Por Yamira Rodríguez Marcano
Uno de los proyectos más importantes y atrayentes, inaugurados a propósito de los 500 años de La Habana, fue el Museo Cuartel General del Ejército Libertador, sitio que fuera residencia temporal del Generalísimo Máximo Gómez y originalmente casa de descanso de los Capitanes Generales en la llamada Quinta de los Molinos.
Este hermoso y vasto jardín de La Habana, además de los espacios dedicados a la cultura científica y medioambiental, acoge la que fuera casa de verano de los Capitanes Generales en el período colonial –luego de su construcción durante el gobierno de don Miguel Tacón (1834-1838). Una vez licenciado el ejército libertador, el Generalísimo Máximo Gómez Báez estableció su Cuartel General durante unos meses en 1899.
Bajo el mandato de don Leopoldo O’Donell (1843-1848) se fabricó un piso alto, ya que primitivamente era de una sola planta. Más tarde se remodeló y amplió. Asimismo, se realizaron transformaciones en las primeras décadas del siglo XX. Como Museo Máximo Gómez abrió sus puertas el 18 de noviembre de 1986. Sin embargo, el deterioro paulatino de su estructura condicionó el cese de sus funciones culturales. En el año 2006 la Quinta de los Molinos fue entregada a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana para su restauración, la cual se dividió en varias etapas y en distintos objetos de obra. El criterio para intervenir la “casa grande” fue rehabilitarla totalmente, manteniendo los espacios existentes y rescatando los valores arquitectónicos de sus diferentes fases constructivas. Recuperar cada elemento compositivo fue todo un reto, entre los que destacan la carpintería y en especial, los vitrales.
El nuevo museo cuenta entre su muestra con La Línea del tiempo, donde se relata en imágenes y mapas la historia de la Quinta de los Molinos; un espacio dispuesto para recordar a Panchito Gómez Toro, con fotografías del joven y fragmentos de sus cartas; otro dedicado a Bernarda del Toro (Manana) y la familia Gómez-Toro, y de manera muy especial, reserva un sitio consagrado al mambí dominicano, en el que se exhiben objetos personales como sus espejuelos, navaja de afeitar, cuchara, tasa y plato, bolsa para municiones, accesorios de su equipamiento de campaña, y de altísimo valor, su mascarilla funeraria realizada en yeso ante su lecho de muerte, en 1905.
Fundado en el día del aniversario 125 del reinicio de las Luchas por la Independencia, ese 24 de febrero de 2019 se saldaba una deuda con la historia de la nación, con la figura del Generalísimo y la de “…esos grandes próceres y padres de nuestra independencia”, como afirmara el Dr. Eusebio Leal Spengler en su apertura.
La rehabilitación de este inmueble se integra al proyecto de la Quinta de los Molinos, hoy Monumento Nacional.