Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Con la presencia de museólogos, historiadores y descendientes canarios se desarrollará el próximo sábado 27 de noviembre, a las 10:00 a.m., en la Acera del Louvre, el tradicional acto de conmemoración del 27 de noviembre de 1871, cuando fueron injustamente fusilados ocho estudiantes de Medicina,
También este 26 de noviembre, a las 10:00 a.m., la Casa de África, acogerá un encuentro del Aula Taller José Luciano Franco, dedicado a ese horrendo suceso de la etapa colonial en Cuba y a la inmolación de los cinco negros abakuá, héroes anónimos que protagonizaron la protesta armada ante ese crimen.
Ya se cumplirán 150 años desde que, en la explanada de La Punta en la capital cubana, se condujo a los inocentes jóvenes al paredón de la muerte. ¿El supuesto delito?: Haber rayado la tumba del periodista español Gonzalo Castañón, director del diario La Voz de Cuba, muerto en 1870 en Cayo Hueso en un encuentro a tiros con un patriota cubano.
Sin compasión ni objetividad, un consejo de guerra sentenció a la pena de muerte a los adolescentes, estudiantes del primer curso de Medicina de la Universidad de La Habana. Por la falta absoluta de pruebas, se eligieron al azar; e, incluso, uno de los juzgados no se encontraba en la ciudad el día del suceso.
Testigo ocular de una de las dos vistas que se le siguieron a los jóvenes, el español Federico Capdevila pronunció su alegato a favor de los acusados impunemente, cuando los españoles del Cuerpo de Voluntarios clamaban sangre.
Las descargas mortales llegaron hasta el café de la Acera del Louvre, el día del fusilamiento. Ese era en aquel entonces un sitio de conspiración de lo más selecto de la juventud criolla habanera. El capitán español Nicolás Estévanez, quien se encontraba allí, al escuchar el sonido de los disparos, en gesto de protesta, quebró su espada y renunció a su carrera militar.
Cada año, en numerosos escenarios de Cuba se organizan actos patrióticos en recordación de los estudiantes, que hace 150 años cometieron el supuesto crimen de haber arrancado una flor en el Cementerio de Espada. Siguiendo la tradición que el Historiador Emilio Roig de Leuchsenring iniciara en 1939, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) también se suma a este homenaje.
Así, el 27 de noviembre serán recordados, una vez más, los nombres de Eladio González, Carlos A. de la Torre, José de Marcos Medina, Pascual Rodríguez y Pérez, Anacleto Bermúdez, Alonso Álvarez de la Campa, Ángel Laborde y Carlos Verdugo.
El acto, uno de los más antiguos de la OHCH evoca, asimismo, las actitudes valerosas del capitán canario Nicolás Estévanez.