Teatro, desde la pluralidad de sus modos


Por: Noel Bonilla-Chongo

Nos reunimos para llorar y recordar, reír y

contemplar, aprender y afirmar e imaginar…

 

Brett Bailey

 

Hace ya algunos años, la directora escénica sudafricana Brett Bailey nos resumía brillantemente lo que para ella es misión del teatro, de su hacer cotidiano, de su compromiso y alcance. Y sí, hoy cuando avistamos un mundo en creciente mutación, escapes, migraciones, muertes y zozobras, al punto de transformar el orden civilizatorio y las nociones del arte y la cultura; debe el teatro desde la pluralidad de sus modos, ser convite al amor y perpetuidad de nuestra especie.

Por estos días y muy a tono con las celebraciones por el 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, muchos espacios del Centro Histórico de La Habana, vienen mostrando una variedad de formas para recordarnos que, por convención y convicción, al teatro le es inherente una capacidad intrínseca de resistencia. En la Comunidad Creativa Nave Oficio de Isla, ubicado en el Centro Cultural Antiguos Almacenes de Depósito San José, fabuloso edificio donde convergen el arte popular, las artes visuales, la música, las creaciones escénicas y gran parte de la memoria histórica de La Habana, al amparo del puerto y la comunidad de San Isidro, singulares territorios culturales de la vieja ciudad, se irradia un gran programa de desarrollo cultural.

Por igual, Las Carolinas, sede de la compañía Danza-Teatro Retazos propone una programación donde convergen propuestas para el público infantil y juvenil como Bajo el sol. Proyecto que surgió a partir del confinamiento que impuso la situación sanitaria en el mundo y el obligado trabajo online durante esta etapa. La experimentación a partir de las dinámicas del aislamiento y los objetos cotidianos que se vuelven recursos pulsores del movimiento, de la creación danzaria, son las principales motivaciones de esta pieza aún en construcción. También, regresa Formas, coreografía de Miguel Azcue, ahora con un elenco renovado y nuevos pretextos coreográficos.

Constituyen estas acciones, pórtico oportuno por el aniversario treinta y cinco de Danza-Teatro Retazos, compañía que dirige la maestra Isabel Bustos, Premio Nacional de Danza. Así, del 22 al 24 de abril próximos, nos invitan a la edición 26 del “Festival de Danza en paisajes urbanos, Habana Vieja ciudad en movimiento” que bajo el lema Comunidad Danzante 2022, será una fiesta para la convergencia, el reencuentro y disfrute con la inclusión del “Festival DVDanza, movimiento y ciudad”, el “Fórum Danza, Pensamiento y Acción” (organizado de conjunto con la Facultad Arte Danzario de la Universidad de las Artes, ISA) y las clases magistrales con proyectos comunitarios cercanos. Habana Espacios Creativos, la Sala de la Diversidad y A +, espacios adolescentes, serán parte de este gran circuito que se une a plazas y parques.

El Teatro Martí, nuestro gran coliseo habanero de las cien puertas, acogió la puesta en escena de Cecilia Valdés, como celebración por los noventa años de la mítica zarzuela cubana de la autoría de Agustín Rodríguez y José Sánchez Arcilla con la música imperecedera de Gonzalo Roig. Abriendo una gran temporada dedicada a la danza en el mes de abril y mayo. Las presentaciones del Ballet Laura Alonso del Centro Prodanza, el Encuentro de Academias para la Enseñanza del Ballet o acciones del Mes de la Cultura Francesa en Cuba, el estreno cubano de Réquiem-Siá Kará, coreografía del francés Radhouane el Meddeb con bailarines de Micompañía, la agrupación que dirige Susana Pous.

El museo El Arca, exhibe como muestra transitoria la EXPO “Las Brujas de Salem”, recreación titiritera del emblemático texto de Arthur Miller que nos deja ver que en realidad hay un solo teatro con diversas encarnaciones. Por su parte, en la sala teatral principal se mantiene en cartelera Verdeyerba, con texto y puesta en escena de Christian Medina Negrín y música original de Ana Lourdes Negrín, la versión muy libre del cuento “Blancanieves” es un reciente estreno del grupo. Esta vez la princesa es sustituida por una diminuta oruga y la madrastra por una Reina Tortuga. El conflicto no es generado por la belleza, sino por la velocidad. La Reina Tortuga pretende ser el animal más rápido de todo el Imperio del Arrastre, pero la joven oruguita Verdeyerba resulta ser más veloz cuando trepa por los tallos en busca de hojas tiernas. De ahí en lo adelante, la lucha será tan enconada como en la historia original. El cazador será un Caracol que asfixia a sus víctimas encerrándolas en su concha. En lugar de los siete enanos tendremos un Cocuyo y una Araña. El príncipe salvador no es más que un orugote profesor de biología. Y, por último, no olvidemos un personaje clave: el Espejo. Aquí será el Carapacho de la Reina Tortuga, donde guarda todos sus mortales hechizos.

Desde el rico ambiente de gran feria de las artes que nos propone Osvaldo Doimeadiós y su comunidad creativa, el espacio de programación “Teatrales en la Nave”, se articula en la gran variedad de propuestas teatrales, danzarias, musicales y de otras manifestaciones artísticas. Acorde con las nuevas convivencias que los tiempos actuales demandan, se propone un corredor cultural transdisciplinario para estimular las relaciones entre los eventos escénicos, la comunidad y los públicos contemporáneos.

Entre el múltiple ambiente musical de las salas de conciertos ancladas en la ciudad; del andar decimonónico de las mulatas de rumbo, las estatuas vivientes, el teatrino y dibujos para Polichinela, las tropas de zancos y la proximidad “teatral” de nuestra vieja Habana, se singularizan esas modulaciones discursivas que hacen hoy al teatro, a la danza, a la música y el pensamiento cultural habanero y cubano. Entre ellos y nosotros, se ratifica que, tal como anotara oportunamente José Martí: “En teatro, como en todo, podemos crear en Cuba”.

 

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