Las colecciones, razón de ser de los museos

Por: Yimel Díaz Malmierca

Fotos: Julio Larramendi

            Néstor Martí

 Desde 1977 el Consejo Internacional de Museos (ICOM) dispuso dedicar un día a esas instituciones que atesoran y difunden parte de la huella del paso del hombre por la Tierra. Esta conmemoración mucho tiene que ver con la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), rectora del quehacer de 24 centros culturales, así como de 47 salas históricas y museos, algunos de ellos entre los más visitados de Cuba.

En busca de respuestas acerca de cómo se ha organizado la festividad en el Centro Histórico, de la labor cotidiana de estos espacios y de los eventos que este mes tendrán lugar en sus predios, conversamos con Gladys Collazo Usallán, directora general de Patrimonio Cultural de la OHCH.

¿Por qué un día para los museos?

 Hace 46 años, cada 18 de mayo o alrededor de esa fecha, el ICOM festeja el Día Internacional de los Museos con eventos y actividades que pueden durar una jornada, un fin de semana o, incluso, toda la semana. La convocatoria se presenta con un lema unificador como han sido Museos, puente entre culturas, Museos y patrimonio universal, Museos y turismo, Museos y memoria…. El de esta ocasión es Museos, sostenibilidad y bienestar.

 Los museos de la OHCH son de un valor extraordinario, por el contenido de sus colecciones y por los inmuebles que los hospedan. Recientemente se nos incorporó la Academia de Ciencias, cuyo edificio es Monumento Nacional y albergará, cuando termine su restauración, al Museo de la Ciencia que incluye la antigua farmacia San José, con lo cual completaremos la red de esas instituciones patrimoniales del Centro Histórico, integrada ahora por Taquechel, Johnson y La Reunión.

¿Cómo celebrará la OHCH el Día Internacional de los Museos?

 A partir de la nueva responsabilidad que tengo como directora general de Patrimonio Cultural, hemos coordinado un plan de actividades con varias direcciones de la propia Oficina y, sobre todo, con la de Bienes Patrimoniales (encargada de todo lo que tiene que ver con el patrimonio documental y museístico de esas instituciones). El propósito es resaltar la singularidad de cada uno de los espacios que atesoran valiosas y variadas colecciones.

La OHCH tiene tres museos de titularidad nacional, el de la Cerámica, el del Ferrocarril y el de la Numismática, instituciones que dictan la política nacional en torno a esas temáticas. También poseemos otras que, desde sus colecciones, abordan tópicos diversos. Entre ellas encontramos el Museo Napoleónico, donde se recrea la época del emperador francés; la Casa del Vedado, que exhibe hábitos y costumbres habaneros; la Casa de las Tejas Verdes, que nos habla del crecimiento urbanístico de la ciudad en el siglo XX; la sala de teatro y museo de títeres El Arca; o el atractivo Museo del Automóvil, medio de transporte que, si bien ha inspirado a coleccionistas de otras urbes de Cuba, encontró en La Habana a un joven director, cuya creatividad cautiva y enamora.

En torno a la temática de este año hemos organizado exposiciones, talleres, paneles, conferencias y la Fiesta de los Patios, donde involucraremos a muchos de nuestros museos que tienen bellos patios. Tendremos el apoyo total de la Dirección de Inversiones para que los proyectos puedan ser ejecutados y participarán emprendedores de la comunidad que mucho hacen por la sostenibilidad y el bienestar del Centro Histórico.

Durante estas jornadas destacaremos la labor de aquellos que llevan veinte o veinticinco años de su vida laboral dedicados al patrimonio, sobre todo, veladores, administradores, promotores culturales y conservadores, cuyo trabajo es tan importante como el de los especialistas principales y los directivos. De ellos depende, en gran medida, el cuidado de los bienes patrimoniales y la relación del público con el museo.

¿Qué actividades incluye la Fiesta de los Patios?

 Los patios coloniales ocupan un lugar destacado en la arquitectura de muchos de los inmuebles que atesoramos. Nos interesa divulgar lo que habitualmente ocurre en ellos, cómo se involucran en la vida de los museos y de la comunidad que los rodea; y cómo podemos insertar ahí, de manera armónica, las colecciones museísticas.

A lo largo de su historia, la Oficina se ha caracterizado por un fuerte trabajo comunitario.  Los museólogos y promotores culturales de nuestras instituciones realizan visitas guiadas y organizan talleres con niñas y niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas mayores. El contacto con las escuelas es cotidiano mediante las aulas museo y otras iniciativas pedagógicas. El tema de género se ha incorporado con fuerza en los últimos años a los programas de los museos y centros culturales. Esa dinámica, tan propia de la Oficina, es la que pretendemos llevar a la Fiesta de los Patios coloniales, que se extenderá del 15 al 20 de mayo, e incluirá actividades diurnas y nocturnas, planificadas de manera escalonada para que el público pueda participar en todas.

Como parte de la jornada sesionarán talleres de los que cotidianamente desarrollan nuestras instituciones para diversos tipos de público. Es un anhelo que esos espacios de creación se vinculen directamente con las colecciones que definen y singularizan cada lugar. Todas estas actividades por el Día Internacional de los Museos estarán dedicadas al centenario de Marta Arjona, ceramista de profesión, directora de Artes Plásticas y de Museos y Monumentos del Consejo Nacional de Cultura, presidenta fundadora del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC) y coautora de las leyes 1 (de Protección al Patrimonio Cultural) y 2 (de los Monumentos Nacionales y Locales), aprobadas en agosto de 1977. También es parte de su legado, el diseño de la política para la conservación y la restauración del patrimonio nacional, así como la red de museos de Cuba. Nació el 3 de mayo de 1923 y murió el 23, también de mayo, de 2006.

¿Cómo se vinculó usted al trabajo con el patrimonio?

 Estudié licenciatura en Información Científica y Bibliotecología en la Facultad de Artes y Letras (Universidad de La Habana), equivalente a lo que es hoy la carrera de Ciencias de la Información. Al graduarme, en 1992, visité el Consejo Nacional de Patrimonio para una posible ubicación laboral. Quería saber qué podría hacer allí. Me recibió la misma Marta Arjona, quien estaba buscando un graduado de mi especialidad para coordinar y organizar un sistema automatizado de inventario de bienes patrimoniales y elaborar lenguajes controlados y tesauros especializados en las diferentes manifestaciones de los inventarios automatizados.

Me sorprendió que una persona tan mayor identificara la necesidad de automatizar esos procesos, en tiempos en los que las cámaras y equipos digitales aún parecían cosas del futuro. Marta siempre priorizó esos temas y defendió que los centros de Patrimonio de cada provincia del país tuvieran el equipamiento necesario para realizar el inventario automatizado de los bienes patrimoniales.

Dediqué casi dos décadas de mi vida a ese trabajo, fueron años de mucho trabajo y de recorrer todo el país. Aprendí a clasificar, enriquecimos el tesauro de la especialidad y conseguimos poner de acuerdo a expertos de varias especialidades (musicólogos, arqueólogos, psicólogos, arquitectos, diseñadores…) para integrar toda la información en una base de datos única. Recuerdo que me tocó trabajar directamente con la colección del Museo Romántico de Trinidad. Fue angustioso inventariar cada una de las piezas de las vajillas, por ejemplo. Había que medirlas, describirlas, verificarlas…, pero valió la pena, pues permitió, entre otras investigaciones, realizar estudios comparados de las colecciones de los ocho museos de artes decorativas que existen en Cuba.

De aquel quehacer nació una herramienta muy útil: el Sistema Nacional de Inventarios, cuya base de datos incluye todos los objetos e inmuebles patrimoniales del país, los describe y clasifica según su grado de protección. Las veces que he impartido conferencias en el exterior y hablo de él, los oyentes quedan maravillados. Para muchos es una iniciativa impensable en naciones donde las instituciones no comparten información acerca de sus colecciones, pues responden a distintos propietarios. Siempre recuerdo el Museo Nacional del Prado y el Centro de Arte Reina Sofía, ambos en Madrid, muy cerca uno del otro, pero ninguno se conoce en realidad.

La Oficina del Historiador, en cambio, tiene su propio sistema de inventario y desde hace unos años trabaja en un repositorio público online, en el que aparecen muchas de las piezas de nuestras instituciones. Es parte de nuestro trabajo hacer cada vez más visible y completa esa herramienta.

En los primeros días de mayo tendrá lugar en La Habana el Primer Congreso Internacional de Patrimonio Cultural y la Feria Internacional de Turismo. ¿Qué participación tendrá la OHCH en esos eventos?

El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural ha organizado el Congreso Internacional de Patrimonio Cultural que tendrá por sede el Museo Nacional de Bellas Artes y abordará temas vinculados con la gestión del patrimonio. Por Cuba asistirán especialistas y representantes de diversas disciplinas, incluida la red de museos de todo el país.

En ese contexto, la Oficina ha presentado la propuesta de insertar un panel dedicado a la vida y obra de Marta Arjona, en el que participarán personas que trabajaron con ella, incluidas aquellas que desde las provincias colaboraron, por ejemplo, en la confección de los expedientes del Patrimonio Mundial. El panel es una iniciativa que organizamos junto a Moraima Clavijo, la actual presidenta del ICOM-CUBA, y será parte del homenaje de la Oficina del Historiador por el centenario del natalicio de la maestra.

Acerca de la Feria Internacional de Turismo, puedo añadir que este año estará dedicada al patrimonio y tendrá al Centro Histórico como una de sus sedes. Es un hecho que el modelo de gestión de la Oficina ha sido exitoso, lo evidencian múltiples ejemplos de restauración y conservación de bienes patrimoniales, así como el trabajo social-comunitario desarrollado y la prioridad que reciben los vecinos que viven en nuestro entorno. Pero es preciso perfeccionarlo y en ese camino hemos propuesto imbricar aún más el turismo a nuestras propuestas.

Con ese fin se ha potenciado y fortalecido, dentro de la estructura de la Oficina, la empresa Gestión del Patrimonio, que posee una amplia diversidad de tiendas donde se ofertan suvenires relacionados con lugares del Centro Histórico y con las colecciones de nuestros museos. También se cuenta con la agencia turística San Cristóbal, que tiene un diseño de rutas patrimoniales entre las que destaca el muy solicitado recorrido por el Capitolio Nacional.

¿Qué retos tiene la Dirección de Patrimonio Cultural de la OHCH?

 El reto principal es preservar la obra de Eusebio Leal. Son otros tiempos e impronta, pero la esencia es la misma: proteger nuestro patrimonio y divulgarlo. Actualmente tenemos varias obras en proceso de restauración, como el antiguo Convento de Santa Clara, que en unos años será el Colegio para la Formación en Artes y Oficios de la Restauración del Patrimonio. Hay otras, como el Museo del Tabaco, el Museo Nacional del Café, y la obra colosal del Castillo del Príncipe, otra de las fortificaciones importantes que existen en La Habana.

La vida en el Centro Histórico de La Habana es mucho más dinámica que en otros lugares. Hasta aquí llegan personas de todo tipo y casi todas las visitas oficiales de las personalidades que arriban al país. Si alguien quiere ver cómo funciona un aula museo, un proyecto sociocultural, o estudiar algún asunto específico vinculado al patrimonio o a las culturas árabes, africanas, asiáticas, francesa, latinoamericana…, puede llegar a las instituciones de la OHCH.

Aquí existe además una rica vida cultural, distinguida por la calidad de los festivales y eventos nacionales e internacionales que organizamos. Y no menos importante, la obra social que se articula con ello. Todo es parte del legado de Leal que debemos hacer perdurable.

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