El 19 de noviembre de 1837, a pesar de las intensas lluvias ocurrió en Cuba un acontecimiento sin precedentes: unos 60 pasajeros acudieron a tomar asiento en el primer tren que cubría los 27 kilómetros que separaban a La Habana de Bejucal, que convirtió a la nación en la sexta del mundo y la primera en Iberoamérica y el Caribe en contar con un medio de transporte que sigue vivo hoy.
De todos los elementos que conforman el patrimonio industrial, tal vez el de mayor reconocimiento y valor sea el del patrimonio ferroviario.
El 23 de junio de1861 se realiza la inauguración de la Estación de Cristina, con el primer viaje Cristina-Calabazar. En 1865 se realiza la construcción del primer edificio de mampostería de lo que hoy se considera como Monumento Nacional (declarado en 2002), aunque no es hasta 1902 que se le agrega el actual pórtico neoclásico.
Con la intervención por parte de la Oficina del Historiador del Museo Ferroviario, no solo se rescata el inmueble, sino varias locomotoras que habían sido desactivadas de sus funciones a principio del siglo XXI.
El proyecto, que podrá apreciarse en esta visita virtual, generó un espacio donde valorar, salvaguardar y divulgar el Patrimonio Industrial cubano, en particular el Patrimonio Ferroviario. Para eso fue importante mostrar este patrimonio en su relación con nuestra identidad y cultura (material e inmaterial)
Restaurar la antigua Estación de Cristina, Patrimonio Nacional y núcleo urbano fundamental dentro del contexto, permitió propiciar con su rescate, el inicio de la recuperación de este importante enclave de la ciudad.
En este espacio se exponer piezas ferroviarias de altísimo valor con que cuenta la Oficina del Historiador, muchas de ellas únicas de su tipo en el mundo. Pero también se habilita un lugar para restaurar estas locomotoras y poder exponer el proceso dentro de un ambiente didáctico y participativo.
La cultura del transporte ferroviario es parte de la herencia de la nación y no solo es historia pasada, sino el futuro dentro de las nuevas visiones ambientales. Sobran los atractivos (turísticos, ambientales, económicos, culturales, patrimoniales) para adentrarnos en este mundo del que debemos sentirnos orgullosos.