La industria farmacéutica

En 1853, Valentín Catalá y Pradell, José Sarrá y Catalá, José Sarrá y Valldejulí, farmacéuticos venidos a Cuba procedentes de Malgrat del Mar, puerto marítimo de Cataluña, crearon la sociedad Catalá, Sarrá y compañía, junto con otro boticario, Antonio González López.

Estos jóvenes fundaron, en el inmueble doméstico número 22 (correspondiente al 261 actual) de la calle Teniente Rey, un establecimiento farmacéutico que nombraron La Reunión, porque en él comenzaron a vender, por primera vez en un mismo lugar, medicamentos alopáticos y homeopáticos.

En 1865, Valentín Catalá vende a sus parientes y socios su parte del negocio y regresa a Barcelona, por lo que la sociedad se disuelve y se crea Sarrá y Compañía, que compra también la finca 767, situada en Compostela número 95 ½ o 95 A, para colocar sus almacenes. Así, comenzaría el imperio Sarrá en La Habana.

Ya en posesión de los bienes Ernesto Sarrá Hernández, en la primera década del siglo XX, realizó transformaciones y remodelaciones en la farmacia y hacia el interior de la manzana delimitada por las calles Teniente Rey, Compostela, Muralla y Habana. El proceso de adquisición de más de veinte propiedades de esta manzana concluyó con la fusión de estas mediante estructuras de hormigón armado y el 20 de mayo de 1914, el negocio abrió sus puertas convertido en una gran industria que abarcaba veintitrés edificios.

Esta manzana, que incluyó la construcción del edificio de siete pisos para almacenes por la calle Compostela a continuación del escritorio, una tercera planta añadida a la farmacia y el inmueble de tres pisos de fachada Art Decó que se encuentra en la esquina de Teniente Rey, se convirtió en uno de los ejemplos más notorios de la industria farmacéutica de finales del siglo XIX y principio del siglo XX en Cuba.

La Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana ha intervenido una parte importante de este espacio urbano no solo restaurando la Farmacia “La Reunión”, sino aprovechando las bondades de ese patrimonio industrial para generar espacios culturales y de creación, como fueron el Centro a+ espacios adolescentes y Habana: Espacios Creativos.

Una visita virtual a estos distintos edificios que conforman lo que antes fuera la Industria Farmacéutica Sarrá podrá visualizar el carácter de los espacios pertenecientes al patrimonio industrial y su vocación a ser reconvertidos para adaptarse a nuevas funciones.

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