Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Numerosos especialistas intervinieron en la presentación del proyecto internacional Arqueo – Cuba: arqueología y sostenibilidad ambiental por una cooperación territorial de enfrentamiento al cambio climático.
En la Sala Polivalente del Museo de la Ciudad, antiguo Palacio de los Capitanes Generales, se comentó sobre la iniciativa, integrada a las relaciones científicas en el ámbito de la colaboración al desarrollo de ambas naciones.
Patricia Rodríguez Alomá, directora del Plan Maestro para la Revitalización Integral de La Habana Vieja, destacó que Italia tiene para Cuba mucha significación. “Para quienes trabajamos en el mundo de la restauración, dijo, el país europeo es como la meca”, y añadió que la cooperación italiana “nos ha acompañado durante más de 20 años en proyectos estratégicos”.
Entre las nuevas iniciativas está Arqueo – Cuba, promovida por el municipio de San Felipe Circeo y cofinanciado por este territorio y la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS). Tiene el propósito de promover ciudades y asentamientos humanos más inclusivos, seguros, duraderos y sostenibles, y acciones para combatir el cambio climático.
El proyecto posee tres líneas de trabajo: el conocimiento, la conservación, y la valorización y el desarrollo. No se trata de un instrumento de reordenamiento territorial, sino de desarrollo integral, que abarca 4 200 hectáreas de La Habana y Matanzas.
Los sitios habaneros que se intervendrán desde el punto de vista arqueológico son: la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña; El Polvorín de San Antonio y Guasabacoa II, este último un espacio aborigen muy maltratado. Se pretende definir su naturaleza, cronología y extensión del área, única de su tipo en el contexto de la bahía de la capital cubana.
Como parte del proyecto Arqueo – Cuba, se trabajará en Matanzas en la primera Iglesia de la ciudad; El Morrillo; la Casa de los Amoedo, y La Cañada o Gavilanes I y II, entorno ceramista aborigen, ubicado en la zona rural de la ciudad.