Entrevista al equipo interdisciplinar del proyecto Humboldt Digital, a propósito del evento Diálogos: Humanidades Digitales en el contexto cubano e iberoamericano, realizado en el Centro Histórico, entre los días 11 y 13 de abril.
Por: Katia Cárdenas para el Programa Vitrales de la emisora Habana Radio
Bienvenidos a Vitrales, revista que trae el acontecer de la parte más antigua de la Ciudad. Hoy les propongo un programa en el que estemos hablando del importante evento académico que se inició hoy en el Centro Histórico, Diálogos: Humanidades Digitales en el contexto cubano e iberoamericano, y que tiene de trasfondo un proyecto que une a investigadores de Alemania y Cuba. A propósito, conversaremos con un equipo interdisciplinar de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) y también con los responsables desde la Academia de Ciencias y Humanidades de Berlín-Brandenburgo, quienes trabajan en un importante proyecto de colaboración relacionado con el tema de las humanidades digitales.
Para comenzar, les presento a la Dr. Grisel Terrón, directora de Patrimonio Documental de la OHCH. En la mañana de hoy se inició un importante evento académico, expresión de encuentros de académicos e investigadores, el Humboldt Digital. Sé que has podido convocar a varias de las personas que han estado involucradas en este encuentro. Cuéntame de que se trata y quienes estarán con nosotros.
Hemos invitado para la entrevista a parte del equipo interdisciplinar que estaba trabajando en el proyecto Humboldt Digital o ProHD, que es como lo llamamos en el nombre abreviado. Estarán con nosotros en el programa el Dr. Tobías Kraft, miembro de la Academia de Ciencias y Humanidades de Berlín-Brandeburgo, que además es el director del proyecto Humboldt Digital. También nos va a acompañar la otra parte del equipo cubano conformado por Alaina Solernou Ferrer, especialista principal del departamento de Transformación Digital de la Subdirección de Patrimonio Documental y Eritk Guerra, director de Informática de la OHCH, quienes han sido básicos en la conformación y desarrollo del proyecto.
¿Cuáles serán los espacios en lo que se van a estar moviendo este evento?
El evento coincide con la llegada del equipo alemán a La Habana y hemos preparado un grupo de actividades. La de hoy es la actividad académica que consideramos más trascendental del proyecto porque resume todo lo que hemos hecho hasta el momento y además permite algo que en las humanidades digitales es fundamental, compartir, transmitir y poner accesibles los resultados de las investigaciones. En estos días estaremos compartiendo otras experiencias y proyectos cubanos e iberoamericanos relacionados con las humanidades digitales. Asimismo, con toda intensión hemos dejado para el final del evento, la inauguración de la exposición Humboldt Digital, en la Casa Alejando de Humboldt. Entre otras razones, la hemos situado en ese momento porque lejos de terminar el tema de las humanidades digitales, lo que haremos será iniciar un nuevo momento, en cual el proyecto y sus resultados estarán accesibles en la Casa Alejando de Humboldt e Internet.
Es la primera vez que un proyecto de esta naturaleza se musealiza en Cuba. En ese punto creemos que es un valor fundamental que tiene esta intención. La estancia del equipo alemán en La Habana concluirá con un taller de edición digital para cumplir uno de los objetivos trazados, que es capacitar a otros colegas cubanos en temas de edición digital, y así lograr que asuntos como la edición digital y las humanidades digitales se entronice como práctica habitual en los escenarios de las humanidades y la informática a nivel general en la ciencia cubana.
Hoy también tendremos el placer de conversar con parte del equipo alemán que ha acudido a La Habana a presentar las experiencias del trabajo realizado y sus perspectivas; porque no es el final de un camino, sino el comienzo de una nueva etapa, como nos conversaba hace un momento Grisel Terrón, directora de Patrimonio Documental de la OHCH. Ahora tengo el gran placer de conversar con el Dr. Tobías Kraft, director del proyecto Humboldt Digital.
El nombre abreviado por el que denominamos al proyecto es Humboldt Digital, ¿por qué?
El proyecto tiene dos ejes. Un enfoque temático en la figura de Alejandro de Humboldt, el naturalista y viajero prusiano que viajó y visitó la isla de Cuba dos veces en 1800 y 1804. Además, publicó una obra fundamental para el desarrollo de la geografía de esta Isla y en general para el intercambio académico entre las Américas y Europa. Entonces, Humboldt desde nuestro punto de vista es una figura del patrimonio cultural común, que une a las historias culturales científicas de Alemania y de Cuba.
Por otra parte, está ese otro eje que es el aspecto digital. El trabajo consiste en transformar nuestra manera de trabajar, preservar y comunicar el legado de Humboldt a través de sus fuentes, de huellas documentales que podemos encontrar en los archivos y bibliotecas habaneras. Es decir, comunicar este legado de una forma digital. Hemos desarrollado una estrategia de digitalización que abarca desde una digitalización inmediata de los documentos hacia un punto final de transformación digital, de objetos patrimoniales a ediciones críticas, ediciones académicas, textos manuscritos históricos en una versión digital para el público en general.
Decía hace un momento que la figura de Alejandro de Humboldt enlaza esas miradas desde Alemania y La Habana para realizar un proyecto académico y científico, que tiene que ver con un concepto que se llama humanidades digitales. ¿Qué es lo que se concibe en la actualidad como humanidades digitales?
El término humanidades digitales abarca muchas prácticas, métodos y tecnologías, únicas en la transformación digital de nuestros tiempos. Es una manera de visibilizar esa transformación en las diferentes disciplinas de las humanidades; como la literatura, la historiografía, la lingüística, historia del arte, musicología, diferentes brechas disciplinarias de las humanidades digitales que a través de la introducción de las tecnologías digitales empiezan a transformarse, para desarrollar nuevas metodologías y prácticas, no solo de trabajo, sino para la creación de nuevos productos enfocados a la misma investigación y a la comunicación con el público.
Quisiera que nos comentara si ha tenido experiencias anteriores con la OHCH. ¿Por qué se piensa en esta institución para establecer ese nexo fundamental que luego agrupa a otras tantas instituciones cubanas y alemanas?
La OHCH tiene, como institución principal para el patrimonio cultural habanero y cubano, una posición fundamental, no solo en este proyecto, sino de manera general en cuanto a la pregunta de cómo queremos preservar y comunicar el patrimonio cultural. Además, como decía antes, Alejandro de Humboldt es un patrimonio cultural en común. Esto lo vemos de forma muy clara en la misma Casa Alejando de Humboldt, que forma parte de la red de instituciones y museos de la OHCH.
La Casa Alejando de Humboldt ha sido un punto de contacto desde hace décadas para el público interesado en esta figura, investigadores alemanes, internacionales, interesados en Humboldt y en las huellas que dejó en Cuba, y agregaría, en las que dejó Cuba en él, porque fue un proceso recíproco.
La Oficina resume esta perspectiva y por eso es una aliada natural para este proyecto. Además, es una institución con una capacidad organizativa, también tecnológica y de alcance para proyectar una idea como esta y para empujar una cierta transformación en las maneras de cómo queremos trabajar con el patrimonio cultural. Así mismo, hemos creado alianzas con otras instituciones importantes habaneras como el Archivo Nacional de Cuba, la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, o el Instituto de Literatura y Lingüística José Antonio Portuondo, que son instituciones fundamentales no solo por su relevancia sino por tener fuentes archivísticas afines a nuestro eje temático.
¿En qué momento considera usted que está el proyecto y cuánto queda por andar?
Humboldt Digital comenzó en el año 2019, justo el año conmemorativo de Humboldt, los 150 años de su nacimiento. Estamos entrando en la segunda fase del proyecto, en la cual mostramos los resultados de los últimos años de trabajo que hemos tenido; además de consolidar lo que ya hemos empezado y profundizar el trabajo mismo en la edición de fuentes, debemos continuar con la digitalización de documentos; pero también comenzar a pensar en el futuro. En el año 2023 vamos a dedicar nuestro trabajo y cooperación a pensar futuros proyectos, porque la idea es que la infraestructura, tecnologías, metodologías que ProHD desarrolla no termine cuando la parte alemana se tenga que despedir del proyecto, sino que sea algo con un valor y futuro práctico para la Oficina.
Indiscutiblemente han sido alianzas importantes, convocatorias de gran relevancia para conformar este proyecto que marca un futuro para el camino de la investigación científica y también de la comunicación de ese patrimonio común de Alemania y Cuba, que es precisamente toda la investigación sobre Humboldt. Estos pasos comunes, como usted decía, no se reducen a un momento determinado, sino que sienta las bases para continuar otros tantos proyectos que sean sostenibles en el tiempo. De eso se trata de crear capacidades, formar equipos y de mirar con los ojos de las nuevas tecnologías y la contemporaneidad, el patrimonio que atesoramos y comunicarlo a los públicos que es la forma en la que ese patrimonio tenga una valía. Muchas gracias por intervención y su cooperación en el proyecto Humboldt Digital.
Vuelvo a conversar con la Dra. Grisel Terrón, directora de la Dirección de Patrimonio Documental, porque me interesa saber cómo se inscribe esta dirección de Patrimonio Documental en este proyecto.
La Dirección de Patrimonio Documental de la OHCH es la encargada de gestionar los documentos antiguos, libros, atesorados en bibliotecas y archivos. Desde ese punto de vista, las fuentes documentales están en esas instituciones y es esa la razón fundamental por lo que es esta entidad dentro de la Oficina, ya que de alguna manera aporta las fuentes documentales para el estudio, en este caso, de Humboldt y para los temas de edición digital, porque tiene los documentos textuales en su mayoría.
En el caso de la Dirección de Patrimonio Documental hay varios especialistas vinculados en el evento y dentro de unos momentos tendremos la oportunidad de hablar con Alaina Solernou, integrante de este equipo que tuvo la oportunidad de entrenarse en Berlín para seguir trabajando en ese importante proyecto. Pero, Grisel, ya está en La Habana una parte de ese equipo alemán que participa en Humboldt Digital. También se han reunido especialistas e investigadores de otras instituciones cubanas en este evento académico. Cuéntame el porqué de este evento, y que estará sucediendo en La Habana a propósito de estas acciones.
Lo primero es que un proyecto de humanidades digitales en primer lugar tiene como característica fundamental la imbricación de las letras y las ciencias. Básicamente, desde nuestra formación académica temprana se da generalmente muy separada. Las humanidades digitales vienen a unificar esos dos grandes campos. De modo que una de las peculiaridades que ha tenido este proyecto es llevar a las personas que trabajan con patrimonio documental al campo de la informática y a los informáticos llevarlos un poco al campo de las humanidades. En ese punto es que hablamos más que de un proyecto interdisciplinar, de un proyecto transdisciplinar; porque de alguna manera en todos los casos hemos tenido que avanzar a un punto medio donde dejamos de ser humanistas o informáticos puros. Es un tema que para nosotros es fundamental y ha demandado un grandísimo esfuerzo desde nuestra parte y del equipo alemán que nos ha capacitado en estos temas.
Así, convocamos a este evento a una parte de la comunidad científica cubana e iberoamericana que está dando pasos en estos temas. También hemos querido que no fuera un proyecto exclusivamente habanero y por eso hemos invitado a colegas de otras provincias. Hay una representación de Matanzas y Santiago de Cuba, provincia que desde hace muchos años ha desarrollado proyectos muy interesantes de humanidades digitales, aplicados sobre todo a la lingüística.
Hemos invitado a la Universidad de La Habana, pues la academia ha sido pionera en temas de humanidades digitales en Cuba, con su grupo de Humanidades Digitales y Ciencias de la Información, que dirige la profesora Ania Hernández en la Facultad de Comunicación. Ellos presentarán sus resultados, realizados por estudiantes que han culminado sus tesis de grado en humanidades digitales, que aportarán muchísimo. Se ha invitado, muy relacionado a acontecimientos que están sucediendo en Cuba, como la Feria de Libro, a una representación de Cuba Digital, quienes han desarrollado proyectos muy interesantes para promocionar el libro digital, que ahora mismo es una prioridad del país.
Vamos a estar intercambiando con expertos como el Dr. Tobías Kraft y Antonio Rojas Castro, integrantes del proyecto Humboldt Digital, pero también académicos de mucho prestigio en el campo de las humanidades digitales que además de aportar su experiencia particular dentro el proyecto, estarán intercambiando sobre temas más conceptuales y más teóricos de las humanidades digitales y la edición específica de textos. Creo que es muy importante.
Para el último día hemos concentrado las presencias virtuales. Vamos a tener representación de expertos de Argentina, Alemania, España y de México, quienes han desarrollado bibliotecas digitales o han editado prensa cubana. Son proyectos que a pesar de que en muchos casos se han desarrollado fuera de Cuba, tocan de alguna manera la cultura cubana. Las humanidades digitales también van de eso, de superar las fronteras geográficas en aras del bien común, de unirse para Preservar, Crear y Compartir, que es el eslogan que tiene el evento.
El evento de alguna forma mira hacia adentro, comparte, desde el punto de vista académico, con investigadores de diferentes provincias cubanas, también de otras partes del mundo y, además, con el gran público a través de una exposición que quedará inaugurada en la casa Alejandro de Humboldt. ¿Cómo llevar a una exposición todos los avances que ha tenido el proyecto Humboldt Digital?
Para nosotros era muy importante que Humboldt regresara a su sede y es muy reconfortante que la vía haya sido esta de las humanidades digitales en la Oficina del Historiador y al Centro Histórico. Haber nacido de esta manera amerita que se quede allí. La exposición Alejandro de Humboldt en Cuba que teníamos estaba centrada en una época y hemos querido transgredir esos límites temporales para traer su figura hasta nuestros días. Esta muestra explica cómo las humanidades digitales posibilitan la presencia permanente del pasado histórico, es la activación constante de la memoria.
Ha sido realmente muy difícil llevar al espacio museal un proyecto que por su naturaleza es complejo, no queríamos mostrar resultados sino un modo de hacer, de construir el conocimiento. Trabajamos con bastante intensidad, venciendo obstáculos, grandes incomprensiones, a lo que tuvimos que sumar el trabajo a distancia, que ha sido un reto para el mundo entero.
Construir una exposición a tantas manos y con el Atlántico por el medio fue un gran desafío. Pretende transmitir cuáles han sido los métodos de trabajo, la esencias de todo este proyecto y su devenir. Eso es lo que quedará más allá del evento. Nuestro propósito no fue plantear solo un concepto o una teoría, sino compartir lo que hemos logrado, que las personas puedan descubrir a Alejandro de Humboldt, acceder a los resultados gracias a la tecnología sin que esta se convierta en el centro de la exposición.
Desde cierto punto de vista, la exposición es bien sencilla, sus contenidos están accesibles para todos en internet, y esa es otra transgresión importante, sobre todo si la comparamos con la manera en la que habitualmente se hace la curaduría en el Centro Histórico. En esta, inevitablemente, hay que dialogar con internet para tener acceso a los resultados del proyecto.
Cuando hablamos de los archivos de la Oficina del Historiador, fundamentales para esa dirección que tienes a tu cargo que es la de Patrimonio Documental, nos remite a una idea de tradicionalidad, a un sentido de la conservación, del tratamiento de los documentos, de la historia. Ahora aparece un proyecto de esta naturaleza como Humboldt Digital. ¿Qué significa para la Oficina desde la perspectiva del tratamiento de los documentos, de la investigación documental, de la archivística?
Significa insertarnos en el ahora del mundo de las humanidades a nivel universal. Significa además que, con relativamente pocos recursos y mucha capacitación, podremos lograr ese sueño que siempre tienen los patrimonialistas que es poner al acceso de todos los documentos con que cuentan. Vale aclarar que no solo trabajamos con documentos de la Oficina del Historiador, también con los de otras instituciones cómo son el Archivo Nacional, la Biblioteca Nacional, Universidad de La Habana, y el Instituto de Literatura y Lingüística. Estas instituciones poseen documentos de altísimo valor patrimonial pero, por su naturaleza analógica, solo pueden ser consultados por una persona cada vez y de manera presencial.
Por otro lado, en temas de conservación del patrimonio, este proyecto apuesta por la preservación sin menoscabo de la difusión y el acceso necesarios para que el patrimonio sea de todos, como debe ser.
A la vez que digitalizas un documento y lo pones accesible, el documento analógico pasa a otro plano de uso, es en ese punto donde el proyecto viene a reforzar la manera de trabajar y la filosofía de la Oficina del Historiador que es, justamente, preservar el patrimonio y hacerlo accesible, aunque sería mediante otras herramientas asociadas al desarrollo y a la tecnología que hasta ahora la habíamos entendido como como un actor que entra en una escena particular, y en este caso está todo el tiempo acompañándonos. No me refiero solo a las computadoras, sino a la manera diferente de pensar, con la interconexión e interoperabilidad por la que apuestan proyectos de este tipo.
Para la Oficina es también una nueva forma de generar productos culturales y patrimoniales. A la vez que editas y codificas el documento desde el punto de vista informático, la información resultante te permite hacer otras cosas útiles desde la museología y la museografía. Entendemos que este proyecto viene a reforzar la misión de la Oficina con métodos y medios más modernos.
Este acceso a nuevas tecnologías ha motivado a los jóvenes que integran la dirección de Patrimonio Documental. Ellos han encontrado un nuevo camino para la preservación de los documentos que atesoran, por eso quisiera hablar Alaina Solernou, joven especialista que ha tenido la oportunidad formarse y entrenarse en este proyecto de Humboldt Digital. Alaina, cuéntanos de esa experiencia y de cómo la nueva generación se está acercando al patrimonio documental.
Cómo se han referido Tobías y Grisel, este proyecto ha marcado una nueva manera de entender y de enfrentarnos al trabajo con el patrimonio. También ha establecido una nueva forma de conectarnos y comunicarnos con otros actores en el marco de proyectos de colaboración internacional.
Humboldt Digital ha sido un entrenamiento constante desde su día uno, a lo que habría que sumar todo lo que ha significado la pandemia para nuestro espacio de trabajo en el que hemos tratado de mantener una filosofía de intercambio constante y de entendimiento entre todos los miembros del equipo.
La misión en Berlín y el entrenamiento complementaron toda esa labor realizada en el primer año del proyecto. En Alemania pudimos acercarnos más a Alejandro de Humboldt y conocer instituciones que desarrollan otros proyectos con la memoria del patrimonio documental como la Biblioteca Estatal de Berlín y el Instituto Ibero-Americano. Para coronar este acercamiento, no fue solo mío, sino del equipo: también participaron Eritk, que tiene una formación un poco más técnica, y Grisel, que es una patrimonialista consagrada.
Allí nos enfrentamos por primera vez a los procesos de edición que desde mi punto de vista son ese momento culminante en el que logramos hacer de ese manuscrito único algo entendible para la máquina. La edición vendría a darle corpus a ese documento para hacerlo enteramente aprovechable, recuperable y, como decía Grisel, desarrollar con ellos productos para la gestión cultural y patrimonial.
El proyecto ha venido a proponer nuevas formas de hacer, encierra ventajas y retos. Fue la primera vez que nos enfrentamos a este tipo de procesos de trabajo; nos ha formado e inspirado para crear una dirección de transformación digital, en la que participa un grupo de jóvenes, muy jóvenes, y todos hemos tenido que capacitarnos en temas de digitalización, acceso, trabajo con metadatos…, todo lo necesario para hacer realmente accesible ese patrimonio que manejamos todos los días.
Es un gran reto para esa dirección que se distingue por la convivencia de varias generaciones, están las personas que ya tienen una experiencia en el trabajo documental pero como bien decía Grisel, lo dominan de forma analógica, y esa juventud pujante que llega con esa necesidad de acercarse a gran velocidad a las nuevas tecnologías y usarlas en función de ese patrimonio que tienen la suerte de tener en sus manos.
A esto hay que agregar el tema de las competencias profesionales que están a medio camino entre el ámbito de las letras, el trabajo intelectual, y ese otro trabajo científico, matemático, cibernético que quizás no sea del conocimiento de todos. Así que sin duda es un gran reto para la dirección, y una oportunidad también para las más jóvenes generaciones de deseosas de transformar y participar las nuevas maneras de comunicar ese patrimonio acumulado.
Uno de esos jóvenes lo tenemos también aquí, es Eritk Guerra, director de Informática y Comunicaciones de la Oficina del Historiador. Tú también formaste parte desde el inicio del proyecto Humboldt Digital. Cuéntame un poco cómo se insertan tus capacidades, tu formación en un proyecto de esta naturaleza.
Para nosotros, desde el punto de vista técnico y personal, el proyecto ha sido una gran oportunidad, nos ha permitido poner en práctica, o potenciar, algunas de las ideas o proyectos piloto en los veníamos trabajando de forma aislada o como parte de la propia estrategia de desarrollo de la Oficina.
Vale destacar la oportunidad que representó el proyecto para intercambiar con especialistas de primer nivel acerca de temas vinculados a la preservación y difusión del patrimonio, así como la posibilidad de crear un grupo multidisciplinario con una gran comunión de intereses entre profesionales que vienen del mundo diferentes como el de las humanidades y la informática.
Es que ustedes han hecho un trabajo intenso desde todas las perspectivas dónde cada parte ha sido fundamental y no auxilio de la otra, es una concertación de saberes, experiencia, y necesidad de unirse para llevar esos nuevos lenguajes a ese patrimonio común a Cuba y Alemania que es, precisamente, el pensamiento humboldtiano y a todas las investigaciones que a propósito de sus viajes o investigaciones en Cuba sirven para la posteridad. La responsabilidad es mayor al tener una institución museística en la Oficina del Historiador cuya función es preservar y promover el pensamiento de Alejandro de Humboldt.
Me hablabas hace un al momento de otros proyectos en los que la Oficina, quizás no de forma tan abarcadora, había estado trabajando con el propósito de compartir conocimientos y aplicar las nuevas tecnologías en función de la preservación y la promoción del patrimonio. Hay uno grande que nos ha llevado de la mano y sobre el cual pudiéramos decir que apenas estamos dando los primeros pasos. Es un proyecto mayor, integrador, no solo de la Oficina del Historiador sino del municipio de La Habana vieja: tiene que ver con ese concepto de Ciudades Inteligentes. Cuéntame un poco cómo este puede insertarse con el de humanidades digitales.
Como dices, la Oficina del Historiador lleva unos cuantos años trabajando una estrategia de transformación digital que abarca diferentes aspectos de la vida cotidiana y del trabajo profesional y que tiene al patrimonio y al ciudadano como ejes principales de acción. Los pilares o líneas estratégicas de ese proyecto que hemos denominado Ciudades Inteligentes, van más allá de la tecnología, llegan a las maneras de hacer y de enfocar, tanto los procesos internos de la Oficina como los que dan la cara a los ciudadanos y a los visitantes.
Entre los propósitos de Ciudades Inteligentes está la difusión, el acceso y preservación digital del patrimonio documental y material que atesoran nuestras instituciones. El proyecto Humboldt vino a complementarlo perfectamente, de hecho, amplió los horizontes que nos habíamos planteado inicialmente para enfocar esta tarea.
Los beneficios del proyecto de Humboldt Digital podríamos resumirlos en tres aspectos fundamentales. Uno ya lo han mencionado mis colegas, tiene que ver con la capacitación, la posibilidad que ha tenido el equipo cubano de intercambiar con especialistas de primer nivel — técnicos, como fue mi caso—, y también expertos de área de las humanidades. A pesar de los años de pandemia en los que hubo que reorientar los esfuerzos hacia el mundo virtual con cursos online y otras modalidades, el equipo cubano pudo avanzar y aprender el knowhow, el cómo se hace. Los intercambios han sido productivos, nos han permitido establecer una metodología y un flujo de trabajo propio para sistematizar acciones que a veces hacíamos de manera autodidacta.
En segundo lugar está el tema de la infraestructura y el equipamiento, siempre necesarios en nuestro contexto. El proyecto ha permitido dotar con determinadas capacidades tecnológicas al equipo de trabajo de las instituciones que participan directamente del proyecto.
Y lo más importante, hemos podido comenzar a despegar en el mundo de herramientas digitales para el acceso, la gestión, la preservación y la difusión de documentos patrimoniales.
Durante este tiempo no se han impuesto requerimientos, al contrario, se ha permitido que adaptemos las herramientas y los modos de hacer a nuestro propio contexto, y eso nos ha permitido avanzar. Estamos en un momento importante del proyecto, por este evento científico y porque estamos desarrollando herramientas que, a nuestro entender, significan un paso de avance importante en la preservación de nuestro patrimonio.
¿En qué punto podemos ubicar el proyecto de Ciudad inteligente, y en qué medida ese proyecto de alcance territorial puede singularizarse con una mirada patrimonial desde la experiencia de Humboldt Digital?
A pesar de que el proyecto de Ciudad Inteligente está mirando, por ahora, al Centro Histórico y a nuestras particularidades, posee muchas herramientas y metodologías que son aplicables a nivel territorial pues su punto de partida es el desarrollo local que, en nuestro caso, se ha venido gestando desde hace décadas, y ahora resulta beneficiado con esa mirada de transformación digital que impulsa y potencia, el avance tecnológico.
El mundo del patrimonio documental y del patrimonio material que atesoran nuestros museos también se beneficiará porque viene a calzar un vacío que existe y quizás limita el acceso, por ejemplo, a una parte de las colecciones que permanece desconocida o guardada.
Estos proyectos de humanidades digitales van dirigidos también hacia el mundo académico. Gracias a la publicación de documentos digitalizados, historiadores, lingüistas, y expertos de diferentes disciplinas, podrán estudiar y aprender mucho más de la obra de Humboldt. Luego, con su extensión al proyecto de Ciudades Inteligentes, se ampliará a otros autores o personalidades de la intelectualidad cubana o universal.
Efectivamente, son algunos de los retos que tiene hoy la Oficina del Historiador desde el pensamiento y la forma de procesar el patrimonio tangible e intangible, mediante el empleo de nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Desde nuestra situación de país bloqueado, de espacio sitiado, es siempre problemático estar al día en esa pujante y cambiante tecnología. Es también una extraordinaria oportunidad aprovechar todos esos espacios y acercar más el patrimonio a la gente, será más del pueblo en la medida en que le sea más asequible.