Por Gladys Rodríguez Ferrero, Especialista en Museología, Consejo Nacional de Patrimonio Cultural
En ocasión del 90 aniversario del nacimiento de la Dra. Marta Arjona, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural ha organizado dos exposiciones que abarcarán los aspectos más importantes de la vida y la obra de esta importantísima mujer en la cultura cubana.
La primera, Marta Arjona, homenaje en el 90º aniversario de su natalicio, será inaugurada el 2 de mayo, a las tres de la tarde, en la Escuela de Arte de San Alejandro. La muestra expondrá documentos del expediente académico de la Academia de Pintura y Escultura San Alejandro correspondientes a la etapa en la que cursaba estudios en esa institución. Además, reconocimientos y condecoraciones nacionales e internacionales que la Dra. Arjona recibiera durante su larga y fructífera vida.
Marta ceramista. 90º aniversario de su natalicio es la exhibición que prepara el Museo de la Cerámica, en la que se mostrarán las piezas de cerámica confeccionada por la artista y que forman parte de la colección de esa institución. Será inaugurada coincidiendo con la fecha de nacimiento de la Dra. Arjona, el día 3 de mayo, a las diez de la mañana y se mantendrá abierta al público los días 3, 4 y 5 de mayo.
El triunfo de la Revolución sorprende a Marta Arjona, recién llegada de París tras haber aprobado, exitosamente, los estudios cursados de cerámica en esa ciudad.
Marta había estado ligada a lo mejor de la joven generación de artistas de la plástica y, además, a los intelectuales y artistas más importantes de la época en Cuba, a partir de instituciones como la Sociedad Cultural Cubana Nuestro Tiempo, que reunió a intelectuales de la talla de Carlos Rafael Rodríguez, Harold Gramatges, Julio García Espinosa, Santiago Álvarez por sólo citar a algunos de ellos.
A partir de 1959 Marta asume responsabilidades diversas durante el proceso de fundación del Consejo Nacional de Cultura. Tareas que van desde la dirección del Museo Nacional de Bellas Artes, la dirección de Artes Plásticas y Museos, la creación del Taller de Montaje, y conste que estamos mencionando solamente algunas de estas entre las muchas ejecutadas en esa época. Años más tarde, en 1995, asume la Presidencia del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, adscrito al Ministerio de Cultura.
Renunciar a su labor creativa como artista, como la escultora y gran ceramista que fue, en aras de la protección del patrimonio cultural de Cuba fue algo que realizó con amor, férrea disciplina y voluntad infranqueable. Imposible resultaría hablar del patrimonio cultural cubano, en los primeros cincuenta años de la Revolución, sin mencionar el nombre de Marta Arjona.
A ella se debe la creación de la red nacional de museos, estructura inexistente hasta esos momentos en nuestro país; labor coronada de éxito cuando la recién estrenada Asamblea Nacional del Poder Popular aprobara el 4 de agosto de 1977, la Ley No. 1 de Protección al Patrimonio Cultural. El estado cubano concedió la máxima importancia a la preservación de la memoria histórica de nuestro país.
También se ocuparía de la creación de un sistema para la protección de los monumentos y sitios, trabajando en la fundamentación legal que amparase ese patrimonio, tal como lo hizo la Ley No 2 de los Monumentos Nacionales y Locales, también aprobada en la misma fecha que la No. 1.
Fue la batalladora que se precisaba para impulsar la Ley No. 23 de Museos Municipales, de 19 de mayo de 1979, que permitió la creación de museos en casi todos los municipios del país para preservar la historia, las tradiciones, el arte y la cultura en estos territorios.
Trabajó arduamente en la formación de técnicos y especialistas en restauración, conservación y museología. Muchos de ellos son, en la actualidad, expertos de nivel internacional. Logró la creación de la Escuela de Museología, institución que tan brillante papel jugara en la década de los 80 preparando, entrenando y formando a aquellos técnicos que pasaban a ser los fundadores de los museos municipales. También su destacada labor le permitió trabajar para ver constituido el Centro Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos (CENCREM).
Esfuerzos denodados en la confección y perfeccionamiento de los expedientes y la defensa de las propuestas cubanas que se inscribirían, más tarde, en la Lista del Patrimonio Mundial.
En su juventud llegó a plantearse públicamente que la cerámica artística debía estar a disposición y alcance de la población, no cejó en su empeño hasta lograr la vinculación de los museos con la comunidad y de esta con la institución museal.
Modesta como fue su vida es el homenaje que los trabajadores del patrimonio cultural del país rinden a la Dra. Marta Arjona Pérez.