoy en la Capilla, el Dormitorio, el Salón Principal y la Sala Ambientada Siglo XIX o Gabinete.

Es cierto que la iconografía femenina de gran parte de ese acervo remite a cánones y estereotipos de una cultura patriarcal que jerarquiza la belleza femenina exterior mientras que el aporte y desenvolvimiento social de las mujeres queda relegado al espacio doméstico o a ciertos oficios «propios de su sexo», como refieren escrituras antiguas. Mostrar ese discurso, como lo hace el museo, permite reflexionar, desde una perspectiva más contemporánea, acerca de cuánto ha evolucionado la mujer en el imaginario de la sociedad cubana actual y cuánto falta por conquistar.

El proyecto sociocultural y comunitario de la Casa de la Obra Pía, por su parte, también ha fomentado propuestas que en su mayoría son de interés femenino, ese ha sido el público meta sin descuidar a otros grupos poblacionales. Como parte de las experiencias desarrolladas sobresalen los talleres e intercambios gestionados y dirigidos por las creadoras Rafaela Chacón Nardi y Haydée Arteaga (La Señora de los Cuentos). Sus propuestas inundaron de alegría infantil el patio, zaguanes y galerías de la Casa, pues a ellas se sumaban los niños y niñas de las escuelas y comunidades cercanas.

Precisamente el fondo documental de Arteaga, donado por la familia a la institución, es la simiente del anhelado Centro de Documentación. Su perfil temático está asociado a la mujer en la historia y el patrimonio habanero. Funcionará como complemento del programa sociocultural del museo y, especialmente, del Laboratorio Psicodidáctico de Atención a la Mujer que desde 2022 funciona en la Casa de la Obra Pía. Manualidades que dan alas En 1994 el museo se convirtió en la sede de la Hermandad de Bordadoras y Tejedoras de Belén, proyecto que permitió recuperar antiguas tradiciones de la artesanía textil, labor históricamente realizada por mujeres y que, en muchos casos, les permitía sostener económicamente a sus familias.

Marbelys Giraudy Gómez, quien durante cuatro años dirigió el museo y actualmente desempeña igual responsabilidad en el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa (Palacio del Segundo Cabo), declaró al Programa Cultural que aquel proyecto «incentivó la creatividad y promovió el emprendimiento en mujeres del territorio. Desde ese entonces, este perfil trascendió a la gestión de colecciones por lo que comienza a ser significativa la adquisición de los objetos de uso en las labores de aguja, los ajuares de hogar y la indumentaria».

La llegada de este oficio a la Casa de la Obra Pía explica la posterior apertura de las salas permanentes Labores Manuales y Máquinas de Coser. Hoy se trabaja en una nueva propuesta museográfica que fusionará ambas en un espacio que centrará su mirada en el espectro creativo de las mujeres, desde las manualidades hasta las confecciones con apoyo de tecnología industrial.

Como parte de las piezas que se exhibían en esas salas aparece una reproducción de cuadro Dama tejiendo, del pintor cubano Guillermo Collazo (1850-1896), así como valiosos manuales de costura y puntos de bordado y tejido, entre los que destaca el de la mambisa y defensora de los derechos de la mujer cubana, Ana Betancourt (1832-1901), refiere Giraudy Gómez.

Colaboración fecunda En noviembre del 2023, a propósito del aniversario 40 de la fundación del Museo Casa de la Obra Pía, se colocaron allí dos tarjas. La primera contiene palabras del historiador Eusebio Leal: «En este lugar, don Martín Calvo de la Puerta, regidor del Cabildo de La Habana y figura prominente de la ciudad, instituyó testamentariamente, en 1669, una obra pía de su propia casa para sufragar los gastos y cubrir la orfandad y la pobreza de un grupo de muchachas, hijas de hidalgos sin fortuna, que tendrían derecho a recibir una dote mediante un sorteo. Nosotros somos los depositarios de esta interesante tradición de La Habana: la más célebre de las obras piadosas».

El texto de la segunda tarja parecería informativo, pero es también un acto de gratitud: «La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, de conjunto con la ONG Kultura, Communication y Desarrollo (KCD ONGD) y financiamiento de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo y del Ayuntamiento de Bilbao, han contribuido en la rehabilitación y acondicionamiento de espacios de este inmueble para el desarrollo del Laboratorio Psicodidáctico de Atención a las Mujeres».

La novedosa experiencia del Laboratorio, bien distante de ese sitio poblado de microscopios, probetas y reactivos químicos al que habitualmente remite la palabra, es un espacio innovador en los modos de hacer. A partir de técnicas y herramientas de la Psicología y la Didáctica esta iniciativa sugiere, diseña y abarca un conjunto de actividades culturales y recreativas que, en su esencia y desde un enfoque integrador y multidisciplinario, busca transformar la conducta y actitudes de las féminas en situaciones de vulnerabilidad.

Los profesionales que participan de este proyecto promueven consejerías, charlas, cines debate, así como talleres de psicoballet y manualidades diversas, todo ello integrado de manera coherente en el Programa Sociocultural de Atención a la Mujer. En su corta existencia (desde julio de 2022), la experiencia ha beneficiado a más de setenta mujeres en situaciones de vulnerabilidad que han encontrado aquí un ambiente propicio para crecer, espiritual y profesionalmente.

La Casa de la Obra Pía es un museo de artes dedicado a recrear el estilo de vida de la aristocracia habanera en la etapa colonial. Atesora una valiosa colección donde destacan piezas de artes decorativas, muebles, objetos utilitarios e indumentaria. Durante el año 2024 continuará el proceso inversionista en la institución el cual permitirá contar, a partir de mayo, con el Centro de Documentación. Más adelante será inaugurada una sala, que estará dedicada a las labores manuales y al vestuario en Cuba entre mediados del siglo XIX y hasta mediados del XX. También se habilitará un área para desarrollar talleres de corte y costura, así como de otras manualidades, declaró al Programa Cultural Irene García Guerrero, quien desde enero de este año funge como directora del Museo Casa de la Obra Pía.

En el contexto de las celebraciones por el aniversario 40 del Museo fue reinaugurada la Sala Introductoria, con un nuevo guion museológico y una visualidad que destaca temas fundamentales acerca de la edificación, así como datos acerca del origen y evolución del inmueble, y sobre la dote con que se beneficia a doncellas de La Habana. También comparte información de las familias y patronos que habitaron la casona, detalles del proceso de rehabilitación como parte del Primer Plan Quinquenal de Restauración del Centro Histórico, entre otros.

Desde noviembre de 2023, en el contexto de la Jornada por la No Violencia contra las Mujeres y las Niñas, la Sala de Exposiciones Transitorias acoge Vestir a lo antaño, exposición que contó con la curaduría de Marbelys Giraudy, entonces directora, y Regla de la C. Hidalgo Borges, técnica de museo. La muestra incluye piezas de la colección de indumentaria y accesorios. Propone una aproximación a las influencias del vestir en Cuba durante el siglo XIX (costumbrista) y primeros 50 años del XX, con énfasis en los cambios ocurridos en la imagen femenina. El Salón Polivalente, por su parte, invita a apreciar la exposición fotográfica Yo, de la joven artista Shanaya Herrera, estudiante de la Universidad de las Artes (ISA), quien resultó beneficiada por el proyecto de cooperación internacional desarrollado con KCD ONGD -AVCD.

Las transformaciones más significativas observadas en las mujeres vinculadas a esta experiencia están relacionadas con el desarrollo cultural, los cambios en proyectos de vida, así como la incorporación y la asimilación de herramientas que les permiten enfrentar conflictos de la vida cotidiana y aumentar la autoconfianza y la autoestima.

La experiencia del Laboratorio Psicodidáctico de Atención a las Mujeres ha sido abonada por la cooperación internacional que coordina y gestiona la OHCH. Los primeros proyectos de este tipo ejecutados en la Casa de la Obra Pía comenzaron a formularse en 2020 y se realizaron entre 2022 y 2023.Llevan por nombre «Promoviendo el apoyo a mujeres en situaciones de vulnerabilidad en el Centro Histórico de La Habana Vieja, desde la socialización, intercambio, participación y el vínculo con la historia y el patrimonio cultural» y «Promoviendo la inclusión sociocultural de las mujeres en el Centro Histórico de La Habana Vieja, a través de la gestión del patrimonio cultural y la atención psicosocial con perspectiva de género». Ambos han sido desarrollados de manera conjunta con Kultura, Communication y Desarrollo (KCD ONGD), y contaron con financiamiento del Ayuntamiento de Bilbao y la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo (AVCD).

Estas iniciativas han permitido además rediseñar espacios multifuncionales en la Casa, explicó Giraudy Gómez. Con la actual proyección museológica y sociocultural, la institución ha evolucionado hasta convertirse en un exponente de la perspectiva de género defendida por la OHCH, que transversaliza la obra de la gestión del patrimonio cultural en busca de un mejor ejercicio de los derechos de las mujeres.



[1] Francisco Pérez de la Riva, en Panoramas de Ayer. Una casa cubana del siglo XVII (Arquitectura, XII (136-137): 412-414, La Habana, noviembre-diciembre de 1944).

[2] Joaquín E. Weiss, Portadas coloniales de La Habana, Comisión Nacional de Monumentos, 1961.

[3] David López Ximeno, La Casa de la Obra Pía, una joya de La Habana antigua, La Jiribilla, el 10 de noviembre de 2020.

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