La Casa Oswaldo Guayasamín exhibe por estos días la muestra Revulsión, que forma parte del ejercicio de graduación de los jóvenes Liuby Hernández Tamayo y Yacel Izquierdo Díaz del Instituto Superior de Arte (ISA).
El proyecto, conformado por obras instalativas, es un acercamiento, desde el arte, a los procesos internos del organismo humano. Su propio nombre procede de la medicina y se refiere a la forma de curar ciertas enfermedades internas a partir de la inducción de congestiones externas, algo así como provocar un dolor menor para solucionar uno mayor. Estos procesos que tienen lugar a nivel celular, son una representación de aquellos que en las sociedades se dan, asociados a los conceptos de poder y libertad. La exposición alude todo el tiempo a estos términos para establecer metáforas de las relaciones sociales.
En las palabras del catálogo de la muestra, Chrislie Pérez señalaba que las piezas que la conforman “han sido realizadas utilizando técnicas gráficas que funcionan como medio y no fin para la realización de la obra de arte. Ofrecen una visión renovada del grabado, e igualmente potencian otros aspectos creativos de dicho manifestación, vinculadas a lenguajes más contemporáneos del quehacer artístico. Son piezas que actúan como un sistema, ya que poseen una estrecha relación entre sí, aun cuando se expresen autónomamente. Utilizan la relación belleza- repulsión como estrategia expresiva para llamar la atención sobre estos procesos. Con esto pretenden crear una sensación de ambigüedad y extrañamiento en el espectador a partir de la interacción con imágenes procedentes de su interior, con las cuales debiera estar familiarizado, pero que en la práctica le son ajenas.”
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