Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Instituciones de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana han organizado para octubre una jornada, desde el escenario virtual y presencial, en homenaje a Rafael María de Mendive, uno de los más eminentes pedagogos y patriotas de su tiempo, según los conceptos revolucionarios que aplicó durante su magisterio.
Así, en los meses restantes de 2021, el también poeta será recordado con numerosas acciones dirigidas a diversos sectores de la población, en el entorno colonial de la capital.
Desde su propia labor y a través de sucesores -como José Martí, el más universal de los cubanos-, el intelectual contribuyó al enriquecimiento de la cultura nacional.
Rafael María de Mendive (1821-2021) dejó profundas huellas en sus alumnos, a quienes trasmitió valores humanos y patrióticos, y los enriqueció espiritualmente con su amplia cultura.
También poeta, Mendive estuvo comprometido con la justa causa liberadora de la segunda mitad del siglo XIX en Cuba. En sus años de protector y maestro de Martí, su casa era centro de reuniones literarias y fervor patriótico.
En 1864 ocupó la dirección de la Escuela Superior Municipal de Varones, y, luego, fundó el colegio San Pablo, instalado en su propia vivienda, en Prado núm. 88, que constituyó un seminario cívico para todos sus educandos.
Este autor, a veces más recordado por haber sido mentor de Martí, que por su legítimo valor como poeta, mantuvo en su poesía una perfección formal y sentido de la musicalidad. Entre sus poemas más conocidos están La gota de rocío y La oración de la tarde.
Muchos especialistas identifican a Rafael María de Mendive como un poeta transicional entre la primera y la segunda generaciones románticas; con él se abandonan las tendencias más facilistas del criollismo, sin dejar de reflejar en su obra una sensibilidad íntimamente cubana.