El Día Internacional de los Museos será celebrado por todo lo alto en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, con el concierto El dúo D’accord y la gran música de cámara, a cargo de este dúo integrado por la pianista Marita Rodríguez y el clarinetista Vicente Monterrey. En esta presentación, que tendrá lugar el sábado 18 de mayo, a las seis de la tarde, estará además invitada la clarinetista Aylet Roque. A continuación publicamos las palabras de la pianista Marita Rodríguez, que aparecen en el programa del concierto.
El dúo D’accord y la gran música de cámara, por Marita Rodríguez
En este concierto el dúo D’accord ha invitado a la clarinetista Aylet Roque para presentar un programa que recoge un momento muy particular dentro del Período Romántico de la música alemana (años finales del siglo XIX y principios del XX), representado en las figuras de Max Bruch y Max Reger, ambos compositores poco frecuentes en nuestras salas de concierto.
En esta oportunidad y tomando como siempre a la Basílica como escenario de lujo, el dúo D’accord cumple uno de sus retos artísticos más ansiados, la presentación de las Ocho Piezas de Max Bruch (primera audición de la obra completa en Cuba) y además dos obras pequeñas, pero muy interesantes, de Max Reger, para clarinete y piano.
Las 8 Piezas Op 83, para clarinete, viola y piano, fueron compuestas por Max Bruch entre 1908 y 1910 y dentro de su catálogo ocupan, junto a sus cuartetos de cuerda, un lugar muy relevante pues no solo le devolvió el éxito del que había disfrutado anteriormente como compositor respetado en su tiempo, sino porque fue un aporte importantísimo al género de Cámara como tal.
Como es natural, Bruch conocía las obras anteriores consagradas a dicha combinación instrumental: Trío “Kegelstadt” de Mozart, los “Cuentos de Hadas” de Schumann y además el Trio Op 114 de Brahms (clarinete, piano y cello, en este caso). Sumando esta herencia al hecho de que su hijo, Max Félix, a quien está dedicada la obra, fuera un consumado clarinetista, fue suficiente para inspirar al compositor y decidirse a componer estas piezas, que él mismo catalogó como grupo y no como Ciclo, resultando así su interpretación con un orden libre para los intérpretes.
Compuso primeramente dos de estas piezas a las cuales les puso título: “Melodía Rumana” y “Nocturno”, enmarcando desde el nacimiento mismo de este grupo de piezas el carácter romántico y apasionado que motivó su idea inspiradora. Fueron compuestas sin el orden en que posteriormente se editaron y como dato curioso, tres de ellas fueron inicialmente concebidas con arpa (de ahí el frecuente uso de acordes arpegiados y virtuosos pasajes de irregulares arpegios que encontramos en la parte para piano); aspecto que a sugerencia del editor, fue cambiado, sustituyendo el arpa por el piano. Algo parecido sucedió con la presencia de la viola en la obra, pues debido a la gran admiración que Bruch tenía por el trío Op. 114 de Brahms, algunas piezas fueron al inicio pensadas para cello en lugar de la viola. Actualmente existen varias ediciones: la de clarinete, viola y piano, que es la más interpretada y grabada; y otras dos ediciones: una donde se sustituye la viola por el cello y en otra el clarinete por el violín.
Con un espíritu de renovación en el tiempo, el dúo D’accord, junto a Aylet Roque, presenta al público cubano una novedosa versión de las 8 Piezas Op. 83 con el clarinete alto en el papel correspondiente a la viola (esta es una versión aportada por amigos de la Agrupación de Clarinetes de la Opera de Rouen, Francia, al dúo D’accord).
Nos hallamos en definitiva, ante una de las creaciones camerísticas más valiosas y singulares del tardío-romanticismo alemán y que requiere una entrega especial de sus intérpretes, no solo por la extensión de la obra, sino por el virtuosismo técnico e interpretativo que exige de los mismos.