Por Teresa de Jesús Torres Espinosa
Uno de los sueños más anhelados del Dr. Eusebio Leal Spengler va camino a convertirse en realidad: la recuperación de la Casa de 5ta. y D, una de las más antiguas del Vedado habanero, donde falleció en 1905 el prócer de origen dominicano, Máximo Gómez Báez.
Este jueves, como parte del Andar la Arquitectura, del Abrazo virtual de Rutas y Andares, en su edición 21, jóvenes de diferentes dependencias de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH) conocieron detalles de las obras que se ejecutan en la vetusta edificación, cuyo proyecto es asumido por la Empresa de Arquitectura y Urbanismo RESTAURA, y la reconstrucción a cargo de la Cooperativa Pirámide.
María Isabel Martínez, Jefa de Departamento de Inversiones de Malecón y Extramuros de la Unidad Presupuestada Inversionista de la OHCH, explicó que en la actualidad la morada está siendo beneficiada con una rehabilitación capital para recuperar sus valores patrimoniales.
Señaló que “desde el 2019, cuando iniciamos la obra, realizamos los trabajos preliminares y de limpieza general de áreas verdes, demoliciones de todos los repellos abofados que existían y retirada de escombros, así como labores de restauración de los parámetros verticales que pudimos restablecer con la azotea en su fase primaria”.
La graduada de Ingeniería Industrial manifestó a los andantes que “en estos momentos estamos apuntalando la planta baja para, posteriormente, hacerlo en el nivel superior, teniendo en consideración el estudio de diagnóstico estructural efectuado a la vivienda. Esta tenía un sistema de viga y losa en muy malas condiciones constructivas, y debemos demoler tanto la losa de entrepiso como la de cubierta. Nos concentramos entonces en los proyectos estructurales y trataremos de utilizar el sistema de vigueta y bovedilla”.
Martínez sostuvo que pretenden trabajar “con un ritmo intenso, de manera que, para el 16 de noviembre de 2022, podamos inaugurar la Casa de 5ta. y D, que tendrá en la planta baja salas para conferencias y actos”, y se contará la historia poco conocida de la vida de Gómez, desde el final de la Guerra de Independencia hasta su muerte, con énfasis en sus relaciones familiares.
La especialista destacó que “será recreada la habitación donde ya se conoce que falleció el Generalísimo, y se restituirá la originalidad del nivel inferior de la vivienda, porque volveremos a construir el portal corrido, como lo tenía en sus momentos iniciales, y también será recuperada su entrada principal, que era por la calle 5ta”.
Historia de la casa
La joven Eymil Gálvez, Inversionista residente de la obra, comentó a los participantes en el Andar la arquitectura acerca de momentos históricos de la casa y los diversos cambios que esta sufrió la con el paso del tiempo.
Al finalizar la Guerra de Independencia, Máximo Gómez efectuó un recorrido hasta el Oriente cubano. “Cronistas de la época dicen que se enfermó de popularidad, pues se le hizo una herida en la mano de tanto estrecharla para saludar a sus admiradores. La lesión se infectó y devino septicemia, que lo llevó a la muerte el 17 de junio de 1905, indicó Gálvez.
Los médicos de Santiago de Cuba recomendaron traerlo para La Habana, a un sitio alejado del centro de la ciudad, donde corriera la brisa marina. La casa de 5ta. y D, pertenecía a la familia de un amigo de Urbano -uno de los hijos de Gómez-, quien le ofreció alojamiento al Generalísimo en la morada.
Construida entre 1878 y 1880, en esa mansión pasó sus últimos días el mambí hasta su deceso. Allí se realizó el primer velatorio de sus restos mortales; luego, en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, y fue sepultado en el Cementerio Cristóbal Colón.
Después de fallecer el ilustre hijo de Cuba, el inmueble se vendió a la Iglesia Católica, y, gracias a un grupo de patriotas de Cárdenas, en Matanzas, se recuperaron los objetos de valor del cuarto mortuorio, sus elementos constructivos y los muebles originales, hoy exhibidos en el Museo Oscar María de Rojas, de la provincia yumurina.
Posteriormente, la Iglesia vendió el edificio a la Asociación Hermanas Dominicas Americanas con el propósito de fundar allí una escuela para niñas. Las monjas transformaron la casa: demolieron el cuarto mortuorio de Gómez y erigieron una capilla y cerraron el portal de la calle 5ta. para ampliar este oratorio, levantaron la segunda planta y concibieron la nueva entrada por la calle D, entre otros cambios.
En las últimas décadas, los diferentes usos y el deterioro afectaron la integridad de la morada, con Grado de Protección I. Tras el triunfo del 1ero de enero de 1959, la residencia funcionó como fábrica de carteras, sede del grupo teatral El Ciervo Encantado y hasta almacén de atrezzo del Ministerio de Cultura. En 2018 la Casa de 5ta. y D pasó a la OHCH y fue precisamente el Dr. Leal quien más soñó con su recuperación, para convertirla en un lugar que enalteciera la memoria del patriota.
Con un área de 2 245 metros cuadrados, la tipología de la vivienda se corresponde con la de las mansiones típicas solariegas, que siguen el patrón de las de El Cerro. La edificación estaba ubicada en una parcela, con jardines por sus dos fachadas principales, 5ta. y D. La entrada era por calle 5ta. y tenía un patio lateral por esta arteria; disponía de una sola planta y la rodeaba un portal que conducía hacia el patio principal. Su techo original era de madera y tejas; la carpintería tipo francesa, que puede apreciarse en las persianas y los postigos por dentro.
Una vez rehabilitada, la antigua casona acogerá el Memorial Máximo Gómez que evocará la figura del Generalísimo dominicano – cubano, y, a la vez, será la sede oficial de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba y de su filial provincial. Esta área tendrá oficinas, salones para reuniones y un Centro de Información digitalizado, donde podrán realizarse investigaciones sobre la vida de Gómez y otros asuntos de interés histórico.
No hay dudas, de que, a la vuelta de poco más de un año, se hará realidad el anhelo del Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, y la Casa de 5ta. y D se convertirá en una de las más bellas mansiones rehabilitadas de La Habana, un merecido tributo a la memoria de Máximo Gómez Báez.