Museos e historieta: el Cente Belge de la Bande Dessinée como paradigma europeo
Para celebrar el Día Internacional de los Museos la Vitrina de Valonia dedicó este mes su espacio habitual Tesoros de Bélgica, a ilustrar a los asistentes sobre el Centro Belga de la Historieta, institución que sirve de referencia a los amantes y estudiosos del cómic a nivel mundial. El martes 14 de mayo fue impartida en la institución la conferencia Los museos y la historieta: el Centre Belge de la Bande Dessinée(CBBD) como paradigma europeo, a cargo de Lysbeth Daumont, bibliotecaria de la Vitrina de Valonia. A continuación incluimos un resumen de la conferencia.
Por Lysbeth Daumont, bibliotecaria de la Vitrina de Valonia
El Centro Belga de la Historieta (CBBD, por sus siglas en francés) ha devenido, desde su creación en 1989, un centro de referencia del cómic a nivel mundial. Ubicado en los antiguos Almacenes Wacquez, el CBBD cuenta con un gran número de planchas originales de historietistas de Bélgica y de otros países europeos, una colección de más de 3 000 libros en diferentes idiomas, varias salas de exposición (de carácter transitorio y permanente), un anfiteatro, una sala de proyecciones de dibujos animados, una librería especializada y otros atractivos relacionados con el también denominado noveno arte.
El inmueble, de estilo art nouveau, fue diseñado en su totalidad por el célebre arquitecto belga Víctor Horta en 1903 y fue construido en 1906. Abandonado por sus propietarios, fue adquirido en 1984 por el Ministerio de Trabajos Públicos y posteriormente restaurado por la Régie des Batiments de Bruselas. Refiriéndose a la época de su carrera en que creó esta obra maestra, Horta escribiría: «(…) intentaba sintetizar aquí mi pensamiento, proclamaba que la casa no debía ser solamente la imagen de quien la ocupaba, sino que debía convertirse en su retrato». Considerando que la historieta forma parte del patrimonio inmaterial de esta nación por su importancia en los ámbitos cultural, económico y turístico, se decidió darle a esta casa la función que hoy posee. Desde inicios de 1980 un grupo de artistas (entre ellos Bob de Moor y Alain Baran) había comenzado a imaginar el diseño museográfico del lugar.
Entre los innumerables valores artísticos y arquitectónicos del edificio, además del exquisito diseño del lucernario, las puertas, lámparas y elementos de herrería, se encuentra una monumental escalera de mármol por la cual se accede a sus niveles superiores. Como un guiño a la obra de Hergé, el creador de Tintín, en uno de los escalones se simula un hueco en el lugar donde el Capitán Haddock (también protagonista de estas aventuras) siempre tropieza.
Figurines y accesorios que aluden a personajes tan conocidos como los Pitufos, Spirou, Lucky Luke, entre otros, también pueden apreciarse en este museo singular. Entre las actividades más importantes que organiza se encuentran las exposiciones que acogen las obras de dibujantes de todo el orbe, así como talleres de creación para niños y adultos. El cohete en que Tintín va a la Luna recibe a los visitantes, como invitándolos a volar hacia el fantástico mundo de la historieta.