Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
La página de Facebook de la Casa de la Poesía (Casa de la Poesía de La Habana, Cuba) propone para este lunes 25 de octubre la sección “Cuando arde la llama: el poeta-niño”, dedicada a la poeta Nika Turbiná.
Mientras que, “Recordar es volver a vivir”, un espacio donde se rememora el pasado a través de la poesía y la música de antaño, dedicado al natalicio de Violeta Parra, Bebo Valdés y César Portillo de la Luz.
Violeta Parra (1917 – 1967) constituye un referente de la música popular chilena; es ejemplo de cómo la industria y el arte pueden tener una relación armoniosa.
Dionisio Ramón Valdés Amaro, más conocido como Bebo Valdés (1918 – 2013), fue un creador de música cubana y jazz afrocubano, considerado como una de las figuras centrales de la época dorada de la música en la Isla caribeña. Además de pianista, su faceta más conocida ha sido compositor, arreglista y director de orquesta.
César Portillo de la Luz (1922 – 2013) es un compositor y cantante, fundador del feeling junto con José Antonio Méndez y otros artistas. Su música, que ha servido de tema para el cine y ha sido grabada en varios países, se distingue por un texto de gran elaboración poética, un amplio sentido armónico y líneas melódicas de gran riqueza.
También este lunes, en su plataforma de Facebook, la Casa de la Poesía de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) consagrará el espacio “Poesía en Casa” a promover la obra poética y literaria de autores que están cumpliendo aniversario, como José María López Lledín y Miguel Hernández, y evocará el fallecimiento de Virgilio Piñera y Rafael Alberti.
El director de la Casa de la Poesía, Sinecio Verdecia Díaz, ha expresado que “el primer reto a corto plazo de esa institución será expandirse hacia Telegram, abrir un canal para retomar la energía de los espacios habituales y articular las propuestas y encuentros”. De igual manera, el recinto cultural llegará a Instagram para exponer su visualidad en víspera de su aniversario 25.
El centro tiene su sede en el majestuoso otrora Palacio del Marqués de Arcos, donde radicara el Liceo Artístico y Literario de La Habana, a pocos pasos de la Plaza de la Catedral y de otros museos de la OHCH.