La casa donde murió el Generalísimo

Por Yamira Rodríguez Marcano

La casa donde murió el Mayor General Máximo Gómez Báez, en 5ta y D, en El Vedado, es objeto de una reparación capital la cual permitirá recuperar los valores patrimoniales del inmueble, concentrados, fundamentalmente, en la primera planta. Será un centro cultural que rendirá homenaje al mambí dominicano y acogerá la sede a la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y su filial en La Habana. Los trabajos corren a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

En una de las casas más antiguas de El Vedado (1880) pasó sus últimos días el Generalísimo, quien falleciera, víctima de una infección, el 17 de junio de 1905. El hecho cambió la significación de este sitio para la historia y fue plasmado en una tarja al cumplirse un año de su muerte, gracias a la iniciativa del General Emilio Núñez. Sin embargo, el cambio de uso de la edificación desdibujó en la memoria de los cubanos aquel acontecimiento. En 1908, la casa fue comprada por la Iglesia Católica quien a su vez la vendió a la Asociación Hermanas Dominicas Americanas, con la condición de que debía ser destinada a un colegio católico para niñas, función que perduró hasta la intervención de la educación religiosa por el gobierno revolucionario. En propiedad de las monjas, el inmueble sufrió varias transformaciones; la más importante fue la construcción de una segunda planta y el cierre del portal con frente a la calle 5ta, por donde originalmente estaba la entrada de la antigua vivienda. En las últimas décadas, los diferentes usos y el deterioro afectaron la integridad de edificio catalogado con Grado de Protección I.

De ahí que, la intervención comprenda demoliciones parciales, reconstrucciones, remodelaciones y restauración de elementos compositivos que sean salvables.

Se proponen acciones constructivas necesarias para la rehabilitación total del inmueble y el equipamiento, a su vez, de las facilidades requeridas por las actividades actuales. Igualmente, se persigue devolver a la casa la imagen de la arquitectura neoclásica típica de las primeras edificaciones de El Vedado, con la ampliación realizada en las primeras décadas del siglo XX por las monjas dominicas; también rehacer el cuarto mortuorio del Generalísimo Máximo Gómez, cuya reproducción incluye los componentes de piso, mobiliario y otros, a partir de los originales que pertenecen al Museo Oscar María de Rojas, de la ciudad de Cárdenas.

El proyecto debe permitir aprovechar en su casi totalidad los espacios originales y la circulación del aire en la zona, incorporando una red informática interna y su correspondiente acceso a internet, los sistemas de protección contra incendios y un mínimo de climatización, orientada fundamentalmente a los locales cerrados.

Esta antigua residencia que vio partir al prócer dominicano, hijo adoptivo e ilustre de Cuba, está ubicada, además, en el área de valor histórico-cultural de El Vedado, con declaratoria de zona de protección. Su rescate será un aporte significativo al emblemático barrio habanero.

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