Dos momentos de la Fiesta del Libro Infantil

Por: Anabel Rescaille Rabell

Fotos: Néstor Martí

La Fiesta del Libro Infantil en las Aulas Museo es un proyecto de la Oficina del Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana pensado para los niños y las niñas del Centro Histórico habanero, con un programa que posee un valor que integra lo educativo y lo disfrutable, como debe ocurrir en cualquier proceso de aprendizaje.

Como parte de la jornada, el pasado lunes 3 de abril los pequeños/as estudiantes de las Aulas Museo tuvieron la oportunidad de acercarse a la vida y obra de dos autores esenciales. Se trata de Hans Christian Andersen y José Martí, dos personalidades que, si bien distan en numerosos aspectos, comparten la entrega al trabajo con y para los infantes.

Durante la mañana tuvo lugar la procesión hacia el busto de Hans Christian Andersen que se encuentra en el Jardín Ecológico del Palacio del Marqués de Arcos, para colocar una ofrenda floral y leer, como ya es tradición, una carta al escritor danés. El emotivo acto además de recordar el natalicio de Christian Andersen, es una oportunidad especial para que los niños y niñas interactúen con autores cubanos que dedican parte de su obra al público más joven, así como para hacer reflexionar a los estudiantes sobre la trascendencia de la literatura y su importancia para crecer y para ser feliz. Este último detalle, muchas veces olvidado, fue el hilo conductor que tomó consecuentemente Maikel Rodríguez Calviño, autor que estuvo a cargo de moderar las interacciones entre los infantes y los especialistas que participaron.

Por su parte, fue inaugurada en el horario de la tarde la exposición Una historia para Nené, con ilustraciones del artista Raúl Martínez Hernández, que recrean algunos pasajes de cinco textos que aparecieron publicados en La Edad de Oro. Los niños y las niñas, además de familiarizarse con el concepto de galería e intercambiar con el creador de las piezas que pudieron apreciar, disfrutaron de las imágenes y los fragmentos de las historias que las acompañaban. En esta confluencia entre artes plásticas y literatura los pioneros identificaron rápidamente los personajes de “Bebé y el señor Don Pomposo”, “El camarón encantado”, “La muñeca negra”, “Nené traviesa” y “Los zapaticos de rosa”. El entusiasmo y la curiosidad de los niños se manifestaron con naturalidad y alegría, homenaje justo a la obra de José Martí, quien defendió siempre que lo importante era que los más pequeños quisieran saber.

La obra social que lleva a cabo la Oficina del Historiador de la Ciudad se materializa en la Fiesta del Libro Infantil, entre otras razones, por la variedad de acciones con un carácter inclusivo que propone espacios para proponer los entornos protectores para la niñez y la adolescencia en La Habana Vieja.

Las actividades mencionadas en este breve texto más allá de transmitir una satisfacción momentánea, invitan a reflexionar sobre algunas cuestiones que solemos dar por sentadas. Por qué existe la literatura para niños, por qué es importante que desde la infancia nos acerquemos a los libros, qué distingue a la literatura infantil de la literatura para adultos. Precisamente José Martí y Hans Christian Andersen cuestionan, desde su obra y su ideario, los conceptos preestablecidos que podemos tener sobre estos temas, de obligatorio debate a la hora de pensar nuestros programas dedicados a la infancia.

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