Por: Lic. Raquel Popa, especialista de música de la sala Cervantes
Dos proyectos socioculturales de la OHCH Somos Uno y el Centro Sinfónico Infantil — se han unido a las propuestas de Rutas y Andares de este verano para dar vida a una experiencia sensorial inolvidable. Se trata de un concierto de la orquesta de cámara del Centro Sinfónico Infantil del Lyceum Mozartiano de La Habana que dirige el maestro y pianista Ulises Hernández.
La cita tendrá lugar el viernes 8 de julio, a las 11 de la mañana, en la sala Cervantes, y nucleará a los infantes en torno a la música de los compositores María Alvares Ríos, Antonio Vivaldi, Rubén Fuentes y Wilma Alba; mientras que los invitados especiales serán niñas y niños ciegos y débiles visuales que estudian en la Escuela de Enseñanza Especial Abel Santamaría Cuadrado, en Ciudad Libertad, municipio de Marianao.
Este será una de las propuestas del proyecto Somos Uno, que forma parte del Programa Social Infantl y Adolescente de la subdirección de Gestión Cultural de la OHCH, y fue concebido dar respuesta a las necesidades de consumo cultural de públicos en situaciones de discapacidad visual, auditiva, físico-motora, intelectual, con trastorno del espectro autista y de la conducta, con necesidades especiales de fotoprotección, residentes en Hogares de Asistencia Social o en centros de atención pediátrica.
El concierto en la sala Cervantes lleva la marca del quehacer de la maestra María Verdecia, quien en su larga vida pedagógica se ha entregado a cuanto proyecto útil ha conocido para la enseñanza de la música, especialmente el violín. Muchos de los artistas que hoy prestigian este arte y su interpretación, ya sea en Cuba o fuera del país, conocen de sus consejos y disciplina.
El concierto está dedicado a Héctor Angulo (1932-2018), compositor nacido en Santa Clara, cuya obra sobresale por la búsqueda constante de la “cubanidad” y por la influencia de Amadeo Roldán (1900-1939) y Alejandro García Caturla (1906-1940).
Angulo consagró años de su quehacer a trabajar para niños, especialmente desde su cargo de Director Musical del Guiñol Nacional. Entre sus composiciones destacan Trío clásico, Trío con clarinete, y muchas otras piezas para formatos diversos y formaciones corales. En los años 80 del pasado siglo, compuso la Suite de Contradanzas de Manuel Saumell, para violín y piano, de obligado estudio en los tres niveles de enseñanza del violín.
Este homenaje a Hector Angulo es un reconocimiento a la labor de un prolífico compositor, un entusiasta promotor de la música cubana y un artista comprometido con la creación para niños y niñas.
El proyecto comunitario Centro Sinfónico Infantil del Lyceum Mozartiano de La Habana, por su parte, tiene entre sus objetivos propiciar que los infantes vivan experiencias musicales que enriquezcan su vida y mundo interior. Cada sesión deviene taller para cultivar la sensibilidad y apreciación del arte desde sus distintas manifestaciones, haciendo énfasis en la música.
La iniciativa estuvo precedida por la selección de pequeños que estudian entre tercer y sexto grados en las escuelas primarias del Centro Histórico. Los musicos de Lyceum les enseñan, en tiempo extracurricular, solfeo, apreciación musical, biomúsica, canto coral y la ejecución de algunos instrumentos.
También forma parte del proyecto, organizar el disfrute conjunto, de estudiantes y maestros, de representaciones teatrales, conciertos y recitales, así como la visita guiada a museos y salas expositivas.
La sala de conciertos Ignacio Cervantes, ubicada en el Palacio de los Matrimonios de Prado, es un espacio para la música de concierto ejecutada por diversos formatos de cámara. Tras diez años de labor, su acústica y belleza la han convertido en una de las plazas de su tipo preferidas por los músicos y sus públicos, de lo que da fe haber acogido eventos de la calidad del Encuentro Internacional de Jóvenes Pianistas y el Festival Internacional de Música de Cámara Habana Clásica, ambos organizados por el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas.