Una amistad de lealtades y fidelidades

Por Teresa de Jesús Torres Espinosa

Entre anécdotas y valoraciones sobre la vida y la obra del líder cubano, Fidel Castro, y el Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, transcurrió el ameno diálogo que se estableció este viernes entre las periodistas, Katiuska Blanco y Magda Resik, quienes evocaron la relación especial mantenida por los dos hasta los últimos momentos de su existencia.

Al encuentro en la Casa Eusebio Leal Spengler, situada en el entorno colonial de la capital cubana –última morada del quehacer de Eusebio– asistieron el primer secretario del Partido en La Habana, Luis Antonio Torres Iribar; el Gobernador, Reinaldo García Zapata; la Directora General Adjunta de la Oficina del Historiador de la Ciudad, Perla Rosales, y el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), Luis Morlote, entre otros colaboradores de la OHCH.

Durante el homenaje con motivo del cumpleaños 95 de Fidel, los presentes apreciaron el documental Fidelidad y lealtad, dirigido por Joel Guerra, de la Productora de Audiovisuales de Habana Radio, y participaron en la apertura de la muestra La llama del carisma, basada en el texto homónimo que escribiera Leal Spengler, para dejar testimonio del vínculo fraterno que sostuvo siempre con el máximo estadista cubano.

“La vida de Fidel estuvo dedicada a cambiar la de los demás, la vida del pueblo, y en eso el patrimonio era como el ámbito, el espacio, el respirar del pueblo también. Y Eusebio era una confluencia extraordinaria. Por eso no hay obra en el mundo como esta (…) No existe en el mundo una forma de intervención patrimonial como la de La Habana. Y ese espíritu de restauración se lo conceden Fidel y Leal, porque la primera preocupación de ese proyecto y de esa realización es la gente”, afirmó Katiuska, biógrafa del máximo estadista de la Revolución Cubana.

Ante la interrogante de Resik de quién fue Fidel para Katiuska Blanco, esta respondió que cierto día le preguntó que si él era un romántico; y el líder le dijo, que “un soñador”. Y creo, añadió la ensayista cubana, que Eusebio estaba en ese mismo espíritu; se parecían mucho en el amor a las personas. Blanco agradeció a la OHCH por haberla invitado un día como hoy, que devino homenaje a ambas figuras. “Son hombres que nunca se irán del corazón del pueblo”, concluyó.

En tanto, Magda Resik destacó la entrega y la devoción de Leal por el patrimonio cubano y toda Cuba, y manifestó que, “dondequiera que hoy esté, se sentirá feliz porque estamos recordando a Fidel en su cumpleaños”. Se refirió, asimismo, a la bella amistad de lealtades y fidelidades de ambas figuras.

Al concluir este conversatorio los participantes recorrieron la parte superior del inmueble, donde radicó el despacho del Dr. Leal, y, posteriormente, asistieron a la apertura de La llama del carisma, donde su curador principal, Argel Calcines, explicó detalles de la exposición. “En años críticos e inolvidables, he estado entre sus amigos y discípulos más próximos”, confesó el intelectual en la semblanza suya de Fidel, aparecida por vez primera en el segundo tomo de Poesía y palabra, publicado en 2001 por la Editorial Boloña, como parte de la Colección Opus Habana.

Fue precisamente con el apoyo de la revista institucional Opus Habana que la Dirección de Patrimonio Cultural de la OHCH acometió la curaduría de esta muestra fotográfica en la Casa Eusebio Leal Spengler, asentada en un importante inmueble del siglo XVIII, donde el 22 de mayo de 1765 nació el ilustre pensador cubano Francisco de Arango y Parreño, afiliado a la corriente reformista del pensamiento de su época.

Actualmente la Dirección de Inversiones y la Empresa de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo RESTAURA, pertenecientes a la OHCH, ejecutan un proceso de rehabilitación en el antiguo palacio, que conservará el despacho del Dr. Leal Spengler, tal y como estaba hasta su desaparición física el 31 de julio de 2020.

Además, son remodeladas otras dependencias para convertirlas en salas permanentes, donde se expondrán bienes relacionados con el quehacer intelectual y diplomático del artífice de las obras de restauración en la zona más antigua de La Habana. Se destacan las Salas de los Honores, inaugurada también este 13 de agosto, y la Monográfica sobre el propio inmueble, donde vivió el ilustrado Arango y Parreño.

La llama del carisma será propicia, asimismo, para estrenar el área transitoria Para no olvidar, primera a la entrada de la casa-museo, la cual devendrá, en lo adelante, pequeño espacio del testimonio gráfico de la restauración y conservación del Centro Histórico que, junto con su sistema de fortificaciones militares, recibiera la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la Unesco, en 1982. Sucesivas exposiciones ilustrarán los principales hitos de esa gesta rehabilitadora que abarca más de tres décadas, siempre bajo la égida de la OHCH.

Cuando se decidió que la primera muestra en la Casa Eusebio Leal Spengler se consagrara a la amistad de Fidel y Leal, se concedió especial atención al significado histórico del Decreto núm. 143, el cual amplió el marco de autoridad y la personalidad jurídica de la OHCH, y le otorgó así una jerarquía adecuada para la obtención de recursos financieros propios y otras prerrogativas.

Entre las principales atracciones que encuentra el visitante en La llama del carisma están una copia facsimilar de ese documento, que rubricara Fidel el 30 de octubre de 1993, y 15 fotografías –algunas de ellas expuestas por primera vez gracias a la cortesía de Estudios Revolución–, testimonio de los encuentros de Fidel y Leal, antes y después del Decreto núm. 143.

De esta manera, se cumple uno de los principales propósitos de la exposición conmemorativa: recalcar la vigencia de ese decreto gubernamental como expresión de la visión compartida que tenían ambas personalidades sobre la OHCH, un reconocimiento a la Oficina como una institución especial de la cultura cubana.

A partir de esa singularidad se acomete un proyecto de revalorización patrimonial de las cuatro sedes del Historiador de la Ciudad, en el que se tiene también en cuenta a quien fuera fiel a la historia, al patrimonio y a su ciudad, el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring (1889 – 1964), nominado en ese cargo en 1935 y fundador de la OHCH en 1938.

En orden cronológico, esas sedes son: el actual Museo de la Ciudad –otrora Palacio de los Capitanes Generales–, y el Palacio de Lombillo, frente a la Plaza de la Catedral, inmuebles en los que radicaron Roig de Leuchsenring y Leal Spengler en distintas épocas de su trayectoria como Historiadores de la Ciudad. Luego, este último ocuparía la Casa Pedroso, en la Avenida del Puerto, y, finalmente, la mencionada Casa de Arango y Parreño, en la calle Amargura núm. 65.

Una vez rehabilitada, la planta baja de la Casa Eusebio Leal Spengler contará con cuatro áreas permanentes de exposición sobre la vida y la obra de Leal, que tomarán el nombre de sus publicaciones y frases más relevantes: “La mano ejecuta lo que el corazón manda”. Leal Restaurador; “Legado y memoria”. Leal Historiador; “Patria Amada”. Leal Patriota, e “Hijo de mi tiempo”. Leal Universal. También en ese nivel se diseñarán un moderno Centro de Información con los materiales de consulta necesarios para los interesados en estudiar la obra del intelectual; una sala de conferencias y proyecciones, y una zona arqueológica con trabajos de excavaciones ejecutados durante la restauración del inmueble.

La planta alta acogerá el despacho y áreas habituales de trabajo del eterno Historiador; y atesorará celosamente sus objetos personales, uniformes y toga; los muebles que utilizó y documentos o libros consultados, entre otras pertenencias.

Antes de despedirse de la Casa Eusebio Leal Spengler, en un ameno intercambio con los allí presentes, Torres Iribar rememoró el recorrido con el Dr. Leal por el Capitolio Nacional y sus últimos días, cuando iba a verlo al hospital. “La OHCH siempre podrá contar con nuestro apoyo”, sostuvo, para luego reconocer que la Oficina desarrolla una obra de infinito amor, de manera particular con los jóvenes. Tras señalar que Eusebio y Fidel están vivos, indicó que hoy es una fecha muy especial, de recordación a ese padre nuestro que se encuentra en Santiago de Cuba.

Finalmente, se realizó una peregrinación hasta la Casa Oswaldo Guayasamín, siguiendo la tradición de la Fundación homónima de celebrar siempre esta fecha desde 1988, cuando el líder histórico de la Revolución Cubana efectuó una visita a Ecuador que coincidió con el día de su natalicio. La comitiva recorrió la institución habanera, y apreció dos de los retratos originales que Guayasamín le hiciera a Fidel.

El inmueble patrimonial, con sede en una vivienda del siglo XVIII, abrió sus puertas en 1992, por el empeño del propio escultor, grafista y muralista, y de la OHCH. Además de las citadas obras a Fidel, allí se exponen al público piezas originales del Pintor de Ibeoramérica y una colección de sus grabados, junto a ejemplares del universo latinoamericano.

 

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