Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Así como de lujo ha sido la más reciente edición especial de Mar y Pesca, dedicada al eterno Historiador, Dr. Eusebio Leal Spengler; así fueron sus presentadores, quienes valoraron la osadía de su equipo editorial de publicarla en medio de una situación compleja en el país, a causa de la Covid 19.
En ese día de encuentros participaron el director de ese medio de prensa, Pedro Pérez Bordón; la Directora General Adjunta de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), Perla Rosales; Antonio Guerrero, uno de los cinco héroes que fueron injustamente encarcelados durante años en Estados Unidos, y el editor general de Opus Habana, Argel Calcines, así como colaboradores cercanos de la OHCH.
Pérez Bordón, explicó que “concebimos un número de 34 cuartillas, que abre con un artículo de Argel Calcines, también fundador de la revista junto con Leal Spengler. Y del Historiador, dijo, también se reproducen tres trabajos”: “Dos fechas y una lección histórica”; “Apuntes sobre el nacimiento de un continente” y “La batalla naval de Santiago casi ochenta años después”..
Sostuvo que Mar y Pesca deviene homenaje a Leal. “Sirva esta de modesto tributo, a un fiel colaborador que nos honró con el regalo de su amistad y su infinita sabiduría”.
A su vez, la directora general adjunta de la OHCH, Perla Rosales, evocó cuando Mar y Pesca cedió sus locales de la calle San Ignacio, donde hoy allí se erigen la escuela Camilo Cienfuegos y el Museo del Automóvil, para establecerse en un pequeño apartamento de la zona de El Vedado habanero.
Tony Guerrero señaló: “Vine aquí por Eusebio, al igual que ustedes”, y recordó que durante su confinamiento en Estados Unidos Mar y Pesca gustaba a todos los que hablaban español y “nosotros, que la recibíamos, le pasábamos al resto de los reclusos. Me alegro que la revista, aún en tiempos muy difíciles, haya logrado ver la luz,. Me satisface, además, el hecho de que no voy a recibirla en prisión, sino en este patio que debemos cuidar desde el punto de vista histórico – patrimonial para ser leales a Leal”.
Calcines rememoró que en ese entorno del Palacio de Lombillo, en la Plaza de la Catedral, Leal conoció por vez primera al Historiador, Dr. Emilio Roig de Leuchsenring. Su esposa, María Benítez, lo recibió allí y lo subió a la oficina. Añadió que en la actualidad, como parte de la revalorización que se realizan de las sedes de Leal, hoy está la Sala del Encuentro, donde ya han ocurrido citas mágicas.
“De Mar y Pesca a Opus Habana: el itinerario de la restauración”, es el artículo de Calcines que cierra la presente edición especial de la revista, de papel cromo mate y magistrales contenidos. Algunos de los primeros trabajos periodísticos de Leal, expresa Calcines, están recopilados en su libro Regresar en el tiempo, cuya segunda aparición fue en 1995, cuando él comenzó a trabajar en la OHCH.
Finalmente, escribió que “el perfil editorial de Mar y Pesca es único, ya que siempre ha subrayado la esencia marítima de nuestra insularidad. La más reciente sucesión de números dedicados a las villas fundacionales cubanas es un ejemplo, incluido su número por el aniversario 500 de la fundación de San Cristóbal de La Habana. La selección de los temas, muy acertada, y su tratamiento ameno, diverso y riguroso constituyen un ejemplo de cómo las labores del periodista y el historiador tienen similitudes cuando se trata de defender el patrimonio histórico – cultural”.
Encabeza Mar y Pesca el trabajo “Como Almirante de ese emergente navío inmóvil…”, de Calcines, quien señala que “si la prédica de Leal es simbiosis de poesía y palabra se debe a que se nutría de ese mismo sentimiento de lontananza que hace a los navegantes escrutar el horizonte con ansias de futuridad, oteando siempre un puerto de destino. Él poseía esa feracidad náutica que le hacía progresar en la ampliación de sus sueños hasta el agotamiento”.
Recordó que Mar y Pesca tiene a su favor que fue la primera revista donde publicó el Dr. Leal publicó un artículo.”Este nunca lo olvidó –puedo corrobarlo-, como tampoco los almirantes nunca olvidan su primer cuaderno de bitácora”, concluyó el editor de Opus Habana.