Faro de cubanía y patriotismo

Museo Cuartel General del Ejército Libertador

Por: Yimel Díaz Malmierca

“Este Museo Cuartel General del Ejército Libertador es un simbólico llamado a la unidad de todos los cubanos”, aseguró el Dr. Michael González, director de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), mientras que para el Dr. René González Barrios, director del Centro Fidel Castro Ruz, la instalación está llamada a convertirse en un “faro de cubanía y patriotismo, pues abundan en Cuba mujeres y hombres de espíritu mambí”.

Tales reflexiones fueron compartidas con los presentes en el acto con que este jueves 24 de febrero quedaron inauguradas nuevas salas en la casa principal de la Quinta de los Molinos. El lugar rinde honores a Máximo Gómez desde la década de 1980 y recuerda que la otrora casona de recreo de los capitanes generales hospedó  al Generalísimo entre el 24 de febrero y el 2 de junio de 1899, así como a su Estado Mayor y a la Oficina de licenciamiento de las tropas mambisas en la zona occidental.

Vale recordar que el museo fue inaugurado por primera vez el 18 de noviembre de 1986, a propósito del 150 natalicio de Gómez. Años más tarde, el 24 de febrero de 2020, como parte de la conmemoración por el aniversario 125 del reinicio de las guerras de independencia, quedó lista la primera fase de la restauración, con seis salas en la planta baja: Exposición Quinta de los Molinos;  Francisco Gómez Toro; Manana y familia Gómez Toro;  Máximo Gómez;  Exposición Gómez en la Quinta de los Molinos; Exposición Inauguración del Museo Máximo Gómez  (18/11/1986).

Ahora ha concluido la restauración y montaje museográfico de la segunda planta con tres espacios de exhibición: Mambisado, El internacionalismo (sala multifuncional) y los Monumentos a Máximo Gómez.

La apertura contó además con la presencia del Excmo. Sr. Flavio Amaury Rondón de Jesús, embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Dominicana; el Dr. Miguel Barnet, presidente de Honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; así como directivos de la OHCH, encabezados por Perla Rosales, directora General Adjunta.

Jóvenes del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) participaron como invitados especiales, mientras que miembros del proyecto “Quinta por la inclusión social” protagonizaron una estampa con fragmentos de la controversia entre Elpidio Valdés y Media Cara, contenidas en el largometraje animado Elpidio Valdés.

El historiador González Barrios recordó en su discurso que Gómez ha sido considerado uno de los más importantes paladines de la independencia americana. Su arribo a la Quinta no estuvo precedido de pompa y protocolos, sino del inmenso cariño del pueblo, mostrado a lo largo del dilatado periplo que lo llevó desde Remedios hasta la capital y que pasó por Placetas, Sagua la Grande, Santo Domingo, Lajas, Cruces, Ranchuelo, La Esperanza, Cienfuegos, Cárdenas, Jovellanos, Coliseo, Matanzas, Güines, San Felipe, Bejucal , Marianao, entre otras localidades.

En ese trayecto le lanzaron flores, aclamaron, y ofrecieron vítores, bailes y banquetes. Le llamaron Padre de Cuba y de la Patria, Apóstol de la Paz y de la Concordia. Cuba lo amaba, mientras él preconizaba, por todas partes, paz y  unión.

“Era un momento sumamente complejo para Cuba, reflexionó el historiador, el país estaba destruido como consecuencia de la guerra, de la reconcentración de Weyler, y del férreo bloqueo estadounidense previo a la intervención militar. (…)  Se respiraba frustración, pero Gómez inspiraba confianza, seguridad, optimismo y futuro.

Aquel 24 de febrero de 1899, con Gómez entraron a la Quinta, simbólicamente,  Céspedes y Agramonte; Vicente y Calixto; y sobre todo, Maceo y Martí, afirmó González Barrios.

Este no fue lugar de reposo, desde su llegada desplegó intensa actividad. Recibió a miles de mujeres y hombres de pueblo, gente de cultura, comercio y ciencia. En este sitio supo, el 12 de marzo de 1899, de su  destitución como General en Jefe del Ejército Libertador, hecho que le inspiró la histórica Proclama al pueblo de Cuba, en la que afirma “Extranjero como soy, no he venido a servir a este pueblo, ayudándole a defender su causa de justicia, como un soldado mercenario; y por eso desde que el poder opresor abandonó esta tierra y dejó libre al cubano, volví la espada a la vaina, creyendo desde entonces terminada la misión que voluntariamente me impuse. Nada se me debe y me retiro contento y satisfecho de haber hecho cuanto he podido en beneficio de mis hermanos. Prometo a los cubanos que, donde quiera que plante mi tienda, siempre podrían contar con un amigo”.

González Barrios recordó que  aun “queda pendiente un último compromiso con Eusebio y con Gómez: rescatar la vivienda donde murió en junio de 1905”, la cual se encuentra situada en la calle 5ª #45, esquina a D, en el Vedado . Es lo que merece este  gigante americano, inspirador de pueblos y de generaciones de internacionalistas cubanos.

 

Más información en el Programa Cultura de marzo 2022

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