METIDOS EN CASA de la Obra Pía, "Interior de la Casa de la Obra Pía" (Ático y Azotea II)

Por: Dr. Arq. Daniel Taboada Espiniella

“Interior de la Casa de la Obra Pía” (Ático y Azotea II)

Llegados al nivel de azotea se sale al descubierto y, deslumbrados, ratificamos las bondades parcelarias de la casona, donde su fachada principal a Obrapía está orientada de Suroeste a Noreste y la secundaria a Mercaderes, de Noroeste a Sureste; evidentemente una “esquina de Fraile” (ӿ).Un volumen aislado a la izquierda, que mantiene comunicación visual con el patio y tiene un colgadizo apoyado en pies derechos de madera, cubierta de tejas apoyada en tejaroz, es conocida en la contemporaneidad como la Casa de los Misterios, precisamente porque nunca se encontró su uso real, aunque se le adjudicaron varios posibles, relacionados con los propietarios, no con la servidumbre esclava.

En aquella época los trabajos de investigación sobre el traslado, restauración y/o conservación de pinturas murales lo acometió, como era habitual, un equipo del Gabinete de Restauración de Pintura del Museo Nacional de Bellas Artes, conformado por José Lázaro Zaldívar, Angel Bello Romero, Rafael Ruíz Piña, entre otros.

La Casa de los Misterios, está conformada por dos salas de moderadas proporciones, buena ventilación y comunicación entre sí, una con pinturas murales de escala monumental y otra de una singular decoración pictórica sin terminar. Se puede afirmar “sin terminar” porque son paisajes exóticos con ancho marco, colgados de clavo cabezón, todo pintado sobre la pared. Algunos marcos no fueron utilizados, no enmarcan nada, es un espacio de muro en blanco, que seguramente habría sido pintado, pero alguna circunstancia detuvo para siempre la obra y es una de las preguntas sin respuestas más sugerentes que provoca la casona.

Esta estancia tiene una hermosa cenefa pintada de influencia pompeyana, con caritas de querubines con antifaces y orlas de flores. Este espacio, además de importante por su decoración, presenta una solución arquitectónica rara en la carpintería de una ventana que mira al Noroeste sobre la parcela vecina, cuya reja de balaustres torneados de madera, se diseñó con dos postigos que abren hacia afuera, para mostrar el alfeizar exterior donde hay incrustada una palangana de mayólica, a la que abrieron un desagüe que conecta con una tubería de barro exterior y descarga verticalmente hacia el terreno en área de la fosa común y retrete en el traspatio.

La lógica de esta primitiva instalación sanitaria de lujo, en el nivel azotea, no era para usar por los esclavos sino por alguna personalidad, en alguna época de la larga vida de la edificación, hombre o mujer, para aislamiento sanitario, recibo íntimo, uso recreativo cultural, pariente o enfermo minusválido bien atendido pero aislado, entre otros muchos usos posibles que se multiplican con la presencia de las pinturas de cuerpo entero de dioses de la mitología o personajes de la antigüedad histórica como Salomón, de cuya mano cuelga el niño en disputa de las dos mujeres que se adjudican su maternidad.

Recuerdo que, ante la numerosa presencia de cenefas superpuestas y pinturas murales sin terminar, pedí opinión a la amiga Adelaida de Juan, entonces joven crítica y profesora de Historia del Arte que aceptó visitar la obra, cuando aún no tenía las condiciones de apuntalamiento necesarias para la seguridad de obreros y visitantes. La recuerdo emocionada y sorprendida, viendo aquella colección excepcional de pinturas catalogadas como de medio fresco, que se pintaban con la terminación del muro reciente, de manera que las pinturas a la cal penetraron el enlucido y endurecieron haciendo permanente su visibilidad. Con decenas de capas superpuestas, se pintaba a menudo (tras epidemias, para una celebración, cambio de usuario del local, etc.) y se hacía difícil escoger cuál se debía restaurar y generalmente ese escogía lo más antigua, la primera, la más dura y fácil de limpiar. Las demás se extraían y conservaban de acuerdo con su valor estimado.

Aquella visita de la experta, provocó un leído y celebrado artículo periodístico que tituló “La Pintura Olvidada” con muchas de las cenefas propias de la casona, donde el plato fuerte eran las pinturas murales del nivel de azotea. Actualmente no hay posibilidades de hacer aquel recorrido iniciático, ni la tenemos a ella. Queda conformarnos con la obra intervenida y sus condiciones, que ya requiere otra intervención que garantice su estabilidad estructural y con ello, la de las techumbres.

Acotaciones del autor: 

(ӿ)Esquina de Fraile: en el cruce de calles es la esquina que recibe el cuadrante de las brisas contraria a la del Diablo que recibe sol todo el día. (Continuará el próximo viernes)

Equipo de trabajo:

MsC. Marbelys Giraudy Gómez

Dr.Arq. Daniel Taboada Espiniella

MsC. Denny Cabrera Acosta

 

 

 

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