Por Liritza López
Promover la virtud y la integridad del Apóstol, es uno de los empeños de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Es así que honrar y fomentar el conocimiento de la obra martiana irradia desde la prédica del Historiador Eusebio Leal Spengler, cuando afirma: “Cuidemos la casa del Maestro; admiremos con profundo respeto el tesoro de sus objetos; meditemos en su pensamiento encarnado en la obra diaria y trascedente (…)”
Siendo así, la universalidad de Martí se redimensiona a la luz de nuestros días y la historia del arte cubano se deslumbra como terreno fértil de vigencia y apropiaciones. En los últimos diez años han acontecido múltiples exposiciones dedicadas a nuestro Héroe Nacional en las instituciones de la Oficina del Historiador, proyectos que evidencian la constancia del estudio y el elogio al prócer desde disimiles modalidades e intérpretes.
Una revisión de esta etapa permite revisitar abarcadoras muestras como la exposición colectiva Martí, ese misterio que nos acompaña, presentada en la Casa Oswaldo Guayasamín en el año 2013. Esta propuesta expositiva fue coordinada por Roberto Chile y Gabriel Navarrete y se realizó con el interés de conmemorar el aniversario 160 del nacimiento del ilustre cubano.
En las palabras del catálogo Armando Hart refirió: “En la historia nacional, cuando el compromiso ético y patriótico se fusiona con el talento y la imaginación artística, se produce el milagro del genio creador”. Aunados bajo tal premisa, un grupo de 16 artistas integrado por Kamyl Bullaudy, Alex Castro, Daniel Chile, Liang Domínguez, Antonio Espinosa, Sándor González, Verónica Guerra, Alexis Leyva Machado (Kcho), Liudmila López, Douglas Pérez, Sandra Pérez, Mabel Poblet, Lisandro Ramírez, Ernesto Rancaño, Gabriel Sánchez y Leticia Sánchez, abordaron el imaginario martiano. Desde diferentes manifestaciones como la pintura, la fotografía, la escultura, la instalación y el videoarte, el arte asumió esencialmente tres posturas: la representación o la transformación de la figura del patriota a manera de apropiación, como acontece en la pieza de Antonio Espinosa; así como la sugerencia de su pensamiento por medio de un símbolo al modo de las obras de Mabel Poblet; y la interpretación de sus preceptos, según la experiencia individual mostrada en el videoarte de Daniel Chile y la instalación de Sándor González.
Ya en el año 2018, el Museo Casa Natal de José Martí acogió la exposición colectiva de carteles Así se crea, una propuesta de estudiantes del Instituto Superior de Diseño (ISDi), como parte del proyecto En todas partes Soy. Se presentaron 43 obras que conformaron la serie núm. 15 de la colección de afiches, concebidos por varias generaciones de profesores y estudiantes del ISDi integrados al programa.
Como en infinidad de ocasiones, los Versos Sencillos devinieron fuente de inspiración, mostrando lo uno y lo múltiple de un verso estampado en variadas soluciones visuales. A juicio de la coordinadora del proyecto María Eugenia Azcuy Rodríguez: “Nada se parece más a la poesía que el diseño porque del mismo modo que la poesía organiza el lenguaje, el diseño organiza conceptos”.
En ese sentido, la exhibición se caracterizó por la diversidad de las piezas, no obstante, se puede apreciar el predominio de dos líneas creativas: una basada en el trabajo con las estrofas muy próxima al caligrama, modalidad de la poesía visual, y la concepción de imágenes simbólicas alusivas a las ideas de los versos. En la primera, se incluyen diseños como los de Yanaisy Puentes Cruz y Georgette Ferrás Almaguer; mientras que en la segunda se sustenta en las propuestas de María José Sardiñas, Giselle Díaz Castellanos y Raúl Casas Delgado, entre otras.
Ambas exposiciones develan al espectador la intimidad y aproximación de los artistas al Maestro, un vínculo que se consagra en la creación. La pluralidad visual de estas dos exposiciones colectivas legitima la figuración contemporánea de José Martí, a partir de la interpretación personal de su pensamiento y la recreación de su figura. Así, la plástica de los albores del siglo xxi manifiesta una línea de continuidad respecto a la pasada centuria. Sin lugar a dudas, se trata de una relación enriquecida por la investigación y la experimentación artística en boga.
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