Por Francisco Delgado
En el marco del Centenario de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Portugal fueron donados por la Embajada de dicho país a la Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana dos paneles de azulejos portugueses que confirman los lazos de amistad entre ambas naciones y la defensa de la identidad del patrimonio mundial.
Los azulejos portugueses fueron develados en el espacio del parque de la calle Obrapía y Mercaderes, muy cercano a la Casa Guayasamín, donde participaron los trabajadores de la Oficina del Historiador representados por las direcciones de Cooperación, Relaciones Internacionales y Patrimonio Cultural.
Al acto asistieron el Embajador de Portugal, Excelentísimo Sr. Fernando Figueiriño junto al cónsul del país, Excelentísimo Sr. Ricardo Alves. Ambos agradecieron el gesto de la Oficina del Historiador al aceptar la donación de estos azulejos, que desde el siglo XVI fueron popularizados en la nación europea en el uso del revestimiento de paredes, con la aplicación de modelos tomados de las técnicas morisco-hispana de cuerda seca y aresta, provenientes de Sevilla y Toledo.
El Embajador de Portugal significó en sus palabras, las relaciones de amistad con el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, y el amor que profesaba a la cultura de su país, y al mismo tiempo destacó sus valores humanistas y su espíritu de consagración en el quehacer investigativo de la historia y el patrimonio.
En este sentido, destacó Figueiriño “Eusebio Leal estaba invitado a realizar un viaje a Portugal, para que disfrutase de la historia, el arte y el patrimonio de este espacio de la geografía del viejo Continente que tanto distinguió en el panorama cultural contemporáneo”.
Asimismo habló de la participación de Leal en varios proyectos de cooperación en la salvaguarda de la conservación del patrimonio cubano, y valoró el aporte de los azulejos a la historia del arte portugués en sus distintas etapas y cosmovisiones estéticas.
Las piezas donadas para este mural expresan la belleza de la pintura que representa la exaltación de la música y la conjugación del cuerpo con el alma como síntesis de la representación simbólica de la cultura y el arte en el Centro Histórico de la Ciudad.
Tomado de Habana Radio