27 ediciones del Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos «Habana Vieja Ciudad en Movimiento» Isabel Bustos: el vuelo más alto

Por: Yimel Díaz Malmierca

Desde hace casi tres décadas, 28 años para ser más exactos, cuando la primavera se ha instalado en el Centro Histórico, los habaneros disfrutan de jornadas peculiares en las que la danza se imbrica con la cotidianidad, el patrimonio, la arquitectura, la historia…

La proeza de entrar con arte en la vida de las personas y llenar las calles de bailarines, músicos y artistas de manifestaciones diversas, es de Isabel Bustos, de su compañía Danza Teatro Retazos y del equipo multidisciplinario que le ha secundado durante 27 ediciones del Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos «Habana Vieja Ciudad en Movimiento». A ellos debemos convocatoria, organización y producción de un evento que es, sobre todo, resultado de la insaciable creatividad de Isabel y de su compromiso sociocultural.

Aquellos siete bailarines que integraban Retazos que dieron los primeros pasos del Festival en 1996 se multiplicaron y llegaron a ser más de mil artistas, tal como sucedió entre 2016 y 2019, cuando el evento alcanzó cifras récords de participación. Organizado junto a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y apoyado por el Centro de Teatro de La Habana, el también conocido como Festival de Danza Callejera apuesta por renacer desde 2021, luego de la pausa impuesta por la pandemia de la Covid-19.

Sobre los orígenes y peculiaridades de este encuentro conversamos con su fundadora, la también Premio Nacional de Danza (2012), Isabel Bustos, y con Eugenio Chávez Pérez, coordinador general, quien asegura que «la recuperación no ha sido cosa de un día, como tampoco lo fue contar con más de mil personas. Tomó tiempo que se dieran cuenta de que este es un espacio de libertad para crear»

¿Cómo recuerda Isabel Bustos los primeros pasos de esta «Ciudad en Movimiento»?

«Desde el primer día Eusebio Leal miraba todo lo que hacíamos. Cuando trabajábamos en la Calle de Madera se paraba en el balcón del Museo de la Ciudad, para que yo no supiera que estaba allí, pero igual me enteraba. Luego iba de una función a otra de manera casi inadvertida. Yo lo consideraba mi amigo —reconoció la directora general y coreógrafa de la compañía Danza Retazos —, así como el Festival. No era que nos viésemos a toda hora ni todos los días, pero me dio absoluta libertad para crear: “Haz lo que quieras y necesites, no me estés preguntando. Te apoyaré en todo lo que pueda”, me decía. Y así fue.

Llevamos casi 20 años en Las Carolinas, sede inaugurada en el 2005, aunque al Centro Histórico llegamos mucho antes. Yo le había pedido a Silvio Rodríguez que hablara con Eusebio para que nos diera un espacio en la Oficina del Historiador, pues andábamos como gitanos por la ciudad. Me gustaban la Casas Museos como espacios para crear y pasamos por varias antes de tener la nuestra. Para el Ministerio de Cultura era difícil asumir todo lo necesario, y Eusebio fue la persona que hizo realidad nuestros sueños».

¿En qué momento se incorporó la perspectiva académica al Festival?

«Décadas atrás era muy mal visto que las agrupaciones danzarias actuaran fuera de los teatros, era una falta de respeto a la profesión, significaba abaratar demasiado el arte de la danza –explicó Isabel–, pero los conceptos cambiaron y la gente fue otorgándole valor a lo que hacíamos. La danza en la calle ganó un espacio que no tenía y la danza contemporánea comenzó a valorarse de otra manera.

A eso debemos sumar la riqueza que han aportado los teóricos y la presencia de propuestas extranjeras que permiten apreciar lo que se hace en Europa y en países de la región como Ecuador, Chile, Argentina, y México, nación esta última que se ha mantenido muy cerca del Festival. Este año, a pesar de la situación mundial y de las dificultades para viajar, tendremos una presencia extranjera mayor, lo cual propiciará intercambios muy interesantes».

Chávez Pérez, por su parte, añadió que «el Festival marcó una manera de trabajar que al principio parecía inaudita. Isabel llevó a que las personas percibieran que no había que trabajar ´a la italiana´ todo el tiempo, es decir, espectáculo y público frente a frente. También llamó la atención sobre la arquitectura a través de la danza. Al principio pocos creíamos en el Festival. Fue un largo proceso de convencimiento y de trabajo hasta que la gente empezó a decir: “Espera, aquí hay algo que vale la pena”; y entonces decidieron subirse al carro de compartir y disfrutar las calles con la danza. Así llegaron especialistas que empezaron a pensar la danza, a profundizar y cuestionarse la relación con el espacio urbano y por qué en ese entorno se establece un vínculo tan directo entre el público y los danzantes.

«El evento atrajo agrupaciones de diversos países, y como parte del programa se organizaron talleres y clases magistrales absolutamente gratuitas con primeras figuras de las artes escénicas. Así fue, por ejemplo, con artistas del Circo del Sol en una esquina de La Habana Vieja años atrás. El Festival ha fundado un espacio que rompió con la cotidianidad de la danza en Cuba, por eso había que pensar qué estaba sucediendo y es ahí cuando entra el Instituto Superior de Arte y los académicos, quienes empezaron a estudiar qué había pasado con Isabel y qué resultados había obtenido. Ese acompañamiento es muy importante porque ayuda a poner las cosas en su sitio», aseguró el gestor cultural.

Chávez Pérez, por su parte, añadió que «el Festival marcó una manera de trabajar que al principio parecía inaudita. Isabel llevó a que las personas percibieran que no había que trabajar ´a la italiana´ todo el tiempo, es decir, espectáculo y público frente a frente. También llamó la atención sobre la arquitectura a través de la danza. Al principio pocos creíamos en el Festival. Fue un largo proceso de convencimiento y de trabajo hasta que la gente empezó a decir: “Espera, aquí hay algo que vale la pena”; y entonces decidieron subirse al carro de compartir y disfrutar las calles con la danza. Así llegaron especialistas que empezaron a pensar la danza, a profundizar y cuestionarse la relación con el espacio urbano y por qué en ese entorno se establece un vínculo tan directo entre el público y los danzantes.

«El evento atrajo agrupaciones de diversos países, y como parte del programa se organizaron talleres y clases magistrales absolutamente gratuitas con primeras figuras de las artes escénicas. Así fue, por ejemplo, con artistas del Circo del Sol en una esquina de La Habana Vieja años atrás. El Festival ha fundado un espacio que rompió con la cotidianidad de la danza en Cuba, por eso había que pensar qué estaba sucediendo y es ahí cuando entra el Instituto Superior de Arte y los académicos, quienes empezaron a estudiar qué había pasado con Isabel y qué resultados había obtenido. Ese acompañamiento es muy importante porque ayuda a poner las cosas en su sitio», aseguró el gestor cultural.

¿Qué otro resultado sobresale del Festival?

«La posibilidad de pasear, en apenas una semana y libre de costo, por diferentes maneras de hacer la danza en el mundo, atrajo la atención de todas las compañías del país. Querían estar en ese momento en La Habana, pues les permitía tener contacto con lo que pasaba en el mundo en materia de danza contemporánea. Ese interés fue in crescendo y las agrupaciones comenzaron a marcar la fecha del Festival en sus agendas. Por ese camino se convirtió en un regalo tremendo poder contar con Danza Fragmentada, de Guantánamo; Liliam Padrón, de Matanzas; Ernesto Alejo, de Santa Clara; el Ballet Folklórico de Camagüey; Codanza, de Holguín. etc… Que ellos asumieran estas jornadas como sitio natural para mostrar su trabajo del año fue un plus del Festival y de Isabel que no esperábamos», concluyó Chávez Pérez.

¿Existe algún referente internacional de este tipo de evento?

«En México –recuerda Isabel Bustos–, mucho antes de que empezáramos a organizar nuestro Festival, celebraban el Día de la Danza. Desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche desfilaban muchas agrupaciones; cada una tenía 5 minutos para exhibir su obra. Esto se organizó una o dos veces y luego nunca más. En Barcelona había también un evento similar al nuestro; fuimos varias veces, pero las distancias entre las instalaciones que servían de sede eran demasiado largas. Allí no existe la continuidad que tenemos en La Habana, donde sales de una casa museo y entras a otro espacio de presentación, luego a otro, y así va fluyendo el día entre agrupaciones y propuestas diversas. El público lo disfruta y los artistas se sienten felices porque pueden ver y saberlo todo».

¿Qué peculiaridades tendrá la edición de este año?

«En 2022 apenas dos compañías latinoamericanas pudieron coger un vuelo y llegar a La Habana, el mayor peso lo tuvieron los artistas nacionales –recordó Eugenio. Todo el que bailaba en la ciudad participó y el público disfrutó, pero este año habrá representación de Colombia, Ecuador (Compañía Nacional de Danza y el Pez Dorado) y México. En materia de producción estamos recomenzando, es como volver a las raíces, cuando teníamos que mover los equipos de audio de una esquina a otra. No obstante, con los pies en la tierra, de la manera en que se pueda, la danza tendrá su espacio en La Habana Vieja. Aún hay varias agrupaciones intentando llegar, pero en este momento no podemos aspirar a aquellas grandes convocatorias de cinco días, entre otras razones, porque entonces el equipo que organizaba era de 30 personas y hoy somos menos».

El ímpetu de Isabel Bustos ha sido esencial para dar vida a eventos como los festivales DVDanza Habana: Movimiento y Ciudad, Impulsos (encuentro de jóvenes coreógrafos), y el internacional de Danza en Paisajes Urbanos «Habana Vieja: Ciudad en Movimiento». ¿Qué novedades en este sentido podemos esperar de usted en los próximos años? 

«Para mí es muy importante crear espacios para la gente –responde la maestra Isabel sin titubear–, por ejemplo, desde que empezó el año estuvimos ofreciendo, cada jueves, funciones para niños y adolescentes que nos sirven de preparación a los de Retazos, y también para sensibilizar a esos muchachos que usualmente no saben de arte ni de danza. Los chicos son de escuelas vecinas, llegan haciendo bulla, hablando alto, diciendo malas palabras, peleando entre ellos, y los maestros, tratando de hacerlos callar. Cuando termina la función hay un silencio total, algunos bajan al escenario a conversar con los bailarines, les dicen que quieren tomar clases… En apenas media hora se ve el impacto que el arte tiene en las personas y los chicos empiezan a descubrir que hay algo en la danza. Por eso creo que es importante para la sociedad, la juventud y La Habana, que la gente joven pueda involucrarse en experiencias como estas».

La agenda del festival

Del 21 al 23 de abril, en espacios e instituciones del Centro Histórico: 27 Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos «Habana Vieja: Ciudad en Movimiento», que cubre un amplio espectro de tendencias y manifestaciones artísticas: exposiciones, conciertos, video arte, y performance, así como talleres, clases y evento teórico.

La Plaza de Armas, las calles Mercaderes, Oficios, Amargura y Obrapía serán los escenarios principales junto a la sede de Danza Teatro Retazos (Jardín Las Carolinas) y otros centros culturales como a+ Espacios Adolescentes, Habana Espacios Creativos, Sala de la Diversidad, Almacenes de San José, Convento de Belén, Centro de Desarrollo de las Artes Visuales y Fábrica de Arte Cubano. Este último, como una extensión a otra zona de la ciudad.

Viernes 21 de abril

De 10:00 a.m. a 2:30 p.m.: Programación de clases, evento teórico y talleres

12:00 m.: Pasacalle inaugural de exposiciones del 17 Festival DVDanza Habana: Movimiento y Ciudad: muestra de videodanza y medioambiente, en Sala de la Diversidad; muestra oficial, en Centro de Desarrollo de las Artes Visuales; e inauguración del evento y de la muestra Choreoscope, Festival de Cine de Danza de Barcelona y Pantalla TV, en Habana Espacios Creativos

De 1:00 p.m. a 2:30 p.m., en la sede de Danza Teatro Retazos (Jardín Las Carolinas): Clases magistrales

3:00 p.m., en Plaza de Armas: Inauguración del 27 Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos «Habana Vieja: Ciudad en Movimiento», y presentación de compañías invitadas

4:30 p.m., en la sede de Danza Teatro Retazos (Jardín Las Carolinas): Presentación de compañías invitadas

Sábado 22 y domingo 23 de abril

De 10:00 a.m. a 2:30 p.m.: Programación de clases, evento teórico y talleres

10:00 a.m., en Plaza de Armas: Presentaciones para niños/as

De 1:00 p.m. a 2:30 p.m., en la sede de Danza Teatro Retazos (Jardín Las Carolinas): Clases magistrales

2:00 p.m., en Habana Espacios Creativos: 17 Festival DV Danza Habana: Movimiento y Ciudad

3:00 p.m., en Plaza de Armas: Presentación de compañías invitadas

4:30 p.m., en la sede de Danza Teatro Retazos (Jardín Las Carolinas): Presentación de compañías invitadas

Talleres

Martes 18, miércoles 19 y jueves 20 de abril, 10:00 a.m., en Habana Espacios Creativos: Taller de videodanza, con Ana Baer, México EE.UU.

Viernes 21 y sábado 22 de abril, en Habana Espacios Creativos: Taller de flamenco, con la compañía flamenca Ecos

Clases magistrales

Sábado 22 y domingo 23 de abril, de 11:00 a.m. a 1:00 p.m., en el Centro a+Espacios Adolescentes: Clases magistrales

Sábado 22 y domingo 23 de abril, 1:00 p.m., en la sede de Danza Teatro Retazos (Jardín Las Carolinas): Clases magistrales

Evento teórico

Sábado 22 de abril, 10:00 a.m., en Habana Espacios Creativos: Fórum «Danza: porfías para retenerte»

Otras presentaciones

Viernes 21 de abril, 8:00 p.m., en la Fábrica de Arte Cubano: Festival DVDanza Habana: Movimiento y Ciudad

Domingo 23 de abril, 11: 00 a.m., en el centro cultural Almacenes de San José: Los Dandys de Belén

Programación online

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