Dos gigantes indispensables en la defensa de una ciudad

Por Glenda Pérez

Olvidados por el tiempo reposaban dos gigantes dormidos, dos gigantes indispensables en la defensa de una ciudad fruto del deseo de muchos: la Batería de Costa no.1 y el Torreón de Cojímar. Es entonces que, tras un añorado sueño de muchos, del propio Dr. Eusebio Leal, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHcH), junto al empeño del Gobierno de la Habana del Este y el Parque Histórico-Militar Morro Cabaña ha quedado inmersa en un proceso de rescate de estas edificaciones para sumarlas, así como Museos de sitio. Hasta este lugar un grupo de jóvenes trabajadores de la OHcH llegó en un recorrido, este martes 10 de agosto, como parte del programa de actividades presenciales dedicadas a Eusebio Leal, en homenaje al primer aniversario de su fallecimiento y a Emilio Roig, en el aniversario 132 de su natalicio, el 23 de agosto.

Durante la segunda mitad del siglo XVI el intenso tráfico alrededor de la Isla, la convirtió en un punto vulnerable a los ataques de corsarios y piratas. A partir de entonces España emprende la construcción de grandes fortalezas para la defensa de la villa. Si bien en un primer momento fueron necesarios el Castillo de la Real Fuerza, los Tres Reyes del Morro, San Salvador de la Punta, el Príncipe o Atares, más tarde en la segunda mitad del siglo XIX, los cambios ocurridos en las tecnología y balísticas militares determinarían su ineficacia. A lo que, en 1895, el Capitán de la Isla en aquel momento Martínez Campo decide la creación de una comisión encargada de estudiar y elaborar un nuevo plan de defensa. Así, sería aprobado el 27 de noviembre de 1895, un decreto real para ejecutar el proyecto de fortificaciones de la “Plaza de La Habana” del Teniente Coronel de ingenieros José Marvá y Mayer. Un proyecto que establecería el Tercer sistema defensivo, un bastión que estableció una sólida defensa en el extenso perímetro de la Ciudad, así cuenta Jesús Ignacio Suárez, Investigador del Instituto de Historia de Cuba, quien junto José Mario González, Museólogo y experto en fortificaciones, José Ernesto Echeverría, Asesor de Museos Arqueológicos y Antonio Quevedo, Director de los Museos Arqueológicos, guiaron el recorrido por un sitio que es una ilusión de más de 30 años.

Ubicada en el litoral este de la Capital, entre el Reparto Camilo Cienfuegos (La Habana del Este) y el Castillo del Morro, la Batería de costa no. 1 es la única conservada hasta nuestros días, refirió el investigador. En entrevista para Habana Cultural Antonio Quevedo señaló que el proyecto consiste en realizar en este espacio un museo de sitio, donde se expondrá los valores que posee. Habrá una pequeña sala que explique toda la historia del recinto, se recorrerá y se dará a conocer los elementos defensivos y ofensivos que la componen; las piezas de artillería que conserva, entre ellas cuatro de los cañones Ordóñez emplazados originalmente y se le añadirían los cañones de tiro rápido Maxim-Nordenfelt, que se piensan trasladar. Es un proyecto vivo que va a aportar mucho porque no solo se va a centrar en la propia Batería, sino en toda el área que va desde ella hasta la batería Velazco en Morro.

De igual forma, explicó el también Director de los Museos Arqueológicos que el futuro es convertir este frente marítimo que fue parte del Sistema defensivo, en un parque temático arqueológico, recordando el Museo que existió en la década del 80 en este lugar; pero sobre todo insertado en la comunidad. Sobre el tema explica que existen en sus inmediaciones restos muy interesantes en el área como las canteras, que estuvieron en explotación desde el siglo XVI, donde estaban los hornos de cal. De aquí se obtenía este material para las construcciones de la Habana y de las propias fortalezas, un dato que muchos hoy no conocen. Estarán los restos arqueológicos de la Batería No.2, otra gran batería de costa cercana a esta y que, a raíz de la construcción de la Monumental, fue demolida.

Es aún un área en estudio por parte del Gabinete de Arqueología, que por más de 30 años ha incursionado en estos sitios. La propia batería tiene incógnitas arqueológicas que están por determinar. Roger Arrazcaeta, el Director del Gabinete, tiene un plan para intervenir, en el momento propicio, comentó. Al cierre de la entrevista, calificó de muy importante esta visita de futuros cuadros de la OHcH y de la Dirección de Patrimonio para que adquieran nuevas visiones y puedan ver la experiencia de colegas que durante tantos años han estudiado estos temas.

En una segunda etapa del recorrido por el Torreón de Cojímar, se unió la Historiadora del poblado, Hilda Rodríguez, junto a la cual descubrieron al público la historia de este legendario lugar después del siglo XX; así como de su Torreón, sitio ya en obras de restauración, hasta donde los participantes pudieron acceder. Este también será un proyecto para Museo de Sitio, en el que se explicará la historia de este ejemplar arquitectónico, y a partir del cual se ha proyectado una sala dedicada a la Toma de La Habana por los ingleses y una sala transitoria donde la localidad expondrá diferentes temas relevantes. Queremos que sea el centro desde donde se irradie diferentes proyectos locales, como galerías de arte y un museo propiamente de Cojímar.

Así, a pasos colosales, La Habana recibirá en 2022 los 40 años de la declatoria de Ciudad como Patrimonio de la Humanidad, junto a su Sistema de Fortificaciones. Y qué acto más bello que regalarle al mundo el rescate de la Batería no.1, o el Torreón de Cojímar o el Polvorín de San Diego al Fondo de la Bahía. Son pasos importantes que soñó Leal, extender la obra restauradora por todo el Sistema Defensivo, concluyó Antonio Quevedo.

 

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