En busca de una Habana inclusiva y accesible

Por: Leydis Luisa Hernández Mitjans

Habana huele a mar. Y a café, y a basura, y a polvo, y a sudor, y a perfume foráneo, aveces, a petricor. Los olores de la ciudad son -sobre todo- los olores de la gente: de la que permanece, de la que va y de la que vuelve. Son, en definitiva, otra manera de reconocer la urbe, porque los aromas no solo “descubren” una zona geográfica, también revelan privilegios y miserias, tanto de quien emana el olor, como de quien lo percibe.

Algunas personas, privadas de la vista o el oído, han convertido el sentido del olfato, el tacto o el paladar, en herramientas para decodificar su entorno. En esas personas, y en otras con diferentes tipos de singularidades, piensa la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana(OHCH) cuando sueña en convertirse en un espacio accesible para todos. Para ello creó el proyecto «La Habana Inclusiva: fortalecimiento de la accesibilidad en el Centro Histórico de la ciudad en su 500 aniversario», en el cual ha contado con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Como parte de esa iniciativa, la OHCH ha impulsado la elaboración e implementación de un Plan Integral de Accesibilidad que pretende garantizar el acceso universal a la ciudad. Bajo esta premisa el programa Rutas y Andares ha ideado varias propuestas que pretenden ampliar el espectro de públicos que disfrutan del Centro Histórico.

Andar y sentir La Habana
Los tres primeros viernes de agosto, por ejemplo, tendrá lugar el Andar y sentir La Habana. La accesibilidad cultural en el Centro Histórico, idea diseñada para socializar varios espacios de la Oficina tomando como puntos de partida los sentidos del olor y el tacto.

El primer recorrido será La Habana y sus olores, que saldrá el próximo 4 de agosto, a las 10:00 a.m.,de la Plaza de Armas. Completan la propuesta Una Habana para tocar (11 de agosto, 10:00 a.m., con salida de la Calle de Madera, en la Plaza de Armas) y Mi Habana, tu Habana (18 de agosto, 10:00a.m., en la sede de Cultura entre las manos, ubicada en la calle Narciso López, núm. 4-14 e/ Enna y Ave. del Puerto.

El recorrido Una Habana para tocar, potenciará el sentido del tacto; mientras que Mi Habana, tu Habana tomará en cuenta la perspectiva visual de las personas sordas desde expresiones artísticas como la danza, la pintura y la fotografía.

Como paso previo a los recorridos, el equipo de trabajo de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI) organizó un taller de preparación para especialistas de la Dirección de Patrimonio Cultural de los centros y museos de la OHCH, quienes serán guías de los recorridos. Allí dialogaron sobre las características de las personas ciegas y el trato que se les debe ofrecer, “libre de lástima, infantilización y con naturalidad”, aseguró Karina González, miembro del secretariado Nacional de la ANCI.

La organización que agrupa a personas invidentes o con baja visión surgió en julio de 1975, promueve la inclusión de los más de 30 mil afiliados que tienen en todo el país desde la perspectiva “nada para nosotros sin nosotros”, toda vez que, con la mejor de las intenciones, han surgido proyectos que desconocen las características y necesidades de aquellos a quienes pretenden ayudar.

Durante la capacitación, celebrada en el teatro del Centro Cultura entre las manos, el secretario de Relaciones Públicas de la Dirección Nacional de la ANCI, Jorge Luis Cabrera, explicó los modos de uso del bastón y comentó acerca de esa relación espacial y física que se establece entre la persona ciega y su guía. Este encuentro se realizó en el marco del proyecto de cooperación internacional “Fortalecimiento de estrategias amigables con las personas adultas mayores del municipio”, financiado por la Asociación de Entidades Locales Vascas Cooperantes – EUSKAL FONDOA.

Tradición de sumar
“Mientras hagamos estas cosas grandes, siempre tendrá sentido cualquier sacrificio. En tiempos tan duros para todos, que un equipo se mueva para hacer el bien a los demás, es para sentir orgullo y satisfacción con nuestro trabajo”, aseguró Katia Cárdenas, directora de Gestión Cultural de la Dirección de Patrimonio Cultural al conocer el extraordinario impacto que tuvo el Andar Somos Uno realizado el pasado 11 de julio con los niños/as de la escuela especial Solidaridad con Panamá.

El proyecto Somos Uno es otro de los ejemplos de esa filosofía inclusiva y de accesibilidad que define la esencia de la Oficina del Historiador. Fue creado para infantes con discapacidad visual, auditiva,físico-motora, intelectual, con trastorno del espectro autista y de la conducta, con necesidades especiales de fotoprotección, así como para residentes en Hogares de Asistencia Social y centros de atención pediátrica.

“Esta ha sido de las experiencias más hermosas e impactantes que he vivido en el trabajo de promoción cultural. Solo por ver la alegría en los rostros de esos niños/as vale la pena cualquier desvelo. A veces nos quejamos por carencias en nuestras vidas, que son una simpleza cuando vemos las limitaciones a la que estos/as chicos/as se enfrentan cada día, con tanta valentía, ganas de vivir,con alegría y gratitud por cada gesto de amor que reciben. He aprendido y recibido más de ellos que lo que le he podido ofrecer. Y he constatado que para obras de amor como esta se pueden juntar noblemente las voluntades más diversas”, destacó la poeta y ensayista Yanelys Encinosa, al concluir el recorrido que llevó a los niños/as a varias instituciones del Centro Histórico, incluido el Museo del Chocolate y una presentación de la compañía Danza-Teatro Retazos.

Somos Uno integra el Programa Social de la Oficina y cuenta con el apoyo del proyecto de cooperación internacional “Fortalecimiento de programas inclusivos para personas en situación de discapacidad del territorio, desde un enfoque de derechos y equidad de género”, financiado por la Asociación de Entidades Locales Vascas Cooperantes – EUSKAL FONDOA.

Las iniciativas de este verano por una Habana inclusiva y accesible desde lo cultural son parte también de ese largo trabajo de sensibilización que ahora rinde frutos, aunque está lejos de ser materia vencida.

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