Amantes de las ciencias en el Centro Histórico

Por Evelyn Fernández

Cuando parecía que la Covid-19 aplazaría muchas de las propuestas culturales previstas para las vacaciones de 2020, comenzó este miércoles en el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, hoy Palacio del Segundo Cabo, el Taller de prácticas creativas con Arduino. Bajo la iniciativa del Planetario y como parte del proyecto de verano Rutas y Andares, para descubrir en familia, el encuentro propició un acercamiento a la programación y electrónica con niños de 10 a 15 años. Once niños participaron en la cita, quienes a partir de un software y una placa, con todos los elementos necesarios para conectar periféricos a las entradas y salidas de un microcontrolador, pudieron construir dispositivos digitales e interactivos para detectar y controlar objetos del mundo real.

“Para la realización de este evento se seleccionó un grupo de niños, a partir de Taller virtual de Electrónica Básica, que se llevó a cabo para adelantar contenidos. Ahora, a partir de un software didáctico estos pequeños desarrollaron sus propias ideas y habilidades. Asimismo, aprendieron programación y profundizaron sus saberes acerca de la electrónica; siempre con la ayuda de la familia que juega un papel fundamental”, aseguró a Habana Cultural Taymí García Marichal, directora del Planetario, perteneciente a la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

Impartido por la especialista en Informática, Madelin Saumel, y el profesor voluntario e Ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica, Orian Valdés, la intención es que se familiaricen con el entorno Arduino de programar y vean la utilidad que tiene en la cotidianeidad. “Con estos conocimientos podrán conocer procesos como encender la luz en la casa y cerrar una puerta automáticamente. Es esencial que este aprendizaje sea aplicado en la escuela, con la ejecución de una maqueta donde enseñen todo lo referente a motores de corriente alterna y directa; así como motores paso a paso para, de alguna manera, hacer robots que sean autónomos y puedan caminar solos”, explicó el ingeniero.

En ese sentido, los niños mostraron su emoción y ganas de seguir aprendiendo. Sobre el taller y sus experiencias, Diani González Surribas, de 14 años, comentó que todos los cursos han sido muy buenos, pues han profundizado en la informática y robótica. Estos contenidos la han ayudado en las diferentes asignaturas docentes, aportándole más conocimientos que le permiten conocer el desarrollo de la vida diaria y comprender fenómenos que no entendía.

Por su parte, Darian Valdés Medina, de 12 años, agregó que desde pequeño siempre le han gustado la tecnología y la robótica. Recordó que empezó hace 3 años en estos talleres, que le han permitido incursionar en la programación y los robots.

Los talleres de robótica del Planetario atraen a más pequeños amantes de las ciencias. Los encuentros conquistan a ese público tan exigente que, además de obtener clases de excelencia, ponen en práctica sus habilidades.

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