Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Cada 23 de agosto, desde 1969, intelectuales, museólogos y colaboradores de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH) se reúnen para recordar el natalicio del primer Historiador de La Habana, Dr. Emilio Roig de Leuchsenring–, quien fuera fiel a la historia, al patrimonio y a su ciudad.
A pesar de que esta vez, a causa de la compleja situación sanitaria que atraviesa el país, la evocación será sencilla y con un público reducido, no dejará de tener la emotividad y solemnidad que merece una personalidad como Roig de Leuchsenring. Se trata de uno de esos hombres imprescindibles de la cultura nacional que batalló incesantemente por la identidad y la salvaguarda del patrimonio en la Isla caribeña.
El aniversario 132 del nacimiento del Graduado en Derecho Civil y Notarial se rememorará en el Palacio de Lombillo, en la Plaza de la Catedral, donde estuvo su oficina y desempeñó buena parte de su quehacer con su pequeño equipo de colaboradores. Fue este, asimismo, un espacio para proyectar un programa de desarrollo cultural muy revolucionador y avanzado en su época.
El Dr. Emilio Roig de Leuchsenring (1889 – 1964) fue nominado en el cargo de Historiador de la Ciudad en 1935, y tres años después fundó la OHCH. Periodista y animador de importantes empresas culturales y patrióticas, devino fiel defensor de la preservación y la rehabilitación del patrimonio autóctono.
El también investigador y conferencista lideró la protesta contra la barbarie que se proponía derribar el antiguo hospital de Paula y su iglesia, y lo que quedaba del muro contra el cual fusilaron a los estudiantes de Medicina en 1871.
Su encendida polémica en la prensa logró detener el vandalismo y, al menos, salvar al templo de la demolición exigida por la Compañía de Ferrocarriles Unidos, que tenía como fin ensanchar la Avenida del Puerto. Junto a Gonzalo de Quesada promovió que se respetasen las canteras de San Lázaro y se crease allí una institución histórica.
Asimismo, unificó a los intelectuales de diversas tendencias a favor del rescate de la historia, los valores nacionales, y se pronunció en contra del colonialismo y el imperialismo. Dictó conferencias en encuentros realizados en Cuba y otros países, y trabajó con empeño por la paz y la igualdad social en la Isla.
Seguramente, en este homenaje al Dr. Roig de Leuchsenring se recordará, además, al fiel continuador de su legado, el Dr. Eusebio Leal Spengler (1942 – 2020), quien se entregó en cuerpo y alma a la rehabilitación del patrimonio material e intangible de su amada Habana. Se destacará la indisoluble relación entre ambos intelectuales: el iniciador y “mi predecesor de feliz memoria”, como acostumbraba a decir Eusebio cuando se refería a Emilito.