Por: Glenda Pérez
La mañana de este 16 de abril, fecha de una marcada importancia histórica para los cubanos, sirvió también para homenajear a los médicos todos, de todos los tiempos y de cada rincón de esta Isla que no cesan en su quehacer en beneficio de la sociedad. La residencia protegida de la Tercera Edad 109 de la Calle Paula fue su escenario. Con una representación del Gobierno de La Habana Vieja, el Partido Municipal y la Oficina del Historiador de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana (OHCH); así como los residentes del Centro se develó una tarja dedicada al eminente médico cubano, Coronel y Jefe de Sanidad del 5to Cuerpo del Ejército Libertador, Dr. Enrique Núñez de Villavicencio y Palomino.
El Dr. Félix Julio Alfonso, Historiador adjunto de la (OHCH), quien tuvo a su cargo las palabras centrales del acto advirtió que, de forma sobresaliente y extraordinaria, Núñez de Villavicencio cursó sus estudios en La Universidad de La Habana, graduado con el título de Licenciado y Doctor, el 7 de septiembre de 1894. Como profesional sus éxitos fueron de igual envergadura, ejerciendo la docencia en la Cátedra de Obstetricia y Ginecología, en la de Medicina de la Universidad y como profesor auxiliar de la escuela práctica de Medicina.
De igual forma, recorrió en su discurso, la obra valiosísima de este insigne cubano, que tras una prolífera experiencia como galeno en el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, el de mujeres de San Francisco de Paula y en la clínica privada de la Calle Jesús del Monte, asumió la causa revolucionaria con la misma entrega. En vísperas de la guerra la casa de los Núñez de Villavicencio era un centro de patriotismo, donde se conspiraba activamente por la independencia de Cuba.
Así mismo apuntó, que luego de un viaje por los Estados Unidos, en 1895, regresa a Cuba en una expedición, comandada por el Mayor General Carlos Roloff y el General de Brigada Joaquín Castillo Duani, en marzo de 1897. Durante su paso por el Ejercito Libertador estuvo bajo las órdenes del Lugarteniente General Calixto García, quien lo nombró Jefe de sanidad de su Cuerpo de Ejército; y más tarde lo propuso como Teniente Coronel. Aunque el Dr. Núñez terminaría la guerra siendo Coronel de Sanidad, su principal logro no fue este; sino que dejó para la posteridad un grado de calidad, hasta entonces, nunca antes visto en las cirugías de campaña.
Ya en la República, y como Secretario de Sanidad y Beneficencia emprendió proyectos de higiene urbana, protección a la niñez y asistencia hospitalaria, según reza la tarja que le rinde tributo. A iniciativa suya, también se debe el decreto presidencial del 25 de octubre de 1913.
El Hospital Calixto García, considerado por sus contemporáneos como su gran obra en piedra y un monumento a su figura en él; la calle San Isidro, que durante algún tiempo llevó su nombre, y la Residencia 109 de Paula, desde hoy llamada, Dr. Enrique Núñez de Villavicencio, con su nueva tarja son el mejor homenaje a quien fue considerado el más honesto y creador de los Secretarios de Sanidad y Beneficencia durante la República.
Y fue así, como un homenaje de generaciones, un tributo a aquel doctor que marcó un paradigma dentro de la sociedad de su tiempo; pero, también, a médicos que hoy desde sus distintas especialidades logran hacer el bien y servir con desvelo a la comunidad. La Dra. Yanaili González Rodríguez, insigne en la dirección y administración de Asuntos Humanitarios de la OHCH; el MsC. Noslen Jesús Martínez Fernández; el Dr. Isidoro Vali Maya y la Dra. Yuliet Ivis Morgado Rivas fueron los galenos que, de manos de la joven generación de trabajadores de la OHCH, recibieron los reconocimientos. Por otra parte, estos mismos jóvenes entregaron a los abuelos de la Residencia un obsequio, cumpliendo de manera póstuma con un deseo del eterno historiador de La Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler.