Por: Yimel Díaz Malmierca
La vocación y el compromiso social-comunitario de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) se corroboran cotidianamente en los múltiples proyectos que gestan los museos y centros culturales de esa institución.
El diseño de iniciativas para niños y jóvenes tiene más de dos décadas de experiencia e incluye visitas escolares, Aulas Museo, la propuesta Niños Guías del Patrimonio, y el proyecto Somos Uno, dirigido a pequeños con necesidades educativas especiales y en situaciones de vulnerabilidad.
La apertura en el 2017 del Centro a+ Espacios Adolescentes consolidó el quehacer con ese grupo poblacional y abrió nuevos horizontes. Para ellos se pensó la Ruta Joven, con múltiples e innovadoras miradas; y el centro cultural Habana Espacios Creativos, ambos enfocados en potenciar el protagonismo y la formación de la juventud.
Si importante ha sido esa estrategia pensada para los más jóvenes, loable ha sido también la obra dedicada a los mayores de 60 años, avalada ahora por un estudio de enfoque científico cuyos resultados acaban de ver la luz en forma de publicaciones: Envejecer en La Habana Vieja: Una mirada desde los escenarios demográfico y cultural (2012-2018), y Guía de Servicios e Información para personas mayores de La Habana Vieja.
Ambas entregas, que se distribuyen gratuitamente en bibliotecas y espacios afines de la OHCH, son el resultado del tesón investigativo de la máster en ciencias Dariadna Barrios Tabares, del trabajo sociocultural que coordina la subdirección de Gestión Cultural de la OHCH, y del noble acompañamiento que realiza la cooperación internacional, en este caso el proyecto “Fortalecimiento de los programas de atención a los/as adultos/as mayores que desarrolla la Oficina del Historiador en el Centro Histórico de La Habana”, con financiamiento de la Asociación de Entidades Vascas Cooperantes – Euskal Fondoa.
Según Lilibeth I. Bermúdez, editora y testigo del nacimiento y desarrollo de ambos textos, fue el Historiador de la Ciudad Eusebio Leal quien impulsó la experiencia de trabajar especialmente con este público: “Lo que comenzó siendo una necesidad es hoy uno de los mayores logros sociales de la Oficina del Historiador de la Ciudad: el Programa de Atención a las Personas Adultas Mayores”.
El cuaderno informativo Envejecer en La Habana Vieja… es mucho más que el retrato demográfico del municipio de La Habana Vieja, con énfasis en la población adulta. Es un estudio que, en manos de las autoridades locales, se podría convertir en valioso instrumento para el diseño y planificación de políticas de atención a ese grupo poblacional, el que más crece en Cuba.
“El envejecimiento es un proceso natural y paulatino que tiene su origen en hechos positivos”, escribió la Dra. Alina C. Alfonso León, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, en la presentación del cuaderno que es resultado de la investigación realizada por Dariadna Barrios para culminar sus estudios de la Maestría Población y Desarrollo.
Según la experta Alfonso León, el texto de Barrios “realiza un detallado acercamiento (…) a la situación del envejecimiento demográfico en el país, y de manera particular, del municipio capitalino de La Habana Vieja. Pero su principal mérito radica en la mirada que da a los programas culturales promovidos por Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, fundamentalmente aquellos dirigidos a las personas adultas mayores”.
Para la autora de Envejecer en La Habana Vieja…, la longevidad es un triunfo de la vida y “no debe ser entendido como negativo en la sociedad”, aunque “las representaciones existentes en el imaginario social sobre la vejez son, en muchas ocasiones, desfavorables, ya que existe la tendencia de verla como una ‘etapa de déficit’.”
Señala que “en no pocas ocasiones, sobre todo dentro de atención a las personas adultas mayores, el papel de la cultura se circunscribe al acompañamiento a los servicios de salud y no se le otorga el rol protagónico que merece. La cultura en sí constituye un derecho humano fundamental y como tal se debe salvaguardar su trascendencia, garantizando a las personas el acceso, independientemente de su edad o estado de salud”.
En el capítulo donde describe las experiencias desarrolladas por la OHCH, Barrios Tabares relata que el trabajo cultural con las personas mayores se remonta a la década del 90 del pasado siglo, cuando el Historiador de la Ciudad Eusebio Leal tuvo la idea del ‘Desayuno cubano’ para los adultos mayores de la comunidad, de manera que les estimulara a incorporarse a la vida cultural de los museos y, a la vez, les servía de refuerzo alimentario en momentos particularmente difíciles desde el punto de vista económico para la nación.
En 1997 la OHCH creó la Dirección de Asuntos Humanitarios y bajo su sombrilla nacieron espacios para adultos mayores que viven solos, que tienen insuficientes niveles de ingresos, o requieren cuidados permanentes. Así surgen los centros de día y las residencias en sus dos modalidades, protegidas e internas, donde la programación sociocultural es uno de los servicios habituales.
Desde esa instancia, la OHCH también colaboró con el desarrollo de obras como el Centro Geriátrico Ramón y Cajal, el Centro de Rehabilitación Integral, y el Centro de Alzheimer, gestionados actualmente por la Dirección Municipal de Salud, y en el caso de este último, de conjunto con el Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED), del Ministerio de Salud Pública.
La experiencia ha permitido “una mejor comprensión del desarrollo en la adultez mayor como un proceso natural plurideterminado, que se expresa de manera única e irrepetible en cada persona”, afirma la experta y reconoce que actualmente existen 25 instituciones, de las más de 70 que pertenecen a la OHCH, que realizan un trabajo sistemático vinculado al Programa Social de Atención a las Personas Adultas Mayores, mientras que el resto promueve propuestas circunstanciales.
Con el fin de que la obra cultural llegue en igualdad de condiciones a la mayor cantidad de individuos posible, sobre todo aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, apareció el proyecto Museo a la comunidad, en el que los especialistas llegan hasta las Casas de los Abuelos, e instancias similares, con saberes y piezas de las colecciones museológicas, para establecer un diálogo con quienes no pueden trasladarse a las instituciones culturales.
Las peculiaridades de este grupo etario se tomaron en cuenta también para el diseño anual de las propuestas de Rutas y Andares para descubrir en familia. Es por eso que desde el 2012 aparecen los Andares virtuales, “que desde el confort de una sala, permiten conocer acerca de variados temas patrimoniales, auxiliados por recursos gráficos, audiovisuales, juegos de participación y el insustituible diálogo con los expertos”, relata Barrios.
El 21 de marzo del 2022, el municipio de La Habana Vieja se incorporó a la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con la Personas Mayores, iniciativa que promueve la Organización Mundial de la Salud y a la cual pertenecían, desde el 2021, el consejo popular Alamar Playa, de La Habana del Este; y desde el 2019, el de Plaza de la Revolución.
Participar integralmente en esa Red, como municipio, no como Centro Histórico, confirma la voluntad y el compromiso de la OHCH y las autoridades del Gobierno local de trabajar de manera conjunta en proyectos y acciones que promuevan un envejecimiento saludable, aseguró a esta reportera la máster Barrios Tabares; hecho que de alguna manera quedó corroborado con la presencia de Alexis Acosta Silva, Intendente del Consejo Administración Municipal (CAM), y otros directivos del territorio, en la presentación de Envejecer en La Habana Vieja: Una mirada desde los escenarios demográfico y cultural (2012-2018), y la Guía de Servicios e Información para personas mayores de La Habana Vieja , que tuvo lugar en el Centro para la Interpretación de las Relaciones Cultuales Cuba-Europa.
El Programa Social de Atención a las Personas Adultas Mayores se ha insertado además el escenario digital con el propósito de favorecer un mayor acceso y dominio de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, por lo cual han organizado cursos de adiestramiento en mediatecas y salas de comunicación de la OHCH.
Resulta coherente entonces que la Guía de Servicios e Información para personas mayores de La Habana Vieja, llegue acompañada de una página digital en la que actualmente trabaja Guajiritos.SRL, empresa privada que lleva la impronta de jóvenes diseñadores, programadores, gestores de información, informáticos…
Tal como advirtió Lilibeth en la presentación de ambas publicaciones, “cuando se edita una Guía siempre se corre el riesgo de que con el tiempo se pierda la actualidad, pero afortunadamente, esta estructura halló en el escenario digital la posibilidad de adecuarse a un sitio web que le dará la inmediatez y profundidad que requiere este tipo de información. Habrá quienes digan que los abuelos no son hábiles en el escenario virtual, una verdad a medias, pues muchos ya han demostrado aquí en sus talleres que ningún reto les es imposible. De ahí, que ayudarlos a desandar en estos caminos de la tecnología y de la red de redes sea también hoy un desafío para quienes se ocupan de este programa”.