Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Ya el 22 de octubre de 1968 reabrieron al público las primeras salas en la planta baja del hoy Museo de la Ciudad, otrora Palacio de los Capitanes Generales, situado frente a la Plaza de Armas, en el Centro Histórico de la zona más antigua de la capital.
Hay que hacer alusión a su génesis, cuando el Historiador de la Ciudad de La Habana, Dr. Emilio Roig de Leuchsenring (1889-1964), inauguró allí el Museo Histórico Municipal, en el único salón disponible de los locales donde se había instalado la Oficina del Historiador, en 1938, en el entonces Palacio Municipal.
Roig falleció en 1964 y, tres años después, el novel Historiador, Dr. Eusebio Leal Spengler, recibió el nombramiento de director de la institución y lideró las obras de rehabilitación del inmueble que sería destinado en su totalidad, a partir de ese momento, a Museo de la Ciudad. Luego, esta joya de la arquitectura cubana se fue ampliando hasta su conformación actual.
En ocasión del nacimiento de este recinto cultural acontecerán diversas iniciativas, con una jornada que rememorará la obra circunscrita a la edificación, como núcleo simbólico del dedicado quehacer de los Historiadores: Roig de Leuchsenring y Leal Spengler.
En esta ocasión, el programa abarcará acciones desde la presencialidad, con un número reducido de invitados, y publicaciones en la página de Facebook del Museo de la Ciudad (@museociudadhabana).
El Palacio de los Capitanes Generales –obra de mayor importancia arquitectónica del Barroco en la Isla caribeña y residencia del Gobernador, Casa Capitular y cárcel- finalizó su construcción en 1838, durante el mandato del Capitán General Miguel Tacón.
En sus salones se efectuaron, en 1898, las ceremonias oficiales del cese de la dominación española en el país y de su ocupación militar por los Estados Unidos, y luego, en 1902, la de instauración, aún bajo tutela norteamericana, de la mediatizada República de Cuba.
A partir de ese año el edificio pasó a ser vivienda del presidente de la República, y cuando se inauguró, en 1920, el Palacio Presidencial –actual Museo de la Revolución–, como residencia oficial del primer mandatario, la mansión colonial devino sede del Ayuntamiento y Alcaldía de La Habana.
La institución patrimonial posee unas 40 salas de exposiciones permanentes, que preservan la memoria de las gestas independentistas cubanas y el fragor de la búsqueda de la identidad nacional, hasta la victoria del 1ro. de enero de 1959. Sus ambientes habitacionales rememoran épocas señoriales y recrean espacios interiores, que, a su vez, exhiben colecciones enaltecedoras del patrimonio cubano.
Quien realiza una parada ante la puerta principal del Museo de la Ciudad, puede apreciar un hermoso patio, en cuyo centro se erige la estatua de mármol blanco del Almirante Cristóbal Colón, del escultor italiano J. Cucchiari, ubicada allí en 1862.